domingo, 10 de diciembre de 2017

CHAGO=SANTIAGO




Aniversario de su fallecimiento. El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELÍÁN “ESPECTADOR” remitió entonces (10/10/2014) estas notas que tituló “CHAGO=SANTIAGO”: “…Hoy estoy en baja forma…Se me ha muerto mi mejor amigo de toda la vida; ‘es’ (no me sale ‘era’) de mi estatura, pero mucho más corpulento, cien kilos.
Nos conocimos en nuestras correrías por la Villa Arriba de La Orotava, como ‘chicos de la calle’. Coincidimos siete años en el colegio Salesiano de San Isidro. El aula nuestra en sexto curso (el bachillerato era de seis años) fue la de la esquina nor-este del edificio colegial.
Precisamente por aquella aula, diez años más tarde, pasó también Francis J. Martín, que después, en el colegio Casa Azul, daría clase de Letras a nuestros hijos. Francis cuenta en una carta (Periódico ‘El Día’,  28-abril-1998), con exquisita sintaxis, su paso por el colegio Salesiano. Pues bien: fue allí, en aquella aula de Sexto, donde el profe de Matemáticas (lo apodamos “El Huevón”, por su cabeza ovalada y rostro blancuzco), ya más que cansado de nuestro pasotismo, nos espetó sentencioso: / “¡Yo no espero el premio de vosotros, yo espero el premio del que está Arriba!”./ Pero un servidor “interpretó” mal la frase, y pensó que se refería al cocinero Felipe, que se hallaba situado precisamente “arriba”, en la planta superior; y entonces aproveché mi gracejo innato y le respondí al profe en voz alta: /“¡Sí, el premio del cocinero!”. / Chago se meaba de la risa con estas mis ‘/boladas’/.Los alumnos de cuarto, quinto y sexto hacíamos las largas horas de estudio juntos. Isidoro Sánchez era el responsable de tocar el timbre en cada uno de los rigurosos horarios. Isidoro cuenta que años más tarde Leocadio, un medianero de Los Altos, catalogó a nuestras sendas novias de productos de “un plan”… ¡Chiquito plan! ¡Ahora, ya hay nietos de las tres parejas!
Ya de antiguos alumnos hicimos diversas travesuras. Una vez, a las dos de la madrugada, cuando regresábamos de ‘/ese/’ Puerto---que don Pacífico, nuestro director en los Salesianos, consideraba “/muy pecaminoso/”---Chago agarró la escalera de madera que sube al templete del kiosco de la plaza principal de La Orotava, y con su fuerza se la cargó a hombros y se la llevó a cincuenta metros de distancia, hacia la calle Calvario. Perdónenme la irreverencia, pero con aquel alargado peso arriba de él, su figura era iconográfica y se parecía al Nazareno, paso de la Semana Santa de la Villa popularmente conocido como /El Señor cargando la Cruz/. Hasta que nos vio un guardia--celador se llamaba entonces---y como nos conocía, nos dijo suplicante:/“¡Por favor, pongan esa escalera en su sitio…!” /Luego seguíamos hacia la Villa Arriba e íbamos ya de madrugada a “/cambiarle las/ /tornas”/ al molino situado frente a la iglesia de San Francisco que, además del suyo propio, Chago también lo tenía a su cargo.
Jugó de base al baloncesto, principalmente en el Independiente de La Orotava y en el Peña Rambla de Santa Cruz en la vieja cancha del Frontón, junto al puente Galcerán. Llegó a ser el mejor defensor de su tablero entre los jugadores de las islas, y simultaneaba el deporte con los estudios de Profesorado Mercantil. Por entonces fuimos por vez primera y última vez a visitar a las “/niñas/”. Era un paso obligado entonces hacia la hombría…
Santiago=Chago: fuiste mi ángel de la guarda durante muchos años, me introdujiste en el baloncesto con mis flacuras (un metro noventa, 62 kilitos) y para animarme me decías que yo no era “flaco” que era “huesudo”. Todavía hoy no sé qué diferencia hay entre “flaco” y “huesudo”…
Chago=Santiago: espero que ahora hayas encontrado, de verdad, a Aquel que está Arriba, en el Cielo, y tu permanencia y práctica en el Catolicismo de Misa cada fin de semana te haya dado el fruto, el premio al que aspirabas. Dios, Jesús, te habrá acogido en su seno. Debes estar ya en Su Presencia. Te lo mereces, tan sólo sea porque fuiste siempre muy servicial y organizaste dos veces (1958 y 1961) en el camión de Esteban, nuestras subidas en grupos “mixtos”, a pie desde Montaña Blanca, a lo más alto de España: nuestro Pico Teide Gigante, vértice central símbolo de tus imprescindibles, reales, fantasiosas, legendarias cacerías…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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