Fundada en el año 1789 por don José de Montenegro y Díaz de Lugo,
finalmente perteneció al prestigioso abogado natural de Las Palmas don
Juan Pérez Suárez, vendida por sus herederos. En ella se encuentra una imagen
barroca de la Virgen de Montenegro. Su espumosa playa, forma un
paraje espléndido. La juventud de la Villa de La
Orotava utiliza naturalmente la playa para baño, deporte y sosiego.
Acudiendo a ella a través de un indigente camino, que le conduce a la ermita y
mansión, en donde aún existe un cartel indicador de prohibición,
El rotativo “Canario” correspondiente al dieciséis de septiembre de 1860,
hablaba que por la parte noroeste del Puerto de La Cruz se extiende
la costa de la isla de Tenerife enrizada de rocas escarpadas. No lejos de dicho
puerto, y sobre una pequeña eminencia, se encuentra una ermita donde se venera
la protectora de los marineros, a quién llaman la Virgen del Ancón.
Está allí solitaria, como el nido del buitre sobre las peñas, y a su pie hay
una bonita playa donde tiende la mar su flotante velo de espuma. Como a tiro de
fusil de la ermita se ve una cabaña con su techo pajizo, cubierto de enredadera
que caen por la parte anterior formando festones cuajados de florecillas, donde
habitan el tío Pedro el pescador y su hija María. Colocada aquella pobre cabaña
en una explanada a orillas de la costa, con su pequeño jardín y sus álamos y
palmeras, disfruta de una perspectiva admirable. Desde allí se descubre el
hermoso valle de La Orotava, siempre verde, siempre florido, ese valle
donde la mano de la Providencia derramó pródiga todas sus galas,
todos sus encantos. Desde allí se descubre el vistoso pueblo con sus casas
blancas colocadas en anfiteatro, con su esbelto templo y los bosques que
resaltan en su fondo; desde allí se ven las rojizas y azuladas montañas sobre
las cuales descuella el majestuoso Teide. En todo el valle se despliega una
riqueza de vegetación, una hermosura tal que embriaga los sentidos; y el
corazón libre se dilata respirando aquel ambiente puro, embalsamado con el
aliento de millares de flores.
Según el convecino Antonio Luque Hernández, la Ermita el
Ancón, fue fundada por la familia Montenegro el 5 de febrero de 1789, era su
patrono José de Montenegro y Díaz de Lugo; la heredaron sus descendientes los
Frías y Pérez Valladares. Con el tiempo perteneció al eminente abogado Juan
Pérez Suárez, de quien la obtuvieron sus actuales propietarios.
El amigo de la Villa de La Orotava; ADOLFO PADRÓN RODRÍGUEZ, remitió
entonces (24/04/2013) estas notas: “…Te facilito Bruno
una pequeña foto en la que en el testero de la Ermita del Ancón puedes ver,
aparte del retablo, que en el lado inferior derecho están las mencionadas
andas. Discúlpame por la calidad de la foto, pero no he podido conseguir una
mejor. Existía una página inmobiliaria en la que se podía visualizar
correctamente dicha foto, la Virgen de Montenegro, San José y San Juan
Nepomuceno, así como los óleos y mobiliario que albergaba. Saludos! …”
La amiga desde la infancia en la calle El
Calvario de la Villa de La Orotava; CARMEN PÉREZ Y PÉREZ (NININA), remitió entonces
(24/04/2013) estas notas: “… Bruno de pequeña con 10 o 12 años iba con
mis tías, todos los años a La Fiesta del Ancón creo que en el mes de Agosto ...
se hacia un Arco de frutas y flores muy grande como el que se hace para Las
Fiestas de la Orotava y por la tarde he subían a tirarlo y recuerdo
perfectamente ) que los que siempre se lo llevaban eran Los Porteros (del
Puerto de la Cruz ) y la gente decía: Ya
vienen los Porteros.... ya vienen los Porteros porque eran los que con más
ganas ... iban hacia el Arco ........También recuerdo que ese día también
bajábamos a la playa porque mi padre nos estaba esperando ... que bajaba por La Cuesta de la Villa ( que
era muy cerca ) .....”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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