Fotografía publicada en el matutino EL DÍA el 10 de
septiembre de 2011, recuerdo que corresponden a viñetas tipo cromos en color
que coleccionábamos los infantiles (niños) en aquellos años.
Aparecían los jugadores de los equipos de la primera división del fútbol
español en individualidades separado por equipos y los de segunda división en
equipo completo.
Llegué a coleccionar al cien por cien, pero el cambio de domicilio por la
venta de la mansión de la calle El Calvario 34 de La Villa de La Orotava, desapareció
completamente.
Fue concretamente el 3 de septiembre del año 1961, un domingo despejado con
Sol radiante aún de verano. Mi padre Juan Álvarez Díaz ex industrial de La
Orotava al que siempre en mi infancia le acompañaba a todos los partidos de
fútbol, fiestas, cines, guachinches, reuniones, entidades bancarias e incluso a
entierros, me llevó a Santa Cruz en un taxi de la parada de La Orotava cuyo
chofer era amigo suyo Miguel Toste. Yo no sabía lo que era el fútbol de elite,
acostumbrado a ver fútbol en el estadio Municipal Los Cuartos de La
Orotava, El Peñón del Puerto de la Cruz y Los Príncipes de Los
Realejos del Juvenil Plus Ultras de don Chile, Juvenil Iberia de don Chano y
del UD. Orotava, desconocía el otro mundo del fútbol prócer. Ese día tres de
septiembre que acaba de cumplirse cincuenta años (Bodas de Oro) solo tenía un
servidor onces años de edad estudiaba primero de bachiller como alumno libre en
el Colegio de San Fernando de La Orotava entonces ubicado en la calle San
Francisco frente a las famosas casas de Los Balcones.
Llegamos a Santa Cruz, nos dejaron en la Avenida Bélgica y en manos de mi
padre, con el partido empezado y el estadio a rebozar de almas humanas, me
reencuentro con el primer gol del Tenerife. No conocía a los jugadores, mi
padre en las gradas de San Sebastián bajo un fuerte y picón Sol me daba
instrucciones, que era un encuentro de la primera división del fútbol español,
que el adversario era el Real Sociedad de San Sebastián en aquella época
provincia de Guipúzcoa o Las Vascongadas (hoy País Vasco), claro mi padre
acostumbraba a entrar a los partidos fútbol comenzados y abandonaba antes de
terminar el tiempo reglamentario. Disfruté de un festín de goles 4 – 1, me
regocijaba del jolgorio y la alegría de los allí presentes.
Al salir del recinto deportivo, a la altura de la puerta del entonces
Colegio de Las Asuncionistas (actualmente parque de Viera y Clavijo), estaba un
pobre hombre inútil vendedor de cupones en una silla de rueda auto -
confeccionada con una vieja bicicleta que no pudo asistir al gran
acontecimiento, nos pidió el resultado, le contesté de momento gana el Tenerife
por cuatro a uno, el hombre casi llora de la alegría de su equipo.
A continuación expongo algunas partes interesantes de la narrativa de este
encuentro del día tres de septiembre del año 1961, entre el CD. Tenerife y La
Real Sociedad correspondiente a la primera división nacional, escrita por JUAN
GALARZA y publicadas en el matutino EL DÍA el 10 de septiembre
de 2011: “..La afluencia de aficionados al estadio aquel 3 de septiembre tampoco
resultó acorde con la solemnidad que hubiese requerido el momento. Porque se
trataba del estreno del Tenerife en Primera… El primer conjunto elegido por
Brocic lo integraron Ñito, Colo, Correa, Paquillo, Villar, Álvaro, Zubillaga,
Santos, José Juan, Padrón y Aguirre… Un futbolista local logró arrancar de la
grada, en un solo minuto, el estruendo que se había quedado pendiente. Un
zapatazo de Paquillo, a más de 30 metros de distancia, se convirtió en el
primer gol blanquiazul… Se marcaron tres goles más, Santos (2) y José
Juan… Aquella alegría inicial apena tuvo continuidad en el tiempo que con el
paso de las jornadas, el Tenerife fue entrando en Barrena…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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