martes, 21 de noviembre de 2017

LA MÁQUINA DE COSER DE MI MADRE



Máquina de coser de las clásicas, que hacen historia en el arte de la confección y del vestuario en el tiempo.
Marca SINGER especial clásica, regalo de mi padre; Juan Álvarez Díaz a mi madre; María del Carmen Abréu González recién casados al principio de los treinta del siglo XX, que conserva mi hermana; Fina Álvarez Abréu, en su domicilio.
La verdad que mi madre María del Carmen Abréu González, aprendió el oficio de modista de caballero lo que se conoce por “El Sastre”, con don Luis Herreros, trabajó en su taller, hasta que se independizó por su cuenta.
Al contraer matrimonio con mi padre Juan Álvarez Díaz, montó el taller en su domicilio pos matrimonial, en el viejo camino de Los Cuartos de la Villa de La Orotava, en una casita ubicada frente a la histórica Calera de don Antonio Hernández, actualmente Avenida de Emilio Luque Moreno.
Papá le obsequió esta impresionante y entonces moderna máquina de coser, que ella utilizó toda su vida en su taller y en su domicilio para su familia.
Al final de los cuarenta del siglo XX, sufrió problemas de varices en sus piernas, fue operada y quedó estupendamente bien, pero al nacer un servido, con el peso se le volvieron a renacer, lo que le supuso cerrar el talle y dejar solo a su ahijada Ángela Pacheco Pérez, para trabajos espontáneos, pero más bien de la familia.
Mamá ejerció una extraordinaria labor como modista de caballeros, su taller fue una ejemplar escuela de aprendizaje, muchas muchachas orotavenses, aprendieron de su metodología. A muchos caballeros de la villa vistió, a mucha juventud y niñez.
Sirvan estas letras en homenaje a ella, a mi mamá, a una madre que quise de todo corazón, que me trajo al mundo, y soy lo que soy.
Gracias MADRE.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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