lunes, 17 de abril de 2017

LA CUEVA DEL HIELO EN LAS CAÑADAS DEL TEIDE (I)



Fotografía referente a una tarjeta postal coloreada del principio del siglo XX, del centro de fotografía FEDAC.

La primera vez en mi vida que veo esta impresionante cueva del hielo en Las Cañadas del Teide en la Villa de La Orotava. La había oído hablar, pues era tan famosa que en la primera mitad de la década del siglo XX, muchos orotavenses iban a buscar las barras de hielos en mulas a esta importante cueva. Era la época que no existían fábricas para su elaboración y por supuesto aún no se conocían las modernas neveras eléctricas que tenemos en nuestros hogares.
La panorámica que está tomada y coloreada al principio del siglo XX, es una paisaje natural acogedor, parece que no estamos en Canarias, en el tiempo esta famosa cueva le dio muchísimo trabajo a muchos orotavenses, supongo que en la actualidad se conserva como lugar turístico esplendido dentro del famoso parque patrimonio mundial de la naturaleza.
Los trabajos en los neveros comenzaban en primavera después de las últimas nevadas. Cortaban la nieve con palas y la llevaban a los pozos de nieve, donde la prensaban para convertirla en hielo. Al pisar la nieve ésta se compactaba con doble finalidad: para disminuir el volumen ocupado y para que se conservara más tiempo en forma de hielo. Después se cubría con tierra, hojas, paja o ramas formando capas de un grosor homogéneo.
Ya en verano, se cortaban bloques de hielo que eran transportados a lomos de bestias de tiro (caballos, mulas o burros) durante la noche para evitar que se derritiera, hasta los puertos y núcleos urbanos más cercanos donde eran comercializados. La dureza del trabajo debía ser impresionante. Los neveros (trabajadores de la nieve) no disponían de abrigos y calzado moderno, y trabajaban en condiciones de frío intenso acumulando la nieve en los pozos.
Nuestros antepasados más viejos todavía recuerdan tener que ir a comprar barras de hielo para alimentar las primeras neveras domésticas. Con la aparición de la producción de hielo en forma industrial y posteriormente de los frigoríficos domésticos, se evita la dependencia de la meteorología. Quedaron entonces obsoletos los almacenes de hielo y de nieve, así como las técnicas de recolección, almacenaje, extracción y transporte.
Me han comentado oralmente que, en tiempos del franquismo, el régimen vencedor ordenó echar barrenos para destruir la cueva de hielo y evitar que pudieran abastecerse los huidos del mismo. La cueva perdió su primitiva forma y quedó una especie de semicueva o pozo donde aún se conservan los hielos.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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