jueves, 16 de noviembre de 2017

LOS BAJÍOS DE LA RANILLA




Esta panorámica, fue durante muchísimos años la despensa – almacén de abundantes cefalópodos, sardinas, chicharros, caballas, viejas y demás peces de todos los ranilleros. Los Bajíos de la Ranilla dieron de comer a todos en tiempo de penuria, en tiempo de escaseé de alimentos, en tiempo de fraccionamiento. Con el Boom Turístico ocurrido en la ciudad al final de la década de los años cincuentas y principios de los sesenta del siglo XX, terminaron con ellos.
Muchos no pudieron desde el principio, pero al final pensaron en destruirlo de cara al progreso “imaginario” con el gran muro de hormigón que atraviesa el litoral desde el muelle pesquero hasta el estadio Municipal El Peñón, construyeron allí la muralla China, siempre pensando en la vanguardia que está por venir.
Decía un filosofo griego que; “…el progreso no es equivalente a la hecatombe…”, todo ha quedado ahí, de momento se utiliza para estacionamientos de automóviles forasteros que visitan la ciudad, salvo en épocas de fiestas donde colocan la feria de atracciones.
Todo a la esperanza de construir el codiciado Puerto Deportivo, Pesquero y Comercial, estaremos años dándole tiempo al tiempo, pues las proposiciones de los políticos y de la política en sí, destruyó lo que debió ser el adelantamiento y convertirlo en reflujo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


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