El amigo de Icod de Los Vinos; ÁLVARO FAJARDO HERNÁNDEZ, remitió entonces
(28/04/2014) estas notas que tituló “LAS EDADES DEL DRAGO DE YCOD Y OTRAS
VELEIDADES”.
Dedicado al también amigo de la ciudad vecina de la isla Baja, el
garachiquense; CARLOS ACOSTA GARCÍA, vigía permanente de lo social y
cultural del Norte Tinerfeño:“…EL DRAGO MILENARIO DE
YCOD. El Magazine La Vanguardia de 7 de
Abril 2012 publicó el artículo “Dragones sanadores del Atlántico” que,
firmado por Cira Morote Medina con fotos de Andoni Canela, pasó desapercibido
para muchos de los que ,de alguna manera, seguimos puntualmente las vicisitudes
y comentarios que , de nuestro emblemático ÁRBOL, aparecen en los medios de
comunicación nacionales e internacionales ,pero no así para nuestro
particular “inquisidor ” y ávido lector Carlos Acosta García que se percató de
varias errores, y de la poca información que daba de los aspectos
sanadores de la Sangre de Drago y sus componentes químicos esenciales, y de no
incluir, en el artículo, fotos del Drago ycosense. Agradezco a Carlos que en la
columna de El Día “ De Profesión mis Ignorancias ”,que son píldoras
concentradas de sabiduría popular, me dedicara la crítica que hace a la
autora del escrito y al fotógrafo, que entre otros errores destaca
el de la edad del Milenario Drago que cifra en 600 años y, que
además asegura fue plantado por algún nativo guanche, aficionado a la
jardinería, con la intención de que quedara plasmado en los
billetes de 1000 pesetas en los años 70. La autora, con el aporte de la opinión
,que respeto pero no comparto, de Eugenio Reyes etnobotánico del Jardín
Botánico Viera y Clavijo de Gran Canaria, dice, sin precisar la edad, que el
espécimen de dracaena draco silvestre más antiguo de canarias es el drago Pino
Santo en el Municipio grancanario de Santa Brígida, ignorando los de Anaga y
del Barranco del Infierno en Adeje, que la mayoría de expertos ( A. Santos, J.M
Zamora, R. Almeida, R. Zárate, J.A. Rodríguez, M. Falcón, L.
Sánchez-Pinto……) citan como los más viejos después del de Ycod. De una decena
de fotos, que ilustraban el artículo ninguna es de nuestro majestuoso ejemplar.
Recuerdo al fotógrafo Antoni Canela que el libro más prestigioso sobre
“Arboles Excepcionales del Mundo” del arbolista Thomas
Pakenham tiene al Drago de Ycod como portada, y que la prestigiosa
botánica Jenny Linford en su libro “El Árbol. Una maravilla de la naturaleza”,
lo muestra y describe ampliamente
EL DRAGO DE YCOD, Y OTROS ÁRBOLES VENERABLES, MÁS ALLA
DEL TIEMPO Y LAS EDADES DE LOS HOMBRES. La cuestión actual más
controvertidas entre botánicos, biólogos y químicos es la némine
discrepante sobre la edad que pueden alcanzar las plantas y algunos especímenes
arbóreos en el que el Drago de Ycod , que buscó asilo en tiempos
remotos, suscita una fuerte polémica convirtiéndose ,al caso, en una
metáfora del “Árbol de la Ciencia ” que ha visto pasar centurias y
milenios fluyendo indomable y juvenil savia que no podrá sustraerte a un
infortunado destino, ya que por encima de tus verdes frondes oscurecidas por la
niebla de los tiempos planea la rojiza sombra semillera de tu grandeza que
aparece cada mañana para saludar al mar, al Teide y a tu tierra ycodense
que no sabe, de momento, cuántos años cumplirás en el 2013,pero que el veraz
lenguaje de su tradición hablará de tu vetustez, y aquellos que durmieron
contigo en la noche de los tiempos, no marchitados por la historia,
reconocerán tu edad milenaria.
Los no científicos, que no profanos, podríamos
discutir acerca de la edad real del Drago ycodense partiendo, en esta ocasión,
de la milenarista edad que le da Lázaro Sánchez-Pinto Pérez-Andreu
basada en el meticuloso examen del crecimiento de las raíces troncales ,edad
que es asumida por botánicos y científicos propios y foráneos. Por
otro lado hay que clarificar la cuestión de su edad en base a argumentos
históricos, nada sospechosos, que aportaron personalidades del mundo
académico como los de Elías Serra Ráfols y Luis Diego Cuscoy contra los
que arremeten los incrédulos que ,haciendo oídos sordos, no asumen la veracidad
documental de la data que otorga, en 1.503, el Adelantado Alonso
Fernández de Lugo a un aborigen cristianizado de Gran Canaria ,de nombre Pablo
Martin, por su participación en la conquista de Tenerife en la que le da “Un
asiento de colmenas en Ycode ,atrás el drago grande en el camino de Daute”.
Recuérdese que el camino, al que hace referencia el profesor Serra en la data,
empezaba en donde se encuentra nuestro Drago y seguía el curso de la
margen del barranco hasta Valois, en el que había monumentales dragos,
hoy desaparecidos, que se conservan en fotos antiguas. El 11 de Junio de
2012 en La Sociedad Centro Icodense se organizó la Mesa
Redonda-Coloquio, con apoyo audiovisual: “Protagonista El Drago” en la que
participaron : Arnoldo Santos Guerra con la ponencia "El Drago de la
Macaronesia y su distribución en el Mundo”, Lázaro Sánchez-Pinto, con: “El
Drago de Icod ,a través del tiempo”, Marino Fernández Falcón con: “Fertilidad y
nutrición mineralógica de El Drago”, Juan Alberto Rodriguez Pérez con:“La
conservación de El Drago Milenario”. En funciones de coordinación y moderador
presenté: Gestión y procedimientos para la nominación e inscripción de El Drago
de Ycod, patrimonio Natural-Vegetal”. Estaba prevista la intervención de la
Concejala de Cultura Isabel García Luis, para informar de la Situación de la
Propuesta:”El Drago, Patrimonio Natural-Vegetal de la Humanidad” que por
motivos inexcusables no pudo estar presente. Las ponencias suscitaron un
animado coloquio que, entre otras cuestiones, se centró en su milenariedad que
fue ejemplarmente ilustrada y defendida por el profesor Sánchez-Pinto.
Pienso que la edad de nuestro vetusto
árbol habría que verificarla hoy de forma multidisciplinar y al amparo de
la nueva ciencia con todos los medios tecnológicos a nuestro alcance sin
olvidar los criterios y documentación histórica y, no dejarla a la libre
interpretación, sin justificación plausible, como hicieran ,con los escasos
medios de entonces, eminentes científicos que la cifraron en varios milenios
(Humboldt, Berthelot, Webb, Piazzi Smith, Masferrer ,Dumont d`Urville, Leopoldo
de Buch y Leclecq entre otros) y, que algunos científicos locales
(Wildpret, Marrero, Reyes, Almeida), le dan sólo unos cientos de años sin
aportar paradigmas científicos que justifiquen sus afirmaciones. Antes
las distintas edades atribuidas a nuestro Drago se plantea la necesidad de
matizarlas, tanto las del creyente milenarita como las del incrédulo
centenarita sin olvidarnos las del historiador riguroso que aporta
datos contrastados o, la del guía desinformado que le dice a un
grupo de turistas que están ante una gran cebolla de sólo 250 años .Estoy
convencido que los avances conseguidos en bioquímica, biogenética, fisiología
vegetal y nanotecnología, con el apoyo de la informática, permitirán ,en un
plazo relativamente breve, saber el tiempo y la medida de todas las cosas
,vivas o muertas ,averiguando hasta la hora y el día exacto en que nuestro
Drago nació espontáneo, que no plantado, en la margen derecha del
Barranco del Rio en Ycod.
Resulta significativo y desconcertante que de
forma sistemática científicos canarios rebajen la edad de nuestro árbol, cada
vez que se les pregunta, llegando a la ridícula cifra de 400 años. De seguir
cumpliendo años nuestros apreciados hombres de ciencia, cosa que deseamos, El
Drago llegará a ser nonato, pareciera que la secreta voz de la razón le
reprochan la edad consumida en “caprichos científicos” pero que al
contemplar la verdad, sus ojos, heridos por la evidencia, se conturban y
obscurecen. En las tertulias ycodenses 20A de 1.994 de las que formó parte el
profesor Wolfredo Wildpret, junto a Pastor y Eusebio Delgado, Javier Dorta,
Antonino Voituriez, Ignacio y Nicomedes Gómez, J.J Arencibia y otros , me dijo
que el Drago tenía algo más de 900 años y, en unas declaraciones reciente
manifestó que apenas rondaba los 500 años. Nuestro prestigioso investigador,
experto en geobotánica y fitocenología al que debemos la regeneración de
la diversidad floral nativa del Parque de El Drago con un valor vegetal
universal para la ciencia y la conservación, no nos aporta ningún dato
científico que nos haga pensar que esa “cuenta atrás “poco, o nada,
tienen que ver con la edad real de nuestro árbol. En los años 80 una botánica francesa
cifró su edad en torno a los 2.300 años basándose en análisis espectral
de las células del tronco hueco que es, entre otras, una de las características
de los árboles milenarios. Para nuestro amigo garachiquense Carlos Acosta
El Drago tiene más de 2.000 años, haciéndolo coetáneo de Cristo y Julio Cesar.
El experto arbolista Americano, recientemente fallecido, Kenneth Allem invitado
por el Doctor en botánica, el ycodense, Juan Alberto Rodriguez
Pérez realizó en 1985 un riguroso y concienzudo estudio sobre
la salud de nuestro ejemplar. Aunque no realizó ningún estudio específico
para verificar su edad no desestimó que fuera milenaria. Los miembros del
Comité Técnico-Científico que lo atienden desde 1993 creen que, si bien,
no hay hasta el día de hoy una prueba irrefutable de su edad, no por ello
deba estimarse por debajo de los 1.000 años que justifican en base
a testimonios históricos, consuetudinarios y, sobre todo, por la evidente
majestuosidad frente otros pies monumentales a los que se le estiman edades
próximas al milenio. Se sabe que los árboles que viven en rocas, suelos
arenosos, derrubios y entornos desprotegidos suelen detener su crecimiento
vertical cuando alcanzan la decena de metros y comienzan a crecer en horizontal
retorciéndose y adoptando forma majestuosas como las que presenta nuestro Drago
,que se desarrolló espontáneamente en un terreno aluvial en la margen del
barranco que es, entre otros, uno de los hábitat naturales de la especie
dracaena draco que tiene dispersión en la macaronesia (Azores, Madeira y
Marruecos) siendo el de Ycod el más longevo conocido. Un cuadro, del
Libro Guinnes de los Records que está en El Ayuntamiento de Ycod contiene
un documento que Certifica, textualmente, que “El árbol más viejo de
España” es un ejemplar de “Dracaena drago” de Icod de los Vinos (Tenerife) cuya
discutida edad se sitúa entre los 7.000 (Humboldt) y 5.000-4.000 (P. Smith)
años de longevidad. Firmado: Margarita Jordán, y al pie del documento se
lee:”Este certificado no supone necesariamente la inclusión en el Libro Guinnes
de los Records”. En algún pie de fotos antiguas figura el Drago con 3.200 años
de antigüedad. En la edición de 1.971 del Libro de Historia Natural, tomo
III de Botánica del Instituto Gallach de Barcelona de los autores:
Romualdo González Fragoso, Alfonso Luisier y Pio Font Quert bajo la dirección
científica del Prof. Ángel Cabrera en la página 452, hablando de las
draconoideas, se lee: “El género tipo es el Dracaena que en anteriores épocas
geológicas vivió en Europa, hoy representadas por unas cuarenta especies de los
países cálidos del Antiguo Mundo……………… Pertenecen a este género los
celebérrimos dragos de Canarias (Dracaena draco), el más famoso de los cuales,
el de la Orotava, cuyo tronco medía 25 m. de circunferencia, fue destruido por
un huracán en 1.864.Mucho se ha fantaseado acerca de la edad de los dragos; al
de la Orotava se le llegó a asignar la de 6.000 años, en tanto que modernos
investigadores, habida cuenta de su desarrollo, no demasiado lento, la rebajan
a una décima parte. Al de Icod, magnifico ejemplar también se le suponen 200
años de vida también. Entendemos que querrían decir 2.000 años, toda vez que en
la página 454, del citado libro, aparece una foto de A. Benítez de los años 40
donde su aspecto es igual al actual ,y con el pie:”Árbol de la familia de las
liliáceas, al que se atribuye una legendaria longevidad. Tiene el tronco, muy
grueso, cubierto de cicatrices. La copa aparece recogida, es siempre verde y
está formada por ramos muy espesos.”
Las cifras que se barajan para el drago de Ycod
evidencian una manifiesta dispersión en cuanto a la edad que le
atribuyen teniendo un recorrido que va de 250 a 7.000 años.
Las edades de otros especímenes arbóreos. Hasta hace
muy poco se creía que los arboles más grandes, eran también los más viejos de
ahí que se pensara que la secuoya roja de California (Sequoia
sempervirens) “Stratosphere Giant”, que en 2002 media 112,6m. y pesaba 1.500
toneladas , sería el árbol más viejo , pero Los estudios del científico Edward
Schulman demostraron que no pasaba de 3000 años, pero al analizar un ejemplar
de pinus longaeva en el Valle de Owens, cerca de Los Ángeles observó que
sobrepasaba los 4.700 años, convirtiéndose en el árbol vivo más viejo del
planeta al que llamó Matusalén en honor al longevo profeta bíblico. El
estudiante de la Universidad de Carolina del Norte Donal Currey, con
permiso del personal del servicio forestal en 1965, corto un viejo
ejemplar de pino longaeva en el condado de White Pine con el fin de estudiar la
incidencia del clima en el crecimiento y desarrollo de los anillos,
descubriendo, en el recuento, que la edad era superior al Matusalén estudiado
por Schulmam arrojando una edad de 5.000 años lo que le convertía en el
organismo vegetal, no clonado, más viejo conocido.
Los métodos actuales de datación de los árboles
leñosos se realizan por el método conocido por dendrocronología, que consiste
en contar el numero de anillos de crecimiento que corresponden uno por
año y, que gracias a los avances realizados por el Doctor Schulman supusieron
un duro golpe a los empleados por los geólogos y arqueólogos al demostrar
que los sistemas de datación del carbono 14 y potasio-argón daban
errores de cientos de años, y en algunos casos errores superiores a la edad del
árbol que se quería datar, además de la ventaja de no tener que cortar el árbol
para poder contar los anillos. La moderna técnica desarrollada por Schulman ,
le permitieron en 1957 saber el número exacto de anillos mediante
el barrenado del tronco con un perforador largo y del grosor de un
lápiz, tomando muestras del corazón de los troncos que luego en el
laboratorio analizaba con un potente microscopio para contar los anillos de la
muestra .Del total de ejemplares de pinus longaeva estudiados, durante más de
veinte años ,en el bosque de pinos Bristlecone que crecen en la Sierra Nevada
de California, diecisiete rondaban los 4.000 años. El método del doctor
Schulman no se puede aplicar a todos los árboles y menos aun al drago por
carecer de anillos de crecimiento. Para los dragos, unos calculan la edad
contando el número de ramificaciones y otros se basan en las floraciones,
ambos métodos son válidos y bastante fiable para dragos que tengan entre
200 a 300 años, pero falible para los que sobrepasan los 500
años, toda vez que ni las unas ni las otras se corresponden con periodos fijos
de tiempo, haciéndose más irregulares cuanto más viejo es el drago. En mi
opinión el método, de momento, más fiable y objetivo es el del profesor
Sanchez-Pinto, ya que el crecimiento a lo largo del tiempo , por medio de
fotos, de las raíces troncales puede extrapolarse al resto del árbol
determinando su edad por comparación pero con el inconveniente que el
crecimiento de estas raíces pueden estar determinado por períodos de sequias,
lluvias y/o rigores extremos de frio o calor y, sobre todo, porque el
crecimiento de los árboles viejos es muy lento ,ralentizando su reloj vital
hasta el mínimo imprescindible para seguir vivos, la realidad es que los
árboles vetustos como nuestro drago viven en los mismísimos límites entre la
vida y la muerte, hasta el punto que el tronco principal “muere” varios cientos
de años antes de que lo hace la última de las ramas, cuya vida queda suspendida
y supeditada a una raquítica corteza que la une con las raíces. La muerte
vegetal natural nada tiene que ver con la animal que se produce por colapso.la
célula vegetal cuando muere sirve de soporte y vía de sabia al árbol. “La
muerte” natural de un árbol milenario, como nuestro Drago o la de los
venerables ancianos, Ciprés de Tule, Baobab de Green, Secuoyas General Sherman
y General Grant o el pino de Schulman se pueden estar produciendo en este
instante, manifestarse al cabo de otro milenio y producirse
definitivamente pasado otros 1000 años, si La naturaleza y el hombre se lo
permiten. El mayor reto, en mi opinión, para biólogos, genetista y fisiólogos
vegetales es determinar cuántos años tienen los árboles a los que no se le
pueden aplicar el método de la dendrocronología, pero mayor aun es el
saber cuándo se está iniciando el proceso de “la muerte” natural y cuanto va a
durar. Estoy convencido que El Drago de los Jardines de Franchy en la
Orotava estaría vivo de no haber sido abatido por la naturaleza, y que posiblemente
algunos más longevos que el Ycod fueran eliminados por los nativos
guanches en su explotación exangüe de la savia con fines mágico y/o curativos
de ahí que el antiguo Cabildo de la Laguna penalizara severamente la
extracción y comercialización exhaustiva de la sangre de Drago. (II) Aspectos
sanadores de la sangre de drago. (El drago es el árbol mejor cuidado y
mimado del mundo)…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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