Aniversario de su fallecimiento. Tomás Hernández García, procedente de una
familia de reconocidos índoles industriales, comerciales y mercantiles de La
Villa de La Orotava denominada Casiano García Feo e Hijos, era el hermano menor tras; Cesar y Juanito
(fallecido) del matrimonio orotavense formado por Don Cesar Hernández Martínez
odontólogo y doña Ana García Bartlet.
Lo conocí desde niño, estudió en el colegio de San Isidro de La Orotava,
Perito Industrial en Las Palmas de Grancanarias. En mis tiempos de estudiante
universitario, en muchas ocasiones me llevó en auto stop a clases a la Escuela
de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, entonces trabajaba en una empresa
Industrial en Taco. A partir de ahí desconozco su vida profesional, solo al
final lo recuerdo vender vino embotellado de la zona villera del Montijo,
empresa esta que heredó de su abuelo materno el recordado industrial y
comercial chasnero – orotavense don Casiano García Feo.
A Tomasito como le conocíamos, una
cruel enfermedad lo acarreó al abismo de la vida, luchó indeterminadamente por
ella, a lo largo de su subsistencia siguió la afecto de su querido padre,
pertenecer a la organización de la Romería orotavense.
Tal es así que por última vez
perteneció a la misma en el año 2013, lo que le supuso tener mucha energía en
su vida y en su lucha contra su enfermedad.
Un amigo de la Villa de La Orotava, que
me pidió quedar en el anonimato con todo el cariño y el corazón, remitió entonces (18/08/2013) estas notas: “… Hijo de César Hernández Martínez, odontólogo natural de Santa
Cruz y de Ana García Bartlet, hija de Don Casiano. Estudió en el Colegio San Isidro de la
Orotava y creo que algún año también en San Ildefonso cicharrero.
Posteriormente estuvo en Gran Canaria adquiriendo conocimientos de mecánica,
que consolidó en Alemania. Terminada su etapa formativa, montó una pequeña
granja de gallinas, en el Durazno, para la producción de huevos. Tras años en
el negocio, formó una sociedad, DIALTO, dedicada a la venta de pinturas y
fibras sintéticas. Desecha la sociedad, continuó con el negocio, en solitario.
Al mismo tiempo creó la Bodega Montijo, en su finca de Montijo en la Orotava.
Fue un importante colaborador del Liceo de Taoro en la organización de la
Romería de San Isidro, hasta este año, ya bastante enfermo. Cuando niño,
sobrevivió a una caída desde la azotea, en casa de sus padres en la Calle San
Agustín-5 desde más de 8 metros. Siempre fue persona campechana y de gran
simpatía, como cuando salió en carnavales con una cesta a la cabeza, vendiendo
pan por la calle la Carrera, etc... Siempre le gustaron los camiones y tuvo
varios para su empresa y las fincas el último de los cuales lo donó,
prácticamente nuevo a una ONG en África. Se casó con la grancanaria Concepción
Morán, Conchi, una gran mujer, también dedicada al altruismo y la caridad…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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