Fotografía propiedad
del amigo Carlos Cólogan Soriano autor del libro; LOS CÓLOGAN EN TENERIFE. Este
óleo que refleja la personalidad del ilustre orotavense universal se
confeccionó en el año 1900.
Nacido en la
Villa de La Orotava el día 13 y bautizado el 16 de enero de 1847. Diplomático,
al cumplir los 18 años fue destinado a la misión de Constantinopla, Caracas,
México y Pekín. Ministro en Colombia y China; embajador en México y Tánger. En
Pekín se distinguió notablemente como decano del cuerpo diplomático en la
defensa de las legaciones extranjeras y en las negociaciones con el gobierno
revolucionario, en nombre de las naciones europeas que intervinieron en el
conflicto, cuando la insurrección de los bóxer ocurrida en el año 1900. La
brillantez de su actuación en tan difíciles circunstancias le puso en posesión
de grandes cruces de casi todas las naciones europeas. El gobierno español le
concedió la gran cruz del mérito militar, con distintivo blanco. Asistió a la
inauguración del canal de Suez. Escribió una obra titulada “… ESTUDIO
SOBRE LA NACIONALIDAD, NATURALIZACIÓN Y CIUDADANÍA, CONSIDERADAS COMO OBJETO DE
LEGISLACIONES Y SOBRE TODO, EN SUS RELACIONES CON EL DERECHO INTERNACIONAL…”. Madrid, 1887. Casó en Veracruz, en
México, el 30 de septiembre de 1876 con doña María de Sevilla y Mora.
Falleció en Madrid, el 30 de julio de 1921. Tuvo dos hijos. Doña María del
Carmen nacida en México, el 18 de junio de 1877, que no casó; y don Bernardo,
nacido también en México, diplomático (prestó servicios como secretario de
embajada) y caballero de la orden de Montesa; falleció soltero en Madrid, el 18
de julio de 1916.
La viajera
británica Miss Brassey, el día 24 de julio de 1874, visita el jardín de la
segunda casa de Franchi donde nació el ilustre personaje, conocida por casa de
los escalones, situado al final de la calle Cólogan (homenaje de La
Villa de La Orotava en su honor), pertenencia entonces del marqués de la Candia
(en la actualidad propiedad del amigo don Melchor Zarate y Cólogan), quien
le recibió y le mostró sus cafetales completamente crecidos, además de un
magnífico castaño, que fuera de una de la casi deterioradas ramas, un árbol más
joven estaba creciendo. En esos momentos actuaban como acompañantes del jardín,
Eustaquia, la hija más joven de la casa Cólogan, y Beatriz, la mayor.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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