El 25 de marzo de 1916, el industrial
orotavense y entonces concejal del Excelentísimo Ayuntamiento de la Villa de La
Orotava don Félix Reyes Martín se compromete a ejecutar las obras del Kiosco de
la Música. Aporta 3.100 pesetas de un total de 4.000, presupuesto global de la
construcción, a cambio de reservarse "... el derecho
de disfrutar gratuitamente, durante 20 años, la parte baja de la expresada
obra, con objeto de destinarla a CAFÉ, BAZAR u otros usos…". Su construcción se
realizó de cemento armado. Fue erigido por la empresa villera de los hermanos
Nicolás y Diego Álvarez. Procediéndose a la electrificación del mismo en el año
1917.
Este Kiosco musical a partir de ese año
de 1916, sustituyó a otro más pequeño confeccionado en madera y desmontable, de
un estilo mudéjar muy parecido al actual, que aparecer fue llevado para colocar
en las Fiestas de Nuestra Señora del Carmen en el entonces municipio del
Realejo Bajo.
Su promotor, utilizó una muestra de los Kioscos
musicales que se encuentran en norte Europa, en unos de sus viajes que realizó
a ese territorio.
A pesar que se procedió a montar en la
parte inferior para su explotación; café, bazar u otros usos, se procedió por
instalar allí un café, que se mantiene hasta hoy en día con la misma
denominación de “Café – Bar El Kiosco”. Varios han sido sus gestores; don
Manuel García, don Pepe Pérez, don Antonio García Hernández conocido por el de
“Las Maquinas” y por ultimo don Fidel Labrador Hernández y herederos.
La fotografía corresponde a la época de
la explotación de don Antonio García Hernández conocido por “El de Las
Maquinas”, lo vemos ante su mostrador, acompañándole los villeros, de izquierda
a derecha; Isidro Perera, Roberto Álvarez y Juan González “Leal”.
Lo más interesante de la fotografía, es
el estilo mudéjar del interior del Café – Bar, conservando todo el mobiliario
original de la época. Curiosamente encima del mostrador está un ejemplar del
clásico sifón de agua carbónica de la época, procedente del Drago o de Andomi.
Mientras regentaba la concesión del
Kiosco de la Música Antonio García, le ayudaban; su hijo Antoñito, los hermanos
Eulogio y Carmelo Anceume, trabajaba como operario Benjamín Villar Sacramento,
y la señora de Antonio, Montserrat Sacramento
era la cocinera desde su propia cocina domiciliada en su residencia
habitual de la Calle Verde (Nicandro González Borges).
Antonio García con anterioridad a
explotar el Kiosco de la Música, trabajó en la tasca – bodegón familiar “La
Ciudad de Los Muchachos”, en la calle La Hoya (Hermano Apolinar) y posterior al
Kiosco de la música, afanó por su cuenta el reparto; de leche, yogurt, y otros
productos lácteos.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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