martes, 1 de agosto de 2017

CALLE CALVARIO VI



“…En la calle del Calvario / faltan tres personas / Maria la Sorpuesta / Rita la montona / y le sigue la corriente / Amparo la Reverona…”

Calle El Calvario de la Villa de La Orotava en los años veinte del siglo XX. Magnifica fotografía, que capta una de las principales calles de la Villa, por donde se entraba y salía a la población.
Desde el Llano de San Sebastián o plaza de Franchi Alfaro, hacía arriba. A la altura de las dos clásicas Mansiones del siglo XVIII, declarada actualmente BIC, en la que sobresalen balcones canarios con cojinetes en su epicentro.
En la primera podemos observar las dos puertas que entonces estaban instaladas dos barberías; la de don Manuel “El Ramblero” y la de don Perico. Se da la curiosidad que este segundo barbero criaba en jaulas colección de pájaros canarios. Por las mañanas colgaba en la pared de frente del antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, puesto que el sol daba y salía por el Sur, por las tarde, lo hacía por fuera de su barbería ya que el sol daba  y terminaba por el norte.
En la segunda Mansión (actualmente de Juan del Castillo y León), destaca el inmenso garaje que estaba ubicado en su parte baja a la izquierda, donde se guardaban los automóviles de la Parada de “Los Ricos” (como le llamaban, por trabajar para la alta sociedad de la Villa de La Orotava  - coburgos), entre ellos el del chofer Justo Hernández.
Subiendo por la izquierda se conserva todo como era en esa época, destacando la mansión que construyó el comerciante chasnero don Casiano García Feo en el año 1905 para contraer matrimonio (actualmente conservada), el surtido Texaco, administrador primero por don Fernando Hernández Pérez y posterior por mi padre Juan Álvarez Díaz.
Por la derecha, los centenarios Plátanos de Líbano, en estos tiempos dentro de la plaza de Franchi Alfaro, la parada de los Taxis de los Ricos, entonces en la calle García Beltrán. El Hotel “El Suizo” y al final arriba por la derecha, ya estaban fabricadas las casas neoclásicas diseñadas por don Mariano Estanga; oficinas de la Cooperativa Agrícola del Norte de Tenerife (FAST), la de la familia Acosta, don José Álvarez, familia Méndez y Jiménez, y la de don Isidro Cruz, que ocupó posterior el Instituto de Previsión.
Destaca, el trajinar por estas sendas entonces de niños descalzos, mayores previstos de bastones, automóviles de la época (camión de las gaseosas) y vestuarios de la época, así como el histórico empedrado de la vía, y el canal de la acera de la izquierda por donde bajaban las aguas de las lluvias.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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