Aniversario
de su fallecimiento. El amigo de la infancia de la calle el Calvario de la
Villa de La Orotava; ISIDORO SÁNCHEZ GARCÍA (su sobrino), remitió entonces (13/08/2016)
estas notas que tituló “LA TÍA MARÍA LUZ”: “…María Luz era
hermana de mi madre. La conocí en 1948 cuando nos llevaba al colegio de la
Milagrosa de La Orotava. Con mi otra tía, Toya, quien a pesar de ser más joven
que María Luz, se marchó para los cielos de la Villa antes que su hermana. Aún
mantengo el recuerdo del día de su boda con Juan José, el hijo de doña Matilde
Bethencourt, la de la Venta Nueva, cuya familia hizo historia con las
excursiones guiadas a las Cañadas del Teide en la época de los mulos.
Inolvidable el día que Juan José y María Luz se casaron, creo que en la capilla
vieja del colegio de la Milagrosa con Toya y Angelita Méndez de portadoras. Me
dejaron en la casa familiar con la abuela Herminia mientas celebraban el
banquete nupcial en el restaurante del aeropuerto de Los Rodeos. Después comenzaron
a venir al mundo de la Villa el primo Chicho, la prima Tilde, que se marchó
dormida a territorio celestial a principios de los año 80 para esperar a sus
padres con el paso de los años, y las primas Luci y Miriam. Vivíamos juntos en las casas de
la calle Calvario, números 1 y 3, después que la familia palmera de don Pedro
Afonso se marchara a la calle orotavense de la Carrera pero solo con zapatos y
sombreros, ya que el tabaco se lo llevó otro palmero, Clemente, pariente de
Timoteo que trabajó en el Museo del tabaco en Breña Alta.
María Luz era feliz hasta que se marchó su
hija Tilde pero encontró el apoyo familiar de Juan José y de Chicho, Lucy y
Miriam. También de Maricela y Jorge y de
sus familiares más próximos. De su etapa madura la recuerdo viajando con el
grupo de la Villa a Cuba y a Venezuela. Había que verla exhibiendo un enorme
sentido del humor, sobre todo cuando íbamos de excursión con su amiga Coral
Hernández. En San Antonio de los Baños conoció a sus primos, alguno de los
cuales marcharon a Miami y Canarias. De
su última etapa me viene a la cabeza los comentarios que me hacía cada vez que
me acercaba a saludarla cuando iba de visita a la Villa. Evocaba los recuerdos
que tenía de cuando era niña y vivía cerca de los molinos de agua en la calle
Castaño, hoy del Dr. Domingo González. Llevaba la muñeca a lavarla debajo del
canal de tea que transportaba el agua que iba del chaboco del molino de Obdulia
al de Josefina y se desparramaba sobre la calle de adoquines. A lo mejor por
eso tiene en su casa un cuadro de su amigo Isidro Cruz que le recuerda su
infancia. Los latidos de la tía María Luz se acabaron en este planeta. Ahora a
disfrutarlos arriba con su familia…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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