Fotografía tomada por fuera de la Catedral de Las Palmas de Gran
Canaria, en la escala que efectuaron en el trayecto marítimo los componentes
del Juvenil Plus Ultras de La Orotava en su visita a Lanzarote en el año 1959.
El amigo desde la infancia en la calle El Calvario de la
Villa de La Orotava; FRANCISCO SÁNCHEZ GARCÍA, remitió entonces (2015) estas
notas que titiló; “EL JUVENIL PLUS ULTRA Y LANZAROTE: POSIBLES
RAZONES DE UNA FELIZ CONVIVENCIA 2009”: “…Durante la estancia en
Arrecife del Juvenil Plus Ultra 1959,
a la que viajamos para celebrar el cincuentenario de dos
encuentros de fútbol con la
Selección de Lanzarote con motivo de las Fiestas de San Ginés
de dicho año, fueron numerosas las veces
en que en nuestros mentideros y conversaciones coincidíamos en el bienestar físico y emocional que sentíamos en
este reencuentro, que nos ha hecho inolvidable de nuevo este viaje.
Algo
especial se produjo, que hasta nos movió a reflexionar entre nosotros e incluso
a filosofar sobre los cincuenta años transcurridos y lo bien que nos sentimos y
se sintieron nuestras esposas al reencontrarnos.
Y lo
expongo para compartirlo con los que sientan curiosidad por nuestras andanzas.
Porque resultó fácil organizar el viaje, al ser el
convocante Don Nazario, la persona que en unos momentos importantes de nuestras
vidas nos encontró, más bien le encontramos, para infundirnos los valores
esenciales del deporte del fútbol (respeto, esfuerzo, disciplina, educación,
buen perder, bien ganar, amistad, solidaridad, buen jugar........) con los que
constituimos el Juvenil Plus Ultra, y después el UD Orotava de 1960.
Su interés personal por celebrar el 50 aniversario
del viaje del Juvenil Plus Ultra a Lanzarote, hizo que el volver a encontrarnos
y reunirnos para organizarlo, pareciera que había sido ayer la última vez que
nos habíamos visto, tal había sido de gratificante la acogida de la idea
propuesta, y la añoranza de los días pasados de manera extraordinaria en
Arrecife el año 1959.
Se hizo sencillo encontrar la razón del reencuentro:
agradecer al pueblo de Lanzarote, a través del Ayuntamiento de la Orotava, la maravillosa hospitalidad
que nos ofrecieron en San Ginés de 1959. En Lanzarote, nuestros adversarios de
aquel año lo entendieron rápidamente, sobre todo al recibir la noticia Manolo
Cedrés, a quien Chile fichó para su UD Orotava de 1960. Pero hubo aún más.
Pudimos contactar con Darío Mesa, hijo de Doña Lola la comadrona de Arrecife y
de Don Blas Mesa, amigo y compañero de profesión de mi padre. Lo habíamos
conocido en 1959 y no había perdido el contacto con Tenerife ya que siguió los
pasos de nuestros padres al estudiar Náutica en Tenerife y casarse
posteriormente con una realejera, Tere Febles, hija de D. Dámaso el de la
gasolinera.
Porque fue el amigo Darío principalmente el que
junto a Manolo Cedrés y Domingo Ortega crearon, más bien, recrearon el ambiente
en Arrecife, en su Ayuntamiento, Cabildo, Círculo Mercantil La Democracia, Sociedad
Torrelavega y Club Náutico, para que nos sintiéramos con la misma hospitalidad
de 1959.
En esa predisposición, el Hotel Diamar nos resultó
perfectamente ubicado para nuestras obligadas caminatas a través del paseo
contiguo que lleva hasta Playa del Carmen; para las tertulias exteriores, para
los baños de mar y partido playero ......; y por ser equidistante del recinto
ferial y cafeterías y sociedades costeras, nos facilitó saludar a Paulino
Rivero, y a Elfidio Alonso y sus nuevos sabandeños villeros, Fermín, Gustavo,
Josuá.....que, en su recital en el recinto ferial, tuvieron el extraordinario
detalle de dedicarle a la comitiva del Plus Ultra presente, el bolero “Cuando
pasan los años”, lo que fue refrendado por un sentido aplauso del numeroso
público asistente que nos hizo botar y......volar de emoción. No se podía pedir
más, pero sí............hubo más.
Porque existió una sincronizada armonía cuando
visitamos la Cueva
de los Verdes, Los Jameos ( mi cuñada Paca me recordó que cuando dio a luz a
María Elena le regalé el jameo de plata que había recibido como jugador de la UD Las Palmas en 1968
cuando se inauguró el actual campo de Arrecife), la Casa de los Volcanes, el
Mirador del Río y la
Fundación César Manrique, cuyo espíritu tuvo que estar desde
nuestra llegada a Lanzarote a nuestro lado para hacernos sentir fuera del
tiempo, porque ni sabíamos de hora ni del día en que vivíamos. Seguro que para
agradecernos la acogida que en el Valle le dimos a su obra del Complejo de
Martiánez del Puerto de la Cruz.
El bienestar físico y espiritual que se mantenía
entre la comitiva también fue comentado entre nosotros cuando nos acercamos a
Timanfaya e hicimos la Ruta
de los Volcanes, y visitamos El Golfo y Los Hervideros. Estábamos como en una
nube de optimismo, serenidad y confortabilidad. Pude comprobar que no se había
fumado nada especial, ni se había bebido vino que no fuera el Malvasía,
Bermejo, El Grifo o el de La
Geria, y siempre moderadamente.
Qué nos estaba pasando. Alguno no terminaba de
filosofar con lo que nos estaba ocurriendo.
Y llegó el día de San Ginés. Unos con Darío Mesa y
señora nos fuimos hacia Playa del Carmen (donde el año 1973 habíamos coincidido
con nuestros respectivos padres) a
encontrarnos con un primo de José Luís, mi prima Lucy y con los amigos Sergio,
Ángeles y familia. Allí también me
tropecé con Pepe González el que fuera masajista durante muchos años de la UD Las Palmas. Me recordó
sin venir a cuento – qué casualidad - los jameos de plata que nos habían
regalado cuando la UD Las
Palmas visitó Lanzarote para inaugurar el actual campo de Arrecife. Le señalé a
mi cuñada Paca como actual propietaria del recordado detalle.
Después de comer atún fresco y beber Bermejo y El
Grifo en “El Tomate” de Puerto Calero, tomamos café en el Hotel Fariones donde
saludamos a los hermanos Celestino y Jesús González de Chávez, así como al
político del PP Pablo Matos casado con conejera. Regresando al Hotel Diamar,
contentos por la comida y los encuentros con amigos y paisanos, fuera de la Villa.
El resto de los compañeros se habían quedado en
Arrecife comiendo muy a su gusto en la
Casa del Miedo.
Se seguía hablando de lo bien que nos sentíamos y
nos habíamos sentido, Como si no hubieran pasado los años y nos hubiéramos
estado viendo siempre en total armonía. No hubo que reseñar siquiera un dolor
de cabeza.
Todo muy bien.
Se aprovechó la cena de ese día para entregar las
notas, y dar las gracias al matrimonio Darío Mesa y Tere Febles por sus
atenciones. Alguien propuso se nombrara a San Ginés, patrón del Juvenil Plus
Ultra, lo que fue aprobado por unanimidad. En ese momento estábamos todos
convencidos que lo sucedido en Lanzarote en 1959 y ahora en 2009 con el Juvenil
Plus Ultra no podía tener otro origen
que el del cielo de San Ginés.
Lo curioso de todo lo acontecido es que nada más regresar a Tenerife el amigo Ramón
Fariña ha tenido que observarse de una hemorragia ocular, de la que esperamos
pronto se recupere aprovechando las endorfinas segregadas en Lanzarote y el
patrocinio de San Ginés.
Y así entiendo deberá seguir pasando la vida:
captando lo bueno de lo mágico y fantástico,
para sobrellevar de la mejor manera, lo duro de lo real y humano…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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