jueves, 27 de abril de 2017

CINCO ENTONCES INFANTILES OROTAVENSES EN LAS FIESTAS MAYORES



Cristóbal, Jaime, Domingo, Francis y Pedro. Entonces eran infantiles, puesto que nuestra juventud comenzaba a los dieciséis años. Los cinco posan al principio de los años sesenta del siglo XX, antes la recién adquirida cámara fotográfica automática del  amigo de la infancia en la calle El Calvario de La Villa de La Orotava; Carmelo Santos Villar, el cual me envía esta extraordinaria fotografía, tomada en la Plaza de la Constitución, de La Alameda, del Kiosco de la Música o de Los Soldados (exactamente en el costado sur de la citada plaza, frente al cuartel de Infantería), un Jueves de Octava del Corpus en las Fiestas Mayores de la Villa de La Orotava.
Cristóbal, ha sido muchos años encargado de La Casa de Los Balcones, Jaime, empezó trabajando de impresor en la imprenta Calzadilla,  posterior en el comercio (Gómez Baeza del Puerto de la Cruz, y por su cuenta en el marketing de productos caseros), falleció en un trágico accidente. Domingo. Empezó a trabajar en los Almacenes orotavenses de los “Herrero”, terminó su vida como policía Nacional. Francis estudio Graduado Social y trabajó en la aseguradora Mapfre. Y Pedo García conocido artísticamente por PEDRO GARHEL le conocí de pequeño, cuando jugábamos en la plaza de Franchi Alfaro, cerca de nuestros domicilios, coincidimos en el colegio de San Isidro en diferentes cursos, incluso llegamos a convenir en el Hospital Militar de Santa Cruz cuando hacíamos el servicio militar. Es cierto que desde pequeño destacaba en la habilidad artística, el dibujo, la música, la danza. Nunca perdió el timón, pues él quiso ser artista en su vida, falleció joven, cuando se esperaba mucho arte de él.
Los cincos son amigo de un servidor desde la infancia, fuimos compañeros en la Academia Mercantil Atlántida de don Pepe Dorta y don Félix Calzadilla en la orotavense Calle El Calvario. Salvo Pedro y Francis que coincidimos en el Colegio de San Isidro de La Orotava en el Bachillerato.
En esos años aun no teníamos dieciséis años, recuerdo que formamos un club social en uno de los lavaderos de la azotea de mi casa, donde nos reuníamos y pasábamos el tiempo con vista a realizar bailes que nunca llegamos objetivar.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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