sábado, 8 de abril de 2017

NIEVES HERNÁNDEZ GARCÍA “CASTRO”, EN EL RECUERDO



Nació en La Orotava, allá por el mes de Marzo, concretamente el día 4 del año 1920 y falleció en el Puerto de la Cruz el sábado día 8 de Abril de 2017, a los 97 años de edad.
Vecina de nuestra familia en la calle El Calvario de La Villa de La Orotava, se fue a  vivir al Puerto de la Cruz, donde caso con el portuense Alejandro García pariente de mi abuelo materno Bruno Abréu Rodríguez. Que al igual que mi abuelo era músico tocaba el violín, la bandolina en la agrupación de pulso y púa Eslava de la Villa de La Orotava y en El Tronco Verde de Santa Cruz de Tenerife, operario - contable de la empresa “La Viuda Yánez” con sede en la Plaza La Paz de La Orotava, fue concejal del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz en la segunda Republica Española e inspector de la Banda Municipal de Música de dicha ciudad. El matrimonio Nieves y Alejandro tuvo dos hijos Nievita fallecida ex concejala del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz  y Miguel Ángel gran amigo mío de toda la vida.
Por su edad Nieves ha ingresado voluntariamente en el Hospital de la Inmaculada del Puerto de la Cruz, emplazado frente a su domicilio particular, que en vez en cuando visita. Sus padres don Lorenzo Hernández Castro impresor y músico y su madre Doña Dolores García ama de casa, a la que traté como una madre en mi infancia, siempre que nos veíamos desde la ventana de mi casa y ella en el balcón de su casa me preguntaba por mi salud productos de enfermedades infantiles. A su padre don Lorenzo le conocí ciego padecía diabetes, siempre le esperaba en la puerta de mi casa para ayudarle a cruzar la calle El Calvario, lo que me ofrecía voluntariamente por esa compasión una peseta de las que llamaban rubias.
A Nieves la fui a buscar a su casa del Puerto con su hermano Francisco, para realizar un programa en la Televisión Local ATV del amigo Ángel Sálamo sobre la vida y la memoria de la calle El Calvario de La Orotava. En mucha ocasiones retrasmitimos por la misma emisora y en directo los festejos de las fiestas mayores de la primera ciudad turística de Canarias, desde un apartamento - terraza frente al muelle pesquero, donde se celebraba allí las fiestas del Carmen. Ella me decía que había aprobado las oposiciones para telégrafo, pero que no le dieron la plaza. Tuvo a muchos pretendientes entre ellos a Antonio García padre de Salvador García Llanos ex alcalde del Puerto de la Cruz, hasta que consiguió el amor de su vida Alejandro García y contrajo matrimonio con él en la Iglesia de Nuestra Señora de La Concepción de La Orotava, con la bendición del entonces cura párroco y arcipreste de dicho templo el ramblero don Manuel Díaz Llanos.
Su hermano Nazario Hernández García “Chile”, remitió entonces (2014) estas notas que tituló  "CUANDO NOVENTA ES MÁS QUE UN 9 Y UN 0”:  “…Se llama Nieves Hernández García, aunque en el Puerto de la Cruz, le dicen Doña Nievitas.
Nació en La Orotava, allá por el mes de Marzo, concretamente el día 4 del año 1920.
Sus padres Don Lucio Lorenzo Hernández Castro y Doña María Dolores García Rivero, es por lo tanto hermana mayor de un "rancho" de hermanos y hermanas, que vinieron al mundo de la mano de su madre Doña Lola, No se asusten, por favor. Pero fuimos catorce hijos los que venimos al mundo por obra y gracia de nuestros padres.
Yo no sé, como se vivía en aquella época, si bien, o no tan bien y si lo aires bélicos que aun se respiraban después de la guerra del 14, la que se conoce como primera guerra mundial, repercutieron de alguna forma, pero sí estoy seguro que dejó una huella de fortaleza y vitalidad en todas las gentes de aquella época. Pata mi no tiene otra explicación el hecho de tantos matrimonios de familias tan súper numerosas, como se dice ahora. Pero lo cierto es que, por alguna razón era frecuente.
Tampoco se, si por el hecho de ser la primera, mi hermana Nieves recibió unos tratos y cuidados en grado superior al que recibimos el resto de hermanos. Yo creo que como nuestros padres eran tan cariñosos con nosotros, Dios les dotó de otros maneras más afines que hiciesen llevaderos los medios de subsistencia, pero lo cierto es que todos al menos los once últimos, superamos el listón de conservación, todavía quedamos 8 en pie de guerra.
Cuando fue creciendo y al mostrar buenas dotes para los estudios le pusieron una profesora de inglés, pero sobre todo, según me contó un día mi tía Carmen, hermana de mi padre, el tener que ayudar a mi madre con tantos hijos, le fue creando un afán en el trabajo y sobre todo en su responsabilidad y con bastante frecuencia quizá no como la que ella hubiese deseado, echaba una mano. Creo que eso influyó acertadamente en la formación de su carácter, siempre abierto, cariñoso y responsable. Aunque me contaban una anécdota sobre los cuidados que me otorgaba, muy simpática, pero pobre y triste para mí. Y era que cuando me daba el biberón que tenía que ser rico en vitaminas, porque yo era muy delicado de salud y reacio a comer, ella se tomaba más de la mitad, para terminar antes, pero la treta fue descubierta al notar mi madre que ella aumentaba en peso y yo en manera proporcional disminuía. Ella comía e iba hacia delante y yo al contrario. y es que la medicina es muy sabia y al final, las cosas se descubren.
Como era tan dinámica su listeza aumentó y aprovechó sobre manera los estudios. Empezó a trabajar en Telégrafos y tenía mucha diligencia para enviar telegramas, cosa que a mí me parecía muy complicada por aquello de que había que enviar noticias con el menor número de palabras, por razones de espacio pero sobre todo porque la situación era difícil y el dinero no abundaba. Recuerdo de esa época a Doña Lola Murillo que era su superiora en telégrafos y que tenía un corazón abarrotado de bondades, mas tarde paso a ocupar la plaza de funcionaria en el ayuntamiento de la Villa concretamente en el departamento de intervención, bajo el asesoramiento de Don Felipe González Méndez, donde su afán de trabajo y no estarse quieta, eran ejemplares. Pero aparte de esas ocupaciones "formales" siempre tenía tiempo para ocupaciones benéficas. Ayudaba a mi padre a llevar la tesorería del Liceo de Taoro en su sede que ocupaba donde hoy se encuentra el banco Santander antes Hispano Americano. También ayudaba a nuestro padre a llevar la secretaría de las distintas comunidades de agua, de las que era secretario titular.
La recuerdo ensayando los bailes típicos en el domicilio de Don César Hernández Martínez bajo la dirección de Don Leoncio Estévez en las vísperas de la Romería de San Isidro Labrador.
Cuento todos estos pasajes de su vida, porque es una mujer que jamás dejo de estar ocupada y metida en actos y maneras que significasen una ayuda a alguien.
En el Puerto de la Cruz, ayudó en la inauguración del Hotel Magec desde su puesto de gobernanta, en las tareas difíciles que lleva implícita la puesta en marcha de un complejo hotelero de esa magnitud.
También en el Puerto de la Cruz, contribuyó con el esfuerzo y el entusiasmo que siempre la ha caracterizado en el Instituto de Estudios Hispánicos.
Otro desprendimiento, propio de su cariño hacia mí y que nunca olvidaré de ella, fue aquel rato tan alegre que disfrutamos el domingo de la Romería de San Isidro del año 1949, cuando cumplíamos el servicio militar en el lejano Sidi Ifni. Nos envío un pequeño cargamento de papas bonitas para cuando fuera la hora del paso de la Romería por la Calle Calvario, nos acordásemos todos los villeros de tal momento. Su único fallo, fue que no nos explicó aquello de la sal que había que ponerle al agua sin advertimos que tuviéramos en cuenta que el agua de mar ya tiene sal. Pero aunque estuvieran muy saladas nos supieron a gloria.
Gracias por todo, querida Nieves. Y mi mayor y más cariñoso recuerdo a los que tanto quisimos en nuestras vidas, tu marido Alejandro y tu hija Nievitas, ten seguro que yo nunca los olvidaré…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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