El amigo y compañero de docencia JUAN J. MARTÍNEZ SÁNCHEZ. En su libro “LA
OROTAVA, SUS CALLES, SU HISTORIA” en las páginas 86 Y 87, nos habla del
POPULAR Barrio de la Villa de La Orotava conocido por “LA SIDRONA”: “…Esta denominación puede tener su origen en los
apellidos de una de las familias que ocuparon parte de esta zona agrícola desde
el siglo XVII: Cidrón (o Sidrón). El miembro más destacado de la misma fue Fray
Manuel Cidrón (o Fernández Cidrón) que ingresó en la Orden Franciscana y
ocupó el cargo de Visitador Delegado en la Isla de La Palma, en 1729;
diez años después aparece como definidor en las decisiones del Capítulo
provincial de los franciscanos; fue, además, lector jubilado y examinador
sinodal. Murió en torno al año 1745.
En pleno de la
Corporación municipal, de 27 de marzo de 1973, el entonces concejal Don
José Méndez y Ponte propuso que se diese el nombre "Obispo Benítez de
Lugo" a una de las calles de La Orotava. No hubo acuerdo en la elección y
se facultó al Sr. Méndez para presentar en próximo Pleno una propuesta
concreta. Así lo hizo, para la travesía de la carretera 821 de La Orotava a
Granadilla, entre la Plaza de La Paz y la Avda. José Antonio. Fue aprobada la
propuesta, el 21 de agosto de 1973, y desde ese momento la popular Sidrona se
llamará oficialmente "Obispo Benítez de Lugo.
La calle Obispo
Benítez de Lugo, popularmente conocida por el nombre de "La Sidrona",
es una de las vías orotavenses con más diversificadas funciones: sirvió en otro
tiempo, y sirve ahora, de comunicación interurbana por ser camino (hoy
carretera) que enlazaba el N. y el S. de la Isla de Tenerife a través de las
Cañadas del Teide: tiene una destacada función comercial; se ubican en ella
buen número de viviendas; ofrece servicios sanitarios, industriales, etc.
Está
claramente delimitada al N. por la plaza de La Paz y al S. por la Avenida de
José Antonio /Dr. Luque, con la que se cruza. Con ser tan importante esta
calle, para La Villa de La Orotava, su historia es bastante reciente. Podríamos
decir que se inicia con el trazado y acondicionamiento de la carretera (en la
que queda convertida) en los años veinte de este siglo.
A partir de
ese momento se va configurando la acera Oeste, la que la une al resto del
casco, a la Calle Calvario con la que corre paralela. Son construcciones, de
muy variada tipología, consecuencia del relativo desorden urbanístico entre los
años 1950 - 90, periodo en el que se construyen casi todas. Esta acera fue,
hasta los años sesenta, el límite del casco.
La obligada
expansión urbana hizo que en los años veinte aparecieran los primeros núcleos
de ruptura del enclave agrícola próximo, situado en el Sur: fue la instalación
de un almacén de empaquetado de plátanos y varios molinos de gofio, cuyas naves
se conservan y dan cabida a un taller de herrería y almacenes; junto a los
mismos se construyeron varias viviendas. En los extremos de la calle se sitúan
dos gasolineras en clara competencia por absorber un nuevo servicio que se
preveía con prometedor futuro. Estamos a fínales de la década de los cincuenta.
La gran
transformación del límite Este de la calle-carretera se produciría tras la
aprobación del Plan General del Casco Urbano de 1963 y el Plan Parcial Especial
del Casco Urbano de 1976. En base a este último se llevan a cabo, en 1982, las
obras del Temait l, edificio de viviendas y locales comerciales, con vía anexa
(en la que se sitúa la actual parada de taxis) y pequeña zona ajardinada, en la
que se colocó una estatua de Don Bosco en 1989.
Nuevas
exigencias urbanísticas en cuanto a volumetría y espacios edificables dieron
lugar a un trazado muy irregular de esta acera E. de la calle. A finales de
1983 se inician las obras de Temait II, edificio de muchos locales comerciales
y escasas viviendas como correspondía a una clara expansión del sector
servicios en la zona. Esta construcción llevó aparejado un pequeño ensanche de
la Sidrona y el trazado de una nueva vía hasta la urbanización de El Calvario.
En área algo separada de la calle Obispo Benítez de Lugo, pero en conexión
funcional y estética con ella, se construyó en 1986 la parada de guaguas y un
centro comercial y de servicios que se acogió a la Modificación Puntual del
Plan Parcial Especial hecha en 1982.
La calle
Obispo Benítez de Lugo, alejada del Centro histórico de La Villa, es la nueva
cara de una ciudad que no se estanca en su pasado sino que mira al futuro.
Una mirada
que, a veces, está más orientada hacia la especulación y la ganancia fácil que
hacia una armonía entre intereses particulares, estética, funcionalidad y
atenciones sociales…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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