Fotografía correspondiente al lugar donde en antaño estaba
ubicado el Lazareto de Santa Cruz de Tenerife, que pernoctaba la prisión y el cementerio.
Históricamente el lugar que había en algunos puertos de ciudades
costeras para tener en cuarentena y observación a las embarcaciones y personas
procedentes de otros países contaminados o sospechosos de contagio. Era un
espacio considerable cercado, próximo al mar y construido expresamente para
recibir las mercaderías y a los enfermos y aun a los equipajes de las
embarcaciones durante la cuarentena que se les imponía.
Los lugares eran ventilados donde además de los edificios para
el alojamiento y almacenes, había un hospital y grandes espacios y jardines.
Estos establecimientos debían ofrecer la suficiente capacidad
para descubrir, ventilar y purificar los efectos de comercio, sobre todo,
lanas, algodones, y tejidos de toda especie con un locutorio para que los que
estaban sujetos a la cuarentena podían comunicarse con los que venían de fuera
a visitarlos, con la conveniente separación, en una pieza y a la distancia que
permiten las dos rejas que los separan (véase la película de cine Éxodo).
Desde el punto de vista de la higiene pública se da el nombre de lazareto a un
recinto espacioso, perfectamente aislado, que contiene muchos edificios
destinados a recibir a las personas y las cosas que vienen de países infectados
de contagio o que las han tocado o se han aproximado a ellas o cosas que llegan
de aquellos puntos, a fin de que sean observados allí durante un cierto número
de días, antes de poder circular libremente y las cosas para ser desinfectadas
y ventiladas allí mismo, según las reglas establecidas para el resguardo de la
salud pública.
El Lazareto de Santa Cruz de Tenerife abrió en el año 1784, en un inmueble preexistente
destinado a la salazón de pescados. Y contó con un cementerio cercano, por
encima de la Casa de la pólvora, en la actualidad desaparecido.
La ermita de Regla en las postrimerías del siglo XIX aparece
aislada en las cercanías del Castillo Negro y aunque su construcción data de
finales del siglo XVII no es usada como fue habitual en el siglo XVIII para
enterramientos en sus laterales y en su interior. La ermita sirvió como capilla
de la guarnición del Castillo de San Juan (Castillo Negro).
Ya sea por la naturaleza de las muertes (carácter infeccioso) o
por norma de vecindad se prefirió la creación de un cementerio por encima de la
Casa de la pólvora.
La estricta observación de las normas sanitarias de la época se favorece
por la situación de los inmuebles alejados de las zonas pobladas. Cercanos, no
obstante, a la costa por donde llegaban los infectados.
Los cementerios, salvo alguna excepción, se ubican en zonas
elevadas barridas por la brisa de la montaña o del mar. Y son consecuencia de
la experiencia anterior de la ubicación de las sepulturas en los laterales y en
el interior de las iglesias, donde la ventilación era por lo general
deficitaria.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
done estan los restos y lapidas del cementeri del lazareto frente a la antigua industrias quimicas y refineria
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