Fotografía referente a
los años
cincuenta del siglo XX, expuesta por el Grupo Cultural “LA ESCALERA” de La
Villa de la Orotava,
tomada del norte al sur. Se conservan los anteriores elementos urbanos del
entorno.
El
amigo y compañero de docencia de la Villa de La Orotava; JUAN J. MARTÍNEZ
SÁNCHEZ, en su libro “LA OROTAVA SUS CALLES,
SU HISTORIA”, con la colaboración del también amigo de la Villa,
profesor titular de Historia de Arte de la Universidad de Las Palmas; SEBASTIÁN
GUTIÉRREZ DELGADO, en las paginas; 21, 22, 23 y 24.
Habla
de los orígenes de la plaza La Paz en la Villa de La Orotava: “…La
actual Plaza de La Paz recibió su nombre para celebrar el fin de la Primera
Guerra Mundial. La terminación del conflicto bélico se ratificó en los acuerdos
firmados en 1919 por las potencias que habían participado en la contienda.
Dichos acuerdos se concretaron en varios Tratados de Paz en los que se
intentaron resolver los graves problemas generados tras cuatro años de cruel
guerra. El más importante de estos Tratados es el de Versalles (Francia).
Imponen el contenido del mismo los vencedores de la Guerra (EE.UU., Francia,
Gran Bretaña e Italia). Los vencidos (Alemania, Turquía,...) han de aceptar las
decisiones. El Tratado de Versalles transforma el mapa europeo: el Imperio
Austro-Húngaro queda desmembrado, desaparece el Imperio Turco, aparecen nuevos
estados (Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Estonia, Letonia, Lituania) se
reconoce el derecho de Polonia a ser nación independiente, Alemania pierde su
imperio colonial, debe pagar las reparaciones de la guerra y proceder al
desarme. Tanto el Tratado de Versalles como otros que lo completaron (Saint
Germain, Sevres y Trianon) estuvieron basados en los "Catorce puntos del
programa de Paz" del presidente norteamericano Wilson. Los esfuerzos por
lograr una paz duradera no se verían compensados por los hechos históricos:
veinte años después estallaría la Segunda Guerra Mundial y en nuestros días
varios focos de tensión están situados en territorios como los Balcanes o
países Bálticos protagonistas de los Tratados de Paz de 1919.
La plaza de La Paz fue desde principios del
siglo XX importante nudo de comunicación: calle Calvario, La Sidrona (ahora
llamada Obispo Benítez de Lugo), paseo de Quiquirá (ahora Domínguez Afonso),
carretera del Pinito, que va a la Cuesta de la Villa. El proyecto de
construcción de la plaza de La Paz, a cargo de don Juan Ruiz Benítez de Lugo,
tropezó serios obstáculos: el económico por carencia de fondos municipales y,
sobre todo, de tipo técnico por la existencia en el lugar de la antigua ermita
del Calvario, un pequeño edificio del siglo XVlI; éste fue derribado en el año
1914 y sustituido por el actual, sobre una terraza situada en un punto
tangencial del círculo de la Plaza. La actual capilla, proyectada por el citado
arquitecto Sr. Estanga, es de estilo neogótico. Esta capilla y una media docena
de viviendas que se construyeron en la zona, establecen el perímetro de la
Plaza. Mantienen una coherencia estética, dentro del eclecticismo
arquitectónico de principios de siglo, fuera de lo común en el ámbito canario.
El acuerdo de la Corporación sobre el nombre "Plaza de La Paz" se
tomó el 19 de diciembre de 1918, al ser aprobada una moción del Alcalde, D.
Juan Cúllen y Machado, "para condenar eternamente el hecho mil veces
salvaje de la guerra, de este azote que envilece a la Humanidad"…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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