viernes, 26 de enero de 2018

LOS NIÑOS DE SOR DOLORES



Corría el curso escolar 1957 – 1958, un servidor estudiaba primaria en el Colegio La Milagrosa de las hermanas de la Caridad de San Vicente Paul de la Villa de La Orotava. Era entonces un colegio simplemente y exclusivamente femenino, pero se admitía el parvulario y la primaria mixto pero separados en clase en dos filas a la izquierda para niños y dos filas a la derecha para niñas. En ese recordado colegio estudié el párvulo con Sor Catalina de origen cubano y la primaria con la oriunda de San Juan de la Rambla Sor Dolores, así hasta la primera comunión que realizamos en el templo de Santo Domingo de Guzmán de la Villa de La Orotava para luego incorporarnos al colegio de frente San Isidro en el aula denominada “La Chica” con el recién llegado sacerdote octogenario don Esteban del Corral Gajate, era director don José Rodríguez González que había sustituido a son Pacifico Medina Sevillano, la sorpresa me la llevé un día en el recreo en el patio central del colegio de San Isidro, cuando hablando todos los compañeros de la promoción, Juanito Guardia Romero nos indicó que lo habían ascendido a la clase denominada “Media”, con el recordado maestro civil don Santiago García, por qué los salesianos decían que estaba más avanzado que el resto de la promoción. Con el tiempo abandoné la clase “Chica”, no sé el motivo, no me sale de la mente, quizá miedo de niño, no lo sé, en muchas ocasiones salía corriendo detrás de mi pobre padre asustado y con depresiones infantiles, por lo que mi progenitor optó por cambiarme de centro y me colocó en el Colegio de San Fernando en la calle de San Francisco de La Orotava anexo al Camposanto que regentaba don Fernando Álvarez Arbelo.

Los recuerdos con sor Catalina eran muy embrujados, se trataba de una monja vetusta encargada de tocar la campana que estaba en la terraza del patio interior del colegio de entrada y salida de clases. La tocaba de una forma tan apesadumbra que unas veces nos ponía tristes y otras un poco alegres. Con sor Dolores, hacíamos veladas de niños, excursiones caminando hasta el popular Barrio orotavense de la Florida (caminos de tierras y piedras con la merienda en la cestilla), también visitábamos el Jardín Botánico, en esto sor Dolores se adelantó a la ilustración, al siglo de la luces. Campeonato de fútbol en una cancha de césped en el jardín del colegio, escribíamos la célebre caligrafía de aquellos recordados cuadernos de dos rayas etc. Con esta impresionante mujer tengo una anécdota, estaba compartiendo pupitre con el amigo y convecino Fernando Zarate Salazar, él estaba sentado frente a mí, se me ocurrió empujarlo con las dos piernas, tal fue mi fuerza que lo lancé contra la pizarra de la pared. A primera vista me pilla sor Dolores y me deja arrestado como castigo. Pero mi querido y recordado padre Juan Álvarez Díaz, acostumbraba a buscarme todo los días al colegio, casi siempre me llevaba un regalito para regresar a casa contento. Y siempre me esperaba en el muro del jardín por fuera del colegio. Al ver que no bajaba, se encontró con mi prima hermana Centa Álvarez Acosta que salía del colegio, le preguntó que donde estaba metido, que llevaba tiempo en mi aguardo. Mi prima subió inmediatamente al aula de Sor Dolores, y me ve que estaba arrestado, entra y le dice a Sor Dolores que su tío Juan está esperando abajo por mi primo Bruno. Sor Dolores le contestó vete y dígale a su tío que el niño está arrestado a mi orden. Tanto fue la sorpresa que a los cincos minutos Sor Dolores me dice Brunito váyase que tu papá te espera en el muro de a fuera. Salí como un cohete, pero enseguida pensé que Sor Dolores respeto la decisiones de mi progenitor.

La foto está sacada en la cancha de césped natural en el jardín derecho del Colegio de la Milagrosa, equipo de fútbol de mi clase: de pie de izquierda a derecha: Chicho Pizarro, Juanito de la Guardia Romero, Paco Reyes, Alfonso Ramos Méndez, Paco Hernández Álvarez, Juan José del Rosario (actualmente en tierra sevillana Alcalá de Guadaira manteniendo el balón que parece el doble de él), Feliciano González, y Vicente Oramas Cabrera. Agachados de izquierda a derecha Juanito Barreda, Bruno Juan Álvarez Abréu, Babám Hernández Herreros, José María Hernández, Sebastián Arencibia, (¿?) y Baute .

El amigo de la infancia de La Villa de La Orotava, compañero de profesión, presente en la fotografía; JUAN DE LA GUARDIA ROMERO remitió entonces (10/01/2014) estas notas: “…Jo... Bruno, que memoria. Tengo recuerdos imborrables de aquella época. De Sor Catalina, que una mañana me vio perdido en la clase de Sor Dolores con una división y que con mucha paciencia me enseñó a hacerlas. De Sor Dolores, que una tarde bajaba las escalinatas camino de casa con los cordones sueltos de los zapatos y que no me dejó ir hasta que aprendí a atármelos. Simplezas encantadoras.

 El paso de la "chica" a la "media" creo que me perjudicó pues supuso una sobrecarga para el resto de mi vida colegial….”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

No hay comentarios:

Publicar un comentario