Un hombre bueno, servicial, social y humano. Como
portero del Colegio de San Isidro, hacía de todo; matricular a los alumnos, dar
las notas de final de curso, fabricar y recortar hostias para la capilla,
atendía al teléfono, era un cajero todo terreno, recibía todos los días
amablemente a todos los alumnos, al final del mes de septiembre ayudaba a los
alumnos internos a subir los colchones de sus dormitorios. Hablo de un hombre
que nos dejó para siempre, nuestro querido ISAAC GARCÍA, portero, conserje y
bedel del Colegio de San Isidro desde mediado de la década de los años
cincuenta del siglo XX hasta su jubilación definitiva.
Al comienzo del curso 1958 – 1959, me veía salir por
la puerta principal del colegio, corriendo y llorando en busca de mi pobre
padre Juan Álvarez Díaz, debido a depresiones infantiles, por lo que mi padre
me tuvo que cambiar de colegio. Cuando regresé de nuevo al colegio de San
Isidro en el curso 1963 – 1964, me dijo; “…mira
que sufrí cuando te veía salir corriendo detrás de tu padre y llorando. Espero
amigo Bruno que a partir de ahora no se vuelvan a repetir estos
acontecimientos...” Efectivamente
amigo Isaac, de vuelta al colegio de San Isidro a terminar el bachillerato, las
escenas tan ingratas de mi infancia, no se volvieron a repetir, primero por qué
me adapté rápidamente a mis nuevos compañeros que en el año 2018 cumplimos las Bodas
de Oro de la graduación en el bachiller superior, y segundo pues dos curso
posterior (comenzando el 4º de bachillerato) mi padre me dijo adiós
definitivamente.
La verdad amigo Isaac, recuerda aquellos abrazos que
me diste cuando aprobé las revalidas de cuarto y sexto, lo recuerda, para mi
fueron momentos inolvidables de mi vida en mi etapa juvenil, sin mi padre,
porque me emprendía nuevas metas hacía la universidad, hacia la profesión y
hacía el futuro de un ser de provecho.
Fueron muchas tardes de vacaciones que me pasaba con
Isaac en la puerta, le gustaba el cine, las películas de amores de aquella
época, le ayudaba a matricular a los alumnos, a enramar a María Auxiliadora los
24 de mayo expuesta en su trono para salir en procesión por las calles de la
Villa. En esto participaba doña Eladia Ascanio y Monteverde Marquesa Viuda del
Sauzal, que siempre traía de sus bellos jardines las flores. Isaac, siempre me
decía que María Auxiliadora era su madre, y nos ha dicho adiós en el mes de su
María Auxiliadora.
Recuerdo que en los 24 de mayo nos levantaba a todos,
a todo el pueblo con sus alegres chupinazos que él tiraba desde el viejo campo
de fútbol. El colegio de San Isidro fue para él su casa, dormía en un cuartito
que los padres salesianos le tenían asignado arriba en la torre izquierda del
Colegio debajo del Campanario.
A muchos le mandó fuertes bastonazos, bastón que el
siempre utilizó como ayuda a su invalidez, siempre escondido en la clase de
frente para asechar a aquellos listos que se llevaban los bocadillos.
En los últimos años me lo tropezaba paseando por el
Puerto de la Cruz, en un cochito eléctrico, había perdido sus piernas y ahora
se nos ha ido del todo.
Amigo Isaac, arriba está tu querida madre María
Auxiliadora, arriba están muchos de aquellos alumnos que te querían y te
apreciaban, muchos profesores y salesianos que formaban contigo en la portería
colegial autenticas tertulias, espero que esta vida sea mucho más feliz que
aquella de estar arrimado al portal de la entrada principal del Colegio de San
Isidro, tu colegio. Un Abrazo y hasta siempre.
Mi amigo y compañero de pupitre y promoción en el colegio de San Isidro
interno de La Palma: JUAN JESÚS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ “RINGO”, remitió
entonces estas notas: “…Querido Bruno: Acabo de leer como
siempre tus comentarios en tu Blog Efemérides, Hoy me ha entristecido la muerte
de Isaac. Fui a su homenaje en Palo Blanco hace ya bastantes años, últimamente
me lo encontré en el Puerto de la Cruz y me alegré muchísimo a pesar de la
situación en que lo vi. Creo recordar que comentaste la idea de un merecido
homenaje, bueno se lo estarán haciendo en otro sitio. . .Un fuerte abrazo
querido Bruno y que Isaac descanse en paz….”
El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN ESPECTADOR, remitió entonces estas
notas “…A Isaac, el conserje salesiano, lo vi últimamente un par de veces por la
Playa Jardín del Puerto, colorado como siempre, en su silla de ruedas,
estacionado a la sombrita del paseo peatonal, junto a vestuarios, mirando
el paisaje. Las voces de la calle me comentan que no se murieron los dos
hermanos el mismo día, porque a Gregorio lo reanimaron médicamente cuando ya
estaba en las últimas. La vida. La muerte. Un saludo…”
Su sobrino el orotavense; JONATHAN GARCÍA remitió entonces estas notas: “…Isaac fue una
gran persona, ayudaba siempre que podía y aunque disfrutó todo lo que pudo de
su vida, no merecía sufrir tanto como por último padeció. El tiempo que pasó en
el Puerto y mientras pudo salir en la silla de ruedas, le dio mucha vida y
disfrutaba con alegría esos paseos por la playa, el hablar con amigos, y
conocer gente nueva. Lo mismo estaba en Playa Jardín, como en el Muelle o en
Martiánez, tenía que buscarlo por todo el Puerto. Fue muy querido y todos sentimos
su perdida y lo vamos a echar mucho de menos. Su sobrino: Jonathan. …”
José Luís Hernández profesor del colegio de San Isidro, remitió entonces
estas notas: “…Comparto los mensajes anteriores. Yo creo que todos
los que hemos tenido alguna relación con el Colegio S. Isidro (Salesianos) de
la Orotava le debemos algo a D. Isaac, por pequeño que sea, El siempre
quiso y respetó mucho a los alumnos y alumnas del colegio. Yo le vi consolar,
ayudar y alegrarse con ellos y por ellos. D. Isaac era un amigo seguro, una
respuesta ante los problemas cotidianos o domésticos. Yo le recuerdo bromista,
alegre, profesional y muchas veces crítico y defensor de los derechos de los
alumnos. Descanse en paz, amigo Isaac. Te recordaremos siempre….”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
DEP, amugo y factotum del colegio.
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