miércoles, 8 de noviembre de 2017

DON TOMÁS CALAMITA Y MANTECA


Nació en Villalar de Los Comuneros, provincia de Valladolid, el día 14 de octubre de 1868. Desde muy joven con 14 años de edad  se traslada a Madrid, donde comienza los estudios de música, siendo desde sus inicios un discípulo aventajado.
Estudió con Don Emilio Arrieta, en la Escuela Nacional de Música y Declamación, obteniendo las más altas calificaciones, y destacando desde esos momentos como un excelente pianista.
Concluyó sus estudios con el número uno de su promoción y a los 19 años fue nombrado concertador y director del Teatro Romea de Madrid. Sus inicios profesionales fueron en Bandas Militares, y más tarde como profesor de la Escuela Municipal de Música de Madrid
Compuso numerosas zarzuelas de ambiente castizo, entre las que destacan: El Dengue, que se representó 175 veces seguidas en Madrid; Madrid; Los festejos de la Corte; La comedia de Ubrique; El capitán Botalón; Despecho parroquial; Chúpate esa, con más de 50 representaciones.
En Madrid se cierra temporalmente el Teatro Romea, y conoce al Sr. Antonio Lugo-Viña y Massieu, natural de La Palma, quien por el año 1890 lo convence para que se traslade a Santa Cruz de La Palma, para enseñar música a sus familiares. En esta Isla, fue director de una banda de música llamada “Urcéolo Obrero”, por un tiempo de siete años.
En otoño de 1898 se traslada a esta Villa de La Orotava, y ya desde primeros de octubre de este mismo año asume la dirección de la Banda Municipal ininterrumpidamente hasta su fallecimiento acae­cido el día 21 de abril de 1943 (miércoles Santo).
Tomás Calamita Manteca, se casó en dos ocasiones, la primera con Doña. Ana Meléndez Mier, hija de Teresa Mier, y tuvieron  los siguientes descendientes: Tomás, que casó con Mercedes González Pérez, procreando a Ana María, José Manuel, Teresa, Francisco, y Tomás.
Pilar, que se caso con Francisco Roda, de cuyo matrimonio nació Francisco.
Rosario, gemela de Pilar, fallecida sin contraer matrimonio.
Tomás Calamita, se casó por segunda ocasión con la dama orotavense; Doña. Isabel López Buenafuente, teniendo la siguiente descendencia, Carlos, que murió soltero en la guerra incivil española, y Eladia, que casó con Don Bernardo Saro, teniendo los siguientes hijos: Bernardo, Isabel y Carlos.
Arduos y difíciles fueron sus primeros años al frente de esta Banda, que estuvieron dirigidas por buenos aficio­nados villeros, y como es natural el material humano de que disponía, no era, a pesar de la buena voluntad y amor a la música, el más idó­neo para un corto plazo conjuntarlo y obtener laureles con premura.
Es entonces cuando Calamita partiendo de un plantel, casi exclusivamente formado por jóvenes, en su mayoría artesanos, congrega una plantilla de educando que entusiasmados con los progresos patentes bajo la batuta del maestro, sacrificaban gustosos muchas, muchísi­mas horas, de trabajo y de sueño.
Esta perseverante labor, cristalizó al poco tiempo en una ilusionada realidad, y así, ya a comienzos de siglo XX este grupo se convirtió en una verdadera Banda de Música para solaz y recreo de los orotavenses que se complacían acudiendo a los conciertos que tenían lugar en la Alameda de la Plaza de la Constitu­ción.
Sería prolijo enumerar la cantidad de conciertos que dirigió el Maestro Calamita por todos los pueblos de nuestra isla, así como tam­bién su memorable gira a la Islas de la Gomera y La Palma.
Y sobre todo la labor ímproba, y nunca bien pagada, de promocionar aquí, desde el Kiosco de la Alameda, la Zarzuela, el «género chico»-, dándonos a conocer con fidelidad las inmortales obras, de Chapí, Bretón, Arrieta (su maestro), Barbieri, Chueca, Gaztambide, Caballero, Vives, Serrano, entre otros muchos compositores españo­les, así como también las recordadas interpretaciones de oberturas y fantasías de óperas de sello internacional.
Calamita, como pianista acompañante, poseía la rara virtud de la memorización a primera vis­ta, por lo que fue solicitado en múltiples ocasiones, ya que artistas de fama mundial pasaban por Tenerife a causa de la escala obligada de los barcos, y aprovechando esta coyuntura actuaban en el desapare­cido Teatro Power de La Orotava, cantantes, bailarines y artistas de toda índole, de los que destacamos a Juan Manen y a Brindis de Sala, conocido este último por «El rey de las octavas». Como nota anecdótica diremos que Brindis de Sala al final de su recital le felicitó y le dijo «que nadie jamás le había acompañado con tanta fidelidad y exquisitez», llegando incluso a proponerle que fuese con él en su gira por los países americanos bajo las condiciones que estimase oportunas.
En el Piano rayó a gran altura, pudiendo decirse que fueron inconta­bles los alumnos que acudían a sus clases en su domicilio integrados en todos los estamentos sociales, algunos de los cuales descollaron posteriormente en los campos de la interpretación y de la composi­ción.
Como creador de una música Lirica-Teatral, de gran calado en los aficionados, destacando COSAS DEL PUEBLO, en prosa, con letra de Felipe Casanova y Machado: Pescadoras; Caladoras; Venteros; Acuáticos; Guardias; Los de la Isa; Hombres y mujeres del Pueblo.
Con letra de Gil Roldan, creó la música para el “Himno Regional” Alma Canaria, que ha estado en la terna para la elección por parte del Gobierno de Canarias del Himno de Canarias.
A si como la música de la canción a gran voz, letra de Felipe Casanova y Machado: Solo a Ti, etc.
En otoño de 1898, se traslada a la Villa de La Orotava, para asumir la dirección de la Banda Municipal de Musica, dirección que ejerció ininterrumpidamente hasta su fallecimiento, el día 21 de abril de 1943.
En los 45 años que vivió en La Orotava, fueron innumerables las actuaciones del maestro Calamita, por toda la Isla de Tenerife. Se traslado en el año 1921, contratado con la Banda Municipal de Música de la Villa de La Orotava, a las fiestas de San Sebastián de la Gomera, embarcando desde el Puerto de La Cruz a bordo del vapor “Santa Úrsula”.
En abril de 1925, con la Banda Municipal de Música de la Villa de la Orotava viaja a La Palma en el vapor “Tacoronte”, para participar en las Fiestas Lustrales en honor a Nuestra Señora de Las Nieves, siendo recibidos por numeroso público y la Banda palmera “La Victoria”, la cual entonaba un pasodoble original del maestro Calamita.
En el recorrido por las calles hasta el Ayuntamiento, donde serían agasajados, la banda Municipal de Música de la Villa de la Orotava acompañados por todo el público que ocupaba el muelle, entona la marcha “Soy Orotavense”, sucediéndose las salvas y aplausos durante el trayecto, con muchos recuerdos al Maestro, que residió 8 años en Santa Cruz de La Palma, dejando muestras de amistad y simpatía.
Después de su fallecimiento en el año de 1943, han sido innumerables los actos de gratitud y reconocimiento público que se le han tributado al maestro Calamita, como pueden ser los diversos artículos periodísticos como el de Juan Arencibia, y principalmente los de Bruno Juan Álvarez Abréu, que han servido  entre otras cosas para sacar parte de esta biografía, ó los múltiples reconocimientos en actos musicales, como pueden ser los celebrados entre otros, en diciembre de 1951 en el Teatro Atlante de la Orotava, organizado por el Liceo Taoro, con la cooperación del Excmo. Ayuntamiento de esa Villa.
En el mes de junio del año 1973, el Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, Homenajeó a Don Tomás Calamita y Manteca.
En su memoria, se realizó un busto por el escultor orotavense Ezequiel de León Domínguez, que se colocó en la plaza del Ayuntamiento, delante del que fue el cuarto de ensayo de la entonces extinguida Banda Municipal de Música de la Villa. Rotulándole una calle en la travesar a la avenida de Sor Soledad Cobián, en el punto de unión con el primer tramo de la Avenida de José Antonio (Actual Avenida Canarias).
Además se le rindió un certamen de Bandas de Música, con la participación de las bandas: Güimar, Arafo, La Laguna y la Municipal de Santa Cruz de Tenerife, tocando cada una de ellas composiciones suyas canarias, que culminó la de la capital tinerfeña con su obra “Cosas del Pueblo”.
El celebrado en febrero de 2002 en el Hogar Canario de Mérida, Venezuela, en honor a la Virgen de Candelaria, donde los componentes de la Agrupación Folclórica Cultural de Echeyde interpretaban la estampa costumbrista “La Pescadora”, ó el también celebrado en julio de 2004  en el Casino de Tenerife, para el “Concierto Inauguración Temporada de Verano” con la “Coral Polifónica Casino de Tenerife”, bajo la Dirección de María Rosa Da Costa Vacas, y acompañamiento instrumental de “Camerata de Viento de la Villa de Candelaria”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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