“…En la calle del Calvario / faltan tres personas / Maria la
Sorpuesta / Rita la montona / y le sigue la corriente / Amparo la Reverona…”
Calle
El Calvario de la Villa de La Orotava en los años veinte del siglo XX.
Magnifica fotografía, que capta una de las principales calles de la Villa, por
donde se entraba y salía a la población.
Desde
el Llano de San Sebastián o plaza de Franchi Alfaro, hacía arriba. A la altura
de las dos clásicas Mansiones del siglo XVIII, declarada actualmente BIC, en la
que sobresalen balcones canarios con cojinetes en su epicentro.
En la
primera podemos observar las dos puertas que entonces estaban instaladas dos
barberías; la de don Manuel “El Ramblero” y la de don Perico. Se da la
curiosidad que este segundo barbero criaba en jaulas colección de pájaros
canarios. Por las mañanas colgaba en la pared de frente del antiguo Hospital de
la Santísima Trinidad, puesto que el sol daba y salía por el Sur, por las
tarde, lo hacía por fuera de su barbería ya que el sol daba y terminaba por el norte.
En la
segunda Mansión (actualmente de Juan del Castillo y León), destaca el inmenso
garaje que estaba ubicado en su parte baja a la izquierda, donde se guardaban
los automóviles de la Parada de “Los Ricos” (como le llamaban, por trabajar
para la alta sociedad de la Villa de La Orotava
- coburgos), entre ellos el del chofer Justo Hernández.
Subiendo
por la izquierda se conserva todo como era en esa época, destacando la mansión
que construyó el comerciante chasnero don Casiano García Feo en el año 1905
para contraer matrimonio (actualmente conservada), el surtido Texaco,
administrador primero por don Fernando Hernández Pérez y posterior por mi padre
Juan Álvarez Díaz.
Por la
derecha, los centenarios Plátanos de Líbano, en estos tiempos dentro de la
plaza de Franchi Alfaro, la parada de los Taxis de los Ricos, entonces en la
calle García Beltrán. El Hotel “El Suizo” y al final arriba por la derecha, ya
estaban fabricadas las casas neoclásicas diseñadas por don Mariano Estanga; oficinas
de la Cooperativa Agrícola del Norte de Tenerife (FAST), la de la familia
Acosta, don José Álvarez, familia Méndez y Jiménez, y la de don Isidro Cruz,
que ocupó posterior el Instituto de Previsión.
Destaca,
el trajinar por estas sendas entonces de niños descalzos, mayores previstos de
bastones, automóviles de la época (camión de las gaseosas) y vestuarios de la
época, así como el histórico empedrado de la vía, y el canal de la acera de la
izquierda por donde bajaban las aguas de las lluvias.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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