Fotografía correspondiente a una tarjeta postal en color del principio de
los años sesenta del siglo XX, cuando comenzó el arranque del boom turístico en
la ciudad portuense.
La panorámica está tomada en el mirador de la plazoleta de la ermita de San
Telmo hacía el norte donde apreciamos las nuevas y entonces modernas piscinas
de Gilbert denominada de San Telmo repleta de turistas nórdicos en la estación
del invierno, bajo un sol radiante de buen disfrute de aquel turismo que se
llamó de calidad.
Vendedora de flores es el título con el que encabezo este relato, se trata
de dos señoritas, de tierra arriba, no sé exactamente el lugar, de los Altos de
La Orotava, de La Cruz Santa, Palo Blanco o Icod el Alto, bajaban al Puerto de
la Cruz hacer su agosto con las flores cultivadas en los huertos de sus casas
de las medianías.
El vestuario representa el traje típico de la Orotava, demasiado
encubierto, confeccionado un poco a media con materiales de muy baja calidad,
utilizando una pañoleta de la época, almilla sin bordar, no utilizan la capa
verde y ropa interior de pobre eficacia. Lo importante era hacer el negocio, al
turista le daba igual el vestuario, por lo que esta práctica aun sigue viva
pero en otro lugar de la ciudad y con la misma clase de vestuario típico.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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