Fotografía
referente del amigo y compañero de pupitre del colegio de San Isidro de la
Villa de La Orotava; ANTONIO DOMINGO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ (TOÑO EL DEL BAR
TAPIA).
EL COJO
REGALADO retratado en la plaza del Kiosco de la Música o de la Constitución o
de la Alameda de la Villa de La Orotava por el lado norte, donde estaba el
banco de piedra molinera alargado que iba desde la calle de San Agustín a la
calle el Calvario (desde el estanco de Anita a la calle El Calvario). Lo vemos
con su típico bastón sin guitarra a ristre, pensativo como era su
característica. Detrás se ve la casa del Marque de Celada con su famosa
araucaria, que aún se conserva en la actualidad, la casa de Celada en ese
entonces era la sede de la Acción Católica Masculina, en la actualidad
propiedad de los herederos de Isaac Valencia Pérez está afectada por su mitad
por la construcción del puente del Escultor Estévez. Al fondo vemos las torres
gemelas y la cúpula del templo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción
declarado monumento artístico nacional en el año 1947.
La fotografía
corresponde al fotógrafo “ORTEGA”, que fue reportero de guerra de la segunda republica
española.
Don Eustaquio Regalado
Cairós (1894 - 1956), personaje popular de la Orotava conocido por “EL COJO
REGALADO”. Aún falta colocar un busto o cualquier monolito de piedra o
bronce. Las autoridades municipales deben obsequiar al ilustre personaje
popular que dio vida a la caricatura lírica COSAS DEL PUEBLO. Escena
costumbrista, cuyo libreto es original del letrado villero don Felipe Casanova
y Machado, y la música del vallisoletano – orotavense don Tomás Calamita y
Manteca.
En todos los pueblos
habitan individuos que por su peculiar manera de ser llegan a alcanzar el rango
de la popularidad. Son personas que parece han venido al mundo con
la exclusiva finalidad de desvanecer indulgentes nuestras preocupaciones a la
manera que el sol borra la negrura de las tinieblas.
Son
generalmente gentes de humilde origen, deformes en su constitución física y con
alguna anormalidad de tipo psicológico, cosas ambas que les conquistan una
especie de original aristocracia.
Muchos de
ellos han pasado a la novela, al teatro y a la pintura, cobrando tal
importancia, que no sabemos si ellos dan lustre al artista o el artista es
quien lo eleva sobre la vulgaridad de las cosas. De estos hombres populares, La
Villa tenía uno que era el prototipo de la gracia y una caricatura de la figura
humana.
Contrahecho y
rechoncho, con su característico andar renqueante, deambulador y noctámbulo
empedernido, rompe la monotonía de los días en calma con su voz de tenor,
desgarranando un trozo de zarzuela o entonando maravillosamente una canción
canaria. Empapado de lluvia o de sol a la luz de las estrellas o bajo el manto
de la noche, su porte y sus ademanes son como un símbolo de la simpatía.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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