Fotografía de la izquierda referente a don José Berenguer Sánchez con el
uniforme de la Banda Municipal de La Villa de La Orotava.
La de la derecha. Cartel anunciador del concierto de Santa Cecilia del año
1953, que se colocaba en el anexo del Kiosco de la Música en la plaza de La
Constitución o de La Alameda de La villa de La Orotava.
Don José Berenguer Sánchez el último directo de la Banda de Música
Municipal de La Orotava, nació en Jerez de la Frontera, concretamente en la
Plazoleta Quemada del barrio de San Miguel, el 24 de octubre de 1891. Hijo de
padre artesano y madre ama de casa humilde, los primeros años de su vida
transcurrieron con grandes apuros económicos, y su niñez se complicó aún más,
cuando a su corta edad los hacía más necesarios para organizar su vida, quedó
huérfano de padre y, al poco tiempo, de madre, debido a las calamidades que su
viudez deparó.
La indiferencia de su árbol genealógico y la deplorable economía de la
protectora de la familia, una condesa, fueron las causas de que diera en un
orfanato de su ciudad natal, regido por hermanas de San Vicente de Paúl Fue
allí donde aprendió los primeros conocimientos musicales y donde se inició en
el estudio del solfeo y del clarinete.
La vida de clausura del colegio le hizo ambicionar y reclamar cierta
libertad, y para obtenerla no halló otro medio que el de ingresar, en agosto de
1905, como educando en el ejército, en la Banda de Música del Batallón de
Cazadores de Talavera N°. 18 en Algeciras, obteniendo sus primeros galones a
los 16 años. En esta localidad fue ampliando conocimientos culturales con
varios profesores, los cuales fueron interrumpidos por ser destinado el citado
Batallón a Melilla para tomar parte en la rebelión rifeña del mes de julio de
1909. Con los quehaceres de la campaña y los de la profesión, le introduce de
manera autodidacta en sus desnivelados medios de ir consiguiendo alguna
cultura. Por ciertas acciones de guerra, le fue concedida la cruz del mérito
militar con distintivo rojo.
En busca de un ambiente musical más propicio, he traslado a Cádiz en 1912,
como músico del Regimiento de Infantería Álava N°. 56. Durante dos meses
se introduce en el panorama musical de la capital gaditana, sin que llegara a
convencer al optimismo y las ambiciones de sus 19 años. En esa edad, cuando se
le persiguen los conocimientos con más fervor y las ideas didácticas penetran
por los ojos y se fijan en la imaginación, fue cuando un paisano suyo don José
Picón, Profesor del Conservatorio de Santa Cecilia de la capital le lleva a él
como profesor de solfeo y a la vez a formar en las filas de la clase de
armonía, bajo la tutela del director del centro, don José Gálvez, buen
presbítero y gran pedagogo. Simultáneamente otro sacerdote, don Carlos Cuevas,
le introducía en los estudios del bachillerato, retórica y poética. Realizando
tenazmente sus estudios en el Conservatorio, recibiendo la ilustración precisa.
Nunca pudo tocar el piano, pero hizo una profesora en esta discípula, la cual
aventajó a las de otros profesores especializados.
Don José Berenguer le había comunicado sus pretensiones a unos camaradas
del regimiento, y un día abrileño de 1916, en los momentos de preludiar antes
del ensayo, se le acercó uno diciéndole: -Berenguer, hoy publica Diario de
Cádiz el concurso oposición para cubrir la plaza de director de la banda de
música del ayuntamiento de Rota ¿por qué no se presenta?-. No pudo explicar la
alegría recibida cuando llegó al café Alambra y comprobó la noticia, pues
hallándose próximo a extinguir el compromiso contraído con el regimiento, vio
realizados sus sueños. Sin demora cursó la instancia acompañada de cuantos
documentos de méritos y los necesarios cívicos que el anuncio le exigía,
entregándose al examen, fijado para el veinte de mayo, anisadamente esperado.
Además concurrió al concurso, por falta de experiencia, sin el consabido
requisito de la recomendación, por cuanto sus ilusiones estuvieron a punto del
tremendo derrumbamiento, según tuvo conocimiento después. El veinticinco de mayo
tomó la licencia, mas viendo que Rota permanecía silenciosa, puso el siguiente
telegrama al señor alcalde: "Teniendo que embarcar Ceuta ruego
notificación solución concurso". Recibiendo al día siguiente la respuesta:
"Sesión veintiséis acordó recayera nombramiento usted. Debe tomar posesión
mañana primero". ¡Ya era director! y con júbilo aquella noche la dedicó a
despedirse de su vida como instrumentista. Comió en un restaurante. Luego se
dio un bañito lírico y fue a la tercera función del Teatro Principal, saliendo
a las dos de la madrugada. Al día siguiente se incorpora a su nuevo puesto de
trabajo, era el día uno de junio de 1916. Su labor en este cargo fue muy
diversa, desde la organización primordial hasta la trascripción y composición,
sin olvidar sus colaboraciones literarias sobre temas profesionales con Diario
de Cádiz y el Boletín de la Unión Musical Española de Valencia. Cuando llegaron
los luctuosos días del Alzamiento Nacional, como funcionario municipal, ingreso
en Falange Española y, en uno de sus consejos locales, se le nombró Jefe de
Prensa y Propaganda, por lo que desde el año 1932 colaboro con el diario
Águilas de Cádiz, además, con el Boletín del Colegio Oficial de Directores de
Bandas de Música Civiles, y con la revista Ritmo, que dirigía don Rogelio del
Villar. También encontró ambiente propicio dirigiendo la capilla de la
parroquia y compuso una misa polifónica, un Ave María a tres voces, un Réquiem
y varios motetes.
Se casó el 4 de diciembre de 1918 con Manuela Pisones López-Marrufo con
quien tuvo nueve hijos: Antonia, Gil Beningno, Mario, Dolores, Luís, Carmen,
Susana, General y Natividad. Por problemas personales con el sacerdote de la
parroquia, sus superiores lo trasladaron pocos después a El Arahal. En la
Villa se originaron unos abucheos con quienes insultaron a su profesión y a los
músicos de su banda, abandonando Rota el veinte de julio de 1929. Su
destino: nuevamente Cádiz, Consiguiendo la plaza de Subdirector y clarinetista
en la Banda Municipal de Música (¡qué magnífica banda aquella!) que entonces
estaba dirigida por don Eduardo Escobar Rivas. También fue en este período el
director del Orfeón Gaditano. En ambos cargos estuvo hasta diciembre de 1932,
fecha en la que volvió a tomar posesión de su cargo en Rota.
Víctima de la reacción producida a la promulgación del Reglamento del
Cuerpo de Directores, pasó a excedente forzoso y después de un corto periodo de
interinidad en Villanueva del Arzobispo (Jaén), fue partícipe del concurso de
provisión de vacantes convocado en 1943, donde se le adjudica la Dirección de
la Banda Municipal de Música de La Orotava, tomando la batuta de la misma el
veinte siete de octubre de 1944. Desde allí colaboro con el diario El Día y con
la Hoja del Lunes de la capital tinerfeña y con la revista Música de Madrid. En
1952, la Administración, para cercenar gastos, acordó la disolución de la banda
de La Orotava, pasando, nuevamente, a la situación de excedente forzoso hasta
su jubilación en 1961.
El domingo catorce de junio de 1992, El diario EL DIA en su
complemento La Prensa, publicado por un servidor: ".El maestro Berenguer
realizó una labor de cantera extraordinaria en la Banda de Música de la
Orotava, renovando completamente la plantilla de músicos y arregló partituras
de grandes compositores para adaptarla a música de Bandas..." "...
Todos aquellos que fueron sus alumnos, en la actualidad hablan bien de su
maestro, algunos se quejan de su prematura marcha de la Villa, pues no pudieron
concluir sus estudios de instrumentación cuando aún lo necesitaban en beneficio
de sus conocimientos... "
"...Dirigió varias veces la rondalla del pulso y púa Eslava, en la que
realizó arreglos de varias partituras para adaptarlas a instrumentos de
cuerdas..."
No obstante don José Berenguer no abandonó la dirección, pues su hijo
General le pidió en el año 1960 que le ayudase con las clases de la Academia
Municipal de Música y con la reorganización de la Banda Municipal de Música de
Rota, por lo que colaboró con él hasta el año 1964.
Compuso una 150 obras, entre ellas, además de las citadas anteriormente,
hay obras para orquesta sinfónica como Arrorró querido, Crepúsculo Tinerfeño,
Scherzo Gallego, Scherzo Canariense, Himno a la Ciudad de Cádiz (con letra de
D. José María Pemán), El pescador y su alma (basado en la obra homónima de
Oscar Wilde), Recuerdos de su infancia (recuerdos del teatro de marionetas La
Tía Norica), Festival en el infierno o el demonio se divierte (ballet)...
muchas obras para banda (Himno a Rota, pasodobles, marchas de procesión,
marchas militares, fantasías, polkas..), para coro, orquestas de púa, órgano,
piano...
Don José Berenguer falleció en Rota el día 17 de julio de 1966 a los 75
años de edad, su personalidad relevante del ilustre músico destacó a lo largo
de muchísimos años.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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