Fotografías correspondientes a la inauguración del Campo de fútbol
reglamentario del Colegio de San Isidro de La Villa de La Orotava, abarrotado
de gentíos y que me cedió el amigo desde la infancia de la calle El Calvario,
ex alcalde de la ciudad; Francisco Sánchez García, el cual en su día se llevó
un gran disgusto por la pérdida de esta obra por parte de las comunidades gestoras
del Colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava, que empichó lo que él
logró a cuesta entre aquellas difíciles administraciones del final de la década
de los años sesenta y principio del setenta del siglo XX.
En los alrededores de estas instalaciones vivió y convivió en su
mantenimiento el amigo Gregorio García, durante más de veinte años.
En menos de
cuarenta y ocho horas del fallecimiento del amigo Isaac García (su hermano) he
tenido que escribir el adiós al infinito del amigo y querido Gregorio
García, su hermano. El cual se presentó en el velatorio de su hermano Isaac, en
ese momento antes el asombro de los allí presente, sufrió una extenuación, por
lo que se le tuvo que ser trasladado urgentemente en una ambulancia a
urgencia. Se pensó lo infame, se habló en principio que se iban a
celebrar dos actos lúgubres de dos hermanos al mismo tiempo, pero las noticias
de las últimas horas de ese día, el amigo y convecino de la Villa de La Orotava
Gregorio García sobrevivió cuarenta y ocho horas.
Fue
precisamente el amigo y convecino de la calle el Calvario de La Orotava
profesor del colegio de San Isidro Javier Rodríguez Maza el que me comunicó la
afligida reseña del tránsito, cuando nos reencontramos por la mañana temprano,
él venía de dejar a sus hijos en el colegio de La Milagrosa y un servidor se
reasentaba hacía el garaje a allegar sus automóvil para partir al trabajo de
docencia en el IES La Orotava Manuel González Pérez del Barrio de San Antonio.
He tenido que
colocar las fotos correspondientes a la inauguración del campo de fútbol
reglamentario, obtenidas en el mes de julio del año 1970, lleno absoluto,
agentes municipales y guardia civil y aún platanar en la zona norte. La de la
izquierda fue tomada desde la torre – campanario del colegio y la de la derecha
desde lado norte del recinto. Ello debido a no tener en mis archivos fotos
personales del amigo Gregorio García, puesto que este evento futbolero iba a
cambiar su vida desde su trabajo en el platanar al de apoderado del nuevo
espacio futbolístico.
Lo conocía
desde pequeño cuando estudiaba en el colegio de San Isidro bachillerato, vivía
en una simple casita en la trasera de los corrales. Entonces su trabajo
cotidiano en principio de peón en las fincas de plataneras propiedad de la
fundación del colegio San Isidro. Posteriormente le atribuyeron el cuidar a los
animales, en los gallineros, cochineras, y las gañanías, sobre todo el
mantenimiento de los jardines que eran muy refinados que se encontraban detrás
del patio central del mencionado e ilustre centro docente, además creo recordar
que se encargaba de hacer las huertas de trigos, papas y plataneras que estaban
al lado norte, donde se construyó el nuevo campo de fútbol y el nuevo edificio
de aulas.
A partir del
mes de julio del año 1970, coincidiendo con la inauguración del nuevo campo de
fútbol reglamentario del Colegio San Isidro, el amigo Gregorio se hizo cargo
del mantenimiento del citado recinto, marcar con cal todos los fines de
semanas, baldear el contorno, preservar las dependencias que en principio eran
los baldeados colegiales de las nuevas aulas, que posterior se construyeron
debajo de la piscina pre olímpica.
En principio
todo marchaba bien, tanto es así que montó su propia cantina con el permiso de
los padres salesianos, por lo que tenía tiempo para todo.
El trabajo se
le duplicó a raíz que el campo de fútbol se utilizó para campeonatos oficiales
de fútbol y de aficionados. Los problemas se le fueron reduplicando, sobre todo
en el mantenimiento de los vestuarios por su responsabilidad antes tantos
clubes, y la administración del colegio que en muchas ocasiones se lo
dejaban devastados.
En el mes de
enero del año 1973 coincidiendo con la inauguración el día de San Juan Bosco de
la piscina preolímpica, se le añadió otro trabajo más, piscina - campo de
fútbol, campo de futbol - piscina.
Al cumplir su
edad reglamentaria sus hijos le sustituyeron en trajinar diario, por lo que se
jubiló merecidamente y siguió viviendo con su numerosa familia en la casita que
en su momento le fabricaron la fundación San Isidro en coordinación con los
padres salesianos, detrás del gallinero y que después quedó entre la piscina y
el nuevo campo de fútbol.
Entablé
amistad con él, en la década de los años setenta del siglo XX, cuando visitaba
el recinto futbolero a presenciar partidos de fútbol. Era un buen hombre,
humilde, sincero, trabajador, luchador por la vida y por su numerosa familia,
siempre desde la trastienda me contaba los enormes problemas que le creaban los
clubes de fútbol tanto oficiales SD. Los Pinos como aficionados, relativos al
mantenimiento de los vestuarios, por esa época su hijo mayor Juan Manuel estaba
bajo mi ordenes en el baloncesto, concretamente en el CB. Infantil Águila del
Valle, jugaba muy bien, tenía velocidad, y mucha fuerza, Goyo su segundo hijos
(son los dos con los que más me relacioné entonces) jugó al fútbol en el
infantil Bosco de Francisco Sánchez García y Ramón Hernández Fariña. A Gregorio
con anterioridad a esta etapa le conocía a la distancia, siempre lo veía desde
el horizonte, vivía abajo, subía poco.
Amigo
Gregorio, espero que ahora de verdad te reencuentre con tu hermano Isaac, en
ese paraíso del infinito, allí están muchos de los que fueron tu amigos, y
muchos de aquellos que te despedazaban los vestuarios. Espero que en este
lugar, sean más sinceros contigo, pues el descanso es merecido para todos en
una heredad de paz, de sosiego, de esperanza y sobre todo de fe. Un abrazo y
hasta siempre.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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