No tiene La Orotava, como tantas otras ciudades españolas, una
procesión de madrugada, pero cuenta, en la noche del Jueves Santo, con una
manifestación de lujo: la procesión del Santísimo Cristo a la Columna. Una
procesión que impresionó al viajero y arquitecto francés Adolphe Coquet en
1882: “…En una Excursión a las Islas Canarias destacó
"Los hombres llevan trajes oscuros
en señal de duelo y las mujeres se envuelven en grandes velos negros…".
La procesión sale a las diez de la noche desde la parroquia de
San Juan Bautista, y desciende por las calles escarpadas para entrar de forma
solemne a la Plaza del Ayuntamiento, tal y como hacía antaño a la iglesia del
desaparecido convento clarisa de San José. Al igual que en la procesión de El
Mandato, el cortejo procesional está formado por cuatro tronos, siendo la
primera la imagen de Santa María Magdalena. Una bella talla de candelero del
escultor José Luján Pérez, realizada después de 1801. Destaca su peluca de
cabello natural, que cae en tirabuzones hasta la cintura. Le sigue la talla de
San Juan Evangelista, conocido popularmente como "El Enamorado" por levantar la vista a los balcones donde se
asomaban las jóvenes para ver pasar la procesiones de Semana Santa. Se trata de
una obra del escultor Fernando Estévez, una talla completa realizada a tamaño
natural, vestido con telas naturales, donde el escultor se centró, sobre todo, en
la cabeza y los pies. Ambas imágenes pertenecen al cortejo del Santo Entierro
del desaparecido convento franciscano de San Lorenzo Mártir, reconstruido tras
el incendio de 1801. Llegaron a la parroquia después que la feligresía ganara
el pleito con la parroquia de La Concepción por su posesión tras la
desamortización de Mendizábal. Pero la imagen más destacada de la noche es el
Santísimo Cristo a la Columna, una obra hispalense de 1688 realizada por Pedro
Roldán, el gran maestro del barroco sevillano. Sin duda, una de las mejores
esculturas hispalenses en Canarias, donada al templo parroquial por el
canónigo D. Francisco Leonardo Guerra en 1689. Destaca, sobre todo, su perfecta
anatomía, en el que el desnudo sólo despierta respeto y decoro. El
escultor guíense José Luján Pérez se trasladó a La Orotava atraído por la fama
de la talla, quién después de tres días estudiando la talla, gritó
"¡Perfecto, perfecto!". Fue este escultor el que realizó la Dolorosa
que acompaña cada noche del Jueves Santo al Santísimo Cristo. Es la bella
imagen de la Santísima Virgen de Gloria, realizada entre 1799 y 1806 mediante
la técnica de lienzos encolados, la mejor representación de María salida de
este autor grancanario. La Virgen sale arropada por la Cofradía de Damas de
Gloria, quien acompaña y consuelan a María en su dolor por las calles
orotavenses. Junto con ellas, la Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo a la
columna, fundada en 1758, organizan la procesión, que antiguamente discurría,
como muchas otras, hasta la calle Viera y entraba en el convento de San
Nicolás, realizando posteriormente estación en la Parroquia de la
Concepción. Considerado como "imagen prodigiosísima" o "El
Diamante", nombres que se le dieron desde su llegada, el Santísimo Cristo
está catalogado como "obra excelsa y espléndida de Roldán y la más bella
escultura barroca existente en Canarias"
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario