En los
noventa del siglo XX, por las mañanas en la esquina de las calles; El Calvario
y García Beltrán de La Villa de La Orotava, antes del comienzo mañanero de las
jornada laboral. Solíamos reunirnos para hablar de todo los aconteceres de la
Villa. Un servidor, Miguel Ángel Sánchez Perera (Michel), Domingo Eduardo Hernández
y Hernández, Clemente Álvarez) y el Barrendero de turno. A veces levantábamos
las voces que la recordada vecina Luisa Polo Regalado se asomaba a su ventanas
de la antigua pensión El Suizo, para decirnos, que todos no somos sordos.
La
panorámica tomada por la cámara del contertulio Domingo Eduardo Hernández,
estamos un servidor y Miguel Ángel Sánchez Perera (Michel) comenzando la
tertulia mientras iban llegando los demás. El mas frenético que se encolerizaba
era Clemente Álvarez, y el que más tenía problemas vecinales en los Altos de La
Orotava donde residía era el barrendero de turno.
Entonces
comenzábamos a trabajar a las ocho de la mañana, los que lo hacían en la calle
el Calvario, menos un servidor, que entraba en jornada laboral en el IES La
Orotava Manuel González Pérez del Barrio San Antonio a las ocho y diez minutos,
el tiempo suficiente para coger el automóvil y entrar a dicho recinto docente.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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