El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ.
Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna, remitió entonces
(13/08/2017) estas notas que tituló; “EL PUERTO DE LA CRUZ EN LA OBRA DE
MELECIO”.
Publicadas en La Opinión de Tenerife, el sábado 12 de
agosto de 2017: “…Aproximarnos a la
trayectoria histórica del Puerto de la Cruz es conocer numerosos detalles de un
pasado del que es amplio conocedor el Memorialista, investigador y escritor
portuense, Melecio Hernández Pérez. Su conocimiento al respecto nos sitúa ante
numerosos libros, artículos, conferencias y otras participaciones en las que se
muestra el tesón impagable por conocer y difundir nuestro pasado. Una de esas
aportaciones es la obra Alrededor del Charco: Historias y leyendas del Puerto
de la Cruz, publicada por Ediciones Idea en el año 1995. En tal aporte, se
suceden una serie de acontecimientos bajo el común denominador de discurrir en
la misma ciudad, aunque en diferentes contextos temporales. Melecio, lograr
fundir en apenas 64 páginas detalles de una serie de sucesos que atrapan al
lector ante un ameno y didáctico recorrido. Sus primeras palabras van dedicadas
al núcleo portuense como un espacio en el que late un sentimiento mágico y
mítico que se confunde en el crisol de los tiempos, que es también carácter e
identidad que roza la fantasía y la leyenda más sugerentes. A lo largo de esa
primera parte, se suceden algunos elementos asociados a tradiciones guanches en
torno al Valle de La Orotava y el establecimiento de la conquista. Al mismo
tiempo, numerosas imágenes ilustran la publicación y permiten recrear de forma
visual el contenido que con precisión define Melecio. El primer relato se
titula “La cruz del diablo” y es el marco en el que se expone la presencia de
una cruz conocida como cruz del diablo, cuya enigmática presencia hizo suponer
al vulgo que la había traído en una noche de tormenta el mismísimo diablo y
estaba maldita, aunque Melecio matiza los detalles de su creación y las
características de su sobrenombre por aparecer con una sarta de cuernos durante
un día en el aniversario de la Constitución de 1812. Otro de los relatos
aproxima al lector ante la cruz situada en el conocido Peñón del Fraile. La
denominación de esa peña volcánica responde al destacado icodense fray Juan de
Jesús, que eligió la misma como el espacio donde establecer su capilla y altar.
Al mismo tiempo, el relato continua con algunas referencias sobre un ser que
tendría una vida marcada por diversas adversidades. Sobre ese mismo espacio se
colocaría una cruz de troncos secos de verodes que florecieron, incrementando
ese suceso la admiración del pueblo por el fraile icodense. Triste suceso forma
el tercer relato protagonizado por el joven James W. Morris, asesinado en 1878.
Melecio recoge algunos datos que permiten recrear tal acontecimiento y aproximarnos
a sus causas, sufriendo los dos acusados condena a garrote vil. Un impactante suceso
que sería transmitido de generación en generación, matizando que algunas
personas, de tanto que la oyeron en su niñez a sus progenitores o abuelos, la recuerdan
y sitúan como si fuera un suceso vivido en su época. El cuarto relato también
recoge un hecho dramático, desarrollado en el año 1810 contra dos franceses y
que sería conocido como “el motín de los franceses”. El primero de los
asesinados sería Luis Beltrán Broual, cuya cabeza cortada y clavada en una pica
la pasearon por el pueblo mientras su cuerpo era arrastrado por las calles. El
otro francés víctima de tales acciones sería José Bressan, sufriendo heridas
mortales. La última historia objeto de atención de Melecio giraría en torno a
la presencia de unas estructuras similares a pirámides en el Puerto de la Cruz.
Tras descartar diversas opciones e hipótesis, Melecio se inclinaría por
manifestar la posibilidad de que se pudiera tratar de la reproducción por parte
de los aborígenes de una figura piramidal, con forma similar al Teide, con
alguna finalidad de carácter ritual o ceremonial.
Son, pues, pequeñas aproximaciones
a la amplia historia de una ciudad que, a través de las numerosas investigaciones
de Melecio Hernández Pérez, encuentran respuesta a incógnitas que se sitúan
entre la historia y la leyenda…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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