Fotografía correspondiente a una tarjeta postal en color, donde vemos el
edificio central de la universidad de la Laguna y sus bellos jardines.
Edificio del colegio Mayor de San Fernando a la izquierda y la ampliación
de las facultades de Filosofía y Letras y Ciencias en el anexo norte.
La panorámica corresponde al la década de los años sesenta del siglo XX.
Los orígenes de la actividad universitaria en Canarias se remontan al año
1701 al establecerse un centro de estudios superiores de los religiosos
agustinos en la ciudad de La Laguna. Su posterior evolución histórica está
jalonada por una serie de disposiciones y anulaciones que se suceden desde
1744, cuando por Bula Pontificia se transforma dicho centro en la Universidad
Eclesiástica de San Agustín, que nunca llegó a ponerse en marcha.
En 1792, un Real Decreto de Carlos IV con fecha de 11 de marzo ordena la
creación, en la entonces capital de la isla de Tenerife, de la primera
Universidad Literaria del archipiélago canario. Sin embargo, la agitada
situación política que tuvo lugar desde 1793 impidió su efectivo
establecimiento. Una vez restaurada la dinastía borbónica, Fernando VII retoma
la ya antigua aspiración de los canarios de contar con un centro superior en
las islas y, tratando de zanjar las rivalidades interinsulares acerca de su
ubicación, en 1816 dicta un nuevo Real Decreto por el que resuelve «establecer
en la Ciudad de San Cristóbal de La Laguna una Universidad con los mismos
privilegios, exenciones y prerrogativas que gozan las demás de estos Reinos, y
que dicha Universidad se denomine y llame Universidad de San Fernando». Para
ello, la casa colegio de la Compañía de Jesús de La Laguna se convirtió en la
primera sede de la Universidad Literaria de San Fernando, que abrió sus puertas
como institución académica el 12 de enero de 1817. Pero pronto, el edificio
resultó ser insuficiente para el progresivo aumento de alumnos, por lo que en
diciembre de 1821 comienza el traslado parcial de la Universidad al Convento de
San Agustín, conviviendo en él los estudiantes con la comunidad religiosa,
hasta que finalmente, en 1837, la totalidad del Convento se destina a la
actividad universitaria, tras la ley desamortizadora de Mendizábal, que supuso
la exclaustración forzosa de los religiosos de la Orden.
De este modo, la Casa Colegio de los Jesuitas se destinó a albergar la sala
sectorial, el salón de claustros y actos públicos, la biblioteca, así como los
estudios de Latinidad y la escuela de primeras letras dependiente del
Ayuntamiento de La Laguna. La Sociedad Patriótica y la Real Sociedad Económica
de Amigos del País también disponían de una sala de reuniones en este edificio.
Pero las múltiples deficiencias que sufre la Universidad, sobre todo debidas a
la carencia de medios y profesorado estable, conducen a que se vuelvan a
suceder órdenes de reapertura y clausura, hasta que en 1845 se suprime
definitivamente por una Real Orden que dejó reducido a diez el número de
universidades españolas y dispone la creación en La Laguna del Instituto de
Canarias.
En 1906, durante una visita del Rey Alfonso XIII al Instituto, su director,
Adolfo Cabrera Pinto, aprovechó la ocasión para pedir al monarca el
restablecimiento de la Universidad de San Fernando. Los primeros frutos de esta
petición llegaron en 1913, por un real decreto que creaba en La Laguna las
enseñanzas universitarias correspondientes al primer curso de la Facultad de
Filosofía y Letras y preparatorio de la de Derecho. Estas enseñanzas serían
impartidas en los locales del Instituto, encargándose de su dirección el propio
director del Centro, Cabrera Pinto. Esta Sección universitaria se amplía en
1917 con el curso preparatorio para el ingreso en las facultades de Medicina y
de Farmacia. En 1921 se completaron los estudios de Derecho, por los que La
Laguna podía considerarse de nuevo como ciudad universitaria. No obstante, no
fue hasta 1927, por Real Decreto de 21 de septiembre, que se crea la
Universidad de La Laguna, constituyéndose en el XII distrito universitario
español, siendo rector el hasta ese momento decano-jefe de la Sección
universitaria, José Escobedo y González - Alberú. Dicho real decreto creaba
definitivamente las facultades de Derecho y de Ciencias Químicas y preparatorio
de Filosofía y Letras, completado.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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