De los chorros
de hierro fundidos que se instalaron en muchísimos lugares de la Villa de La
Orotava, en los años veinte del siglo XX, siendo alcalde de la Villa el jurista
don Agustín Hernández y Hernández, para solucionar en gran parte del problema difícil de las
aguas para el abasto público. Que se adquirieron en Londres en la casa Kennedy´spatente Glenfield &
Kennedy´LD, Lilmarnock.
Uno de los que
quedan con vida y en su lugar, concretamente en el conocido por la Magnolia, en la calle de San
Juan delante del Molino número sexto de la ruta molinera orotavense. Perteneció a Doña Nicolasa
Valcárcel y estaba incorporado al mayorazgo fundado por su antepasado Francisco
Valcárcel.
En la foto,
vemos la replica del mencionado chorro, que se confeccionaron por alumnos en
los talleres de madera del IES La Orotava Manuel González Pérez, el cual se
encuentra en exposición en el vestíbulo del salón de acto.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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