Fotografía tomada en la histórica carretera “El Piche” de La Villa de La
Orotava, que se llamó así, por ser la primera del casco histórico que se empicha
con alquitrán. La comprendida entre el lado sur de la Casa Consistorial
(Ayuntamiento de La Villa) y la Hijuela del Botánico, conocida hoy por la
denominación de Don Aureliano Linares Rivas nacido en Santiago de Compostela, el
día uno de junio de 1841, y fallecido en Madrid, el treinta y uno de marzo de
1903, político español, hijo del escultor y abogado José Linares de la
Peña y de María Rivas y Rivas,
hermano de Maximiliano Linares Rivas. Frente a esta panorámica observamos la
mansión de don Francisco Morales Hernández, en la actualidad de su hijo
Francisco Morales Rodríguez. Exactamente en la esquina con la calle Tomás Pérez
(antigua de Home), está estacionada la célebre moto del agente “Abrante”.
Plantilla total de todos los inmortalizados agentes que formaban el cuerpo
municipal de la villa de la Orotava desde la década de los años
cincuentas y sesenta del siglo XX, con sus uniformes verde de gala.
Todos han fallecidos menos Nicolás Yanes Luis (vecino de Barroso). Están formando filas delante de la reja
forjada en hierro que cubre la Hijuela del jardín Botánico, frente a la
comisaría municipal, presididos por el comisario jefe José Antonio Martín, y
sub comisario Pedro Perdomo. De
izquierda a derecha, empieza la comitiva por el cabo Juan Antonio Asensio y
termina por el popular Pedro Negrín (el de los partidos de futbol en la plaza
San Juan y las procesiones de la Villa Arriba de Los Niños que jugaban con los
Santos). Muchísimas son las caras conocidísimas y de gratos recuerdos; entre
ellas; Eufemiano Ortiz, Rosendo, Domingo, Manuel Hernández Luis, Marcelino
Quintero González, Valentín, Ángel García y García, Manuel, Martín, Manuel
Delgado y Delgado, Juan, Juan Martín, Nicolás Yanes Luis, Juan, y Clemente
Álvarez Escobar. Que me perdonen pues los conocí a todos pero incontablemente
no recuerdo sus apellidos de muchos de ellos.
Muchos corrieron detrás de los cacharros en la víspera de las fiestas de
San Andrés, muchos tuvieron que disparar al aire y muchos porrazos se llevaron
los villeros de este recordado cuerpo municipal. Mucho orden ponían en las
procesiones de la Semana Mayor y en las fiestas Mayores de La Villa de La
Orotava.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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