domingo, 9 de abril de 2017

ADOLFO ARBELO GONZÁLEZ (1924-2014): EBANISTA Y COLOMBÓFILO.



Agradecimiento especial a su hijo y amigo desde la infancia Profesor titular de Historia de la Universidad de La Laguna  Adolfo Arbelo que me facilitó su biografía y extraordinarias fotografías.
El nueve de  abril del 2014 fallecía Adolfo Arbelo González en la calle Nicandro González (popularmente conocida por calle Verde), en la misma casa- número 24- en la que había nacido en junio de 1924. Desde muy temprana edad tras cursar estudios primarios se incorporó rápidamente al mundo laboral, las necesidades de una familia humilde y numerosa no permitían ampliar a otros niveles su formación académica. Por influencia de su padre se inició desde muy joven en el oficio de carpintero-ebanista en La Orotava, trabajando con distintos carpinterías de esta localidad y sobre todo en la carpintería de don Isaac Valencia Pérez.
Las duras condiciones económicas por las que atravesaba el Archipiélago canario, en los duros  tiempos de la postguerra española, y el hecho de haber formado una familia en los años cincuenta, tras contraer matrimonio con Dª.T. Dolores García Rodríguez, le impulsaron como a otros muchos isleños a emigrar hacia Venezuela, donde residía una hermana y varios cuñados. En su trayecto en barco hacia la república venezolana no dejó de experimentar algún suceso curioso, como su visita a la isla de Cuba como consecuencia de una avería del barco en el que viajaba, lo que le permitió ver la entrada de Fidel Castro en La Habana. A su llegada a Venezuela rápidamente encontró trabajo como ebanista e incluso su profesión le permitió trabajar durante un tiempo-en 1960- en Miami. A finales de los 60 retornó a La Orotava, y tras trabajar durante varios años como ebanista y aunque él siempre manifestaba que lo más que le gustaba era hacer muebles, se jubiló como dueño de un Bazar en el Puerto de La Cruz que compartió con su esposa, Dª. T. Dolores García Rodríguez.
Su principal afición  que cultivó desde su muy temprana juventud fue la de colombófilo;  al cuidado de las palomas mensajeras dedicó gran parte de su vida, fue socio fundador del Club Colombófilo Valle de La Orotava y obtuvo numerosos premios e incluso un record mundial en los años 70  de vuelo marítimo desde las costas africanas a la isla de Tenerife, de cuya hazaña se hizo eco la prensa de la época, denominando al pichón que llevó a cabo esta gesta como “el coloso del Atlántico”. Por otra parte, una de sus palomas fue seleccionada para la Olimpiada Colombófila de Katovice (Polonia) celebrada en febrero de 1969, en la que obtuvo un diploma de Honor.
Por encima de sus actividades profesionales y de sus éxitos en el ámbito colombófilo, siempre  destacó por ser un hombre honesto y  bueno, descanse en  paz.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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