Reza la placa expuesta por fuera de su Cueva en lo alto del Valle de La
Orotava, que pone los límites del municipio orotavense con el vecino de Santa
Úrsula; “…Jamás me he sometido
a otro hombre como yo libre he nacido y así viviré siempre, mayo de 1494…”.
La cueva natural, conocida históricamente como lugar de hábitat del MENCEY
BENCOMO, gobernante del MECEYATO DE TAORO (VALLE DE LA OROTAVA), que en tiempos
de la conquista de Tenerife (1496) mantuvo una dura resistencia contra los
conquistadores. La Cueva se compone de dos grandes cuerpos abiertos
al exterior que se comunican interiormente entre sí.
Una vez que fue conquistada la Isla de La Palma a lo
largo de 1493 con relativa facilidad por las argucias del llamado Adelantado de
Canarias, Alonso Fernández de Lugo, sólo falta someter la que mayor resistencia
ha opuesto a la conquista: Tenerife, y a la que inmediatamente se dirige el
incansable guerrero castellano con sus huestes de combate.
Habitada esta isla por la formidable raza guanche, va a recibir el último y
definitivo intento para su conquista por parte de los aguerrido e incansables
castellanos, con la inestimable ayuda de aborígenes canarios de otras islas ya
sometidas en especial la de Gran Canaria.
Con quince bergantines desembarcan, con mil hombres, caballos y pertrechos
de guerra, en las playas de Anaza (hoy Santa Cruz de Tenerife) el primero de
mayo de 1494 donde fundaron el campamento base el día tres. Parten inmediatamente
hacia el valle de Agüere (hoy San Cristóbal de La Laguna), retrocediendo
al ser interceptados por el MENCEY BENCOMO y sus guerreros guanches quien, al
verlos huir dice que dijo: “… ¡Mirad esta gente que se detiene ante
nuestro aspecto, por Echedey y por mi abuelo el gran Tinerfe, juro por sus
huesos que se van a acordar de mí!...”.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU.
PROFESOR MERCANTIL
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