jueves, 18 de enero de 2018

DON LUIS WILDPRET ÁLVAREZ



Homenaje a la inolvidable y desaparecida Escuela de Comercio de Santa Cruz de Tenerife y a los compañeros de mi promoción de Profesores Mercantiles 1972 – 1973.

Don Luis... Oí mencionar por primera vez a Don Luís, a mi hermana Carmen (Carmilla) que estudiaba en la década de los cincuenta del siglo XX profesorado mercantil en la antigua e ilustre Escuela de Comercio de Tenerife, yo era por entonces un niño extravagante que me iniciaba en el bachillerato salesiano villero. Don Luís era una nombradía alborozada para unos tiempos entristecidos. Para los estudiantes de Comercio era un “HUESO” a roer, porque Don Luís era la encarnación del ser que mas aborrecían, era el símbolo del honor y de la disciplina. Sin embargo la honradez de Don Luís, -años después, cuando estudiábamos el profesorado-, superaba con creces la recibida en los salesianos villeros. Aquella austeridad de los hijos de Don Bosco era una verdadera sistematización, en la que aparecía implicadas las disciplinas más vivas de la beneficiosa sociedad estudiantil. Su doctrina era diáfana y concordante con la tolerancia. De los fundamentos del Sistema Preventivo deducimos que una educación basada en la RAZÓN debe excluir todo fanatismo, todo autoritarismo, toda exageración, todo lo que no es razonable.
Escribo de Don Luís Wildpret Álvarez, porque para mí, era el catedrático de la fortificación, del bienestar, y de la intensificación, escribo de Don Luís, porque jamás he visto en mi vida estudiantil y profesional el esbozo, y el prototipo de este hombre excelso.
Pertenezco a una promoción de profesores mercantiles (1972-73), considerada la penúltima, -no lo recuerdo exactamente-, que salió de nuestra antigua y inestimable Escuela de Comercio, porque años después, los estudios de Comercio se reconvertían en estudios de Ciencias de la Empresa. Una promoción tan ingenua, que cuando comenzamos a estudiar el profesorado, recibimos las primeras instrucciones disciplinarias, del gran catedrático del mercantilismo tinerfeño, y digo el gran catedrático, porque ha sido el preceptor que le ha faltado a muchas posteriores promociones, estudiosas de las ciencias contable erudita.
Evidentemente en el seminario de Alemán de aquellos años, en el que Don Luís era el bastoncillo supérstite, jamás se oían las mosca, se hablaba el Alemán desde las cuatros esquinas neoclásicas, e incluso el conserje de turno que entraba a comunicarle algún que otro mensaje, lo hacía !casi....!, en el mismo idioma, por sobrecogimiento y honestidad al gran personaje, claro que en esto, deseo reconstruir a la madre de nuestra vetusta Escuela “Doña Carmen”, Carmita para los privilegiados.... El silencio se rompía con los motores de los reactores que iban aterrizar en Los Rodeos. Estoy seguro que muchos profesores mercantiles salidos de nuestra Escuela están considerados de una grande y legítima instrucción, gracia a este seminario de lingüística alemana, pues indudablemente son unos grandes caballeros de la contabilidad, de la financiación y del desarrollo empresarial en nuestra provincia.
Su biografía expuesta en el Libro Homenaje a don José Rodríguez Ferrer. Paginas (309 – 313), publicaciones de la Universidad de La Laguna: “…Nacido en el Puerto de la Cruz el 2 de febrero de 1903, asiste en esa ciudad al primer colegio alemán de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, allí fundado por su padre. De 1910 a 1914 cursa estudios primarios y de ba­chillerato en Hamburgo. Al estallar la Primera Guerra Mundial regresa a las islas para realizar como alumno libre al bachillerato español en el Instituto de La Laguna, ciudad en la que también llevará a cabo el curso preparatorio de la carrera de Farmacia. En esta especialidad obtendrá su licenciatura en la Universidad de Madrid en 1925. Un año más tarde se traslada a Zúrich para aprender y perfeccionar Técnicas de Análisis Clínicos en el laboratorio de Química del Hospital Central de dicha ciudad, del cual será nombrado poste­riormente Auxiliar Honorario. Tras esa estancia en Zúrich se traslada Tenerife para trabajar como analista clínico.
En 1931 ingresa como académico de número de la Real Academia de Medicina del Distrito de Canarias presentando un trabajo sobre la constitu­ción molecular de la colesterina. Más tarde ostentará en aquélla los cargos de secretario y bibliotecario, obteniendo además el de secretario perpetuo.
Concluye sus estudios de perito y profesor mercantil con la calificación de sobresaliente en 1934, pasando inmediatamente a Auxiliar de la Cátedra de Física y Química y la de Historia Natural de la Escuela Profesional de Co­mercio de Santa Cruz de Tenerife. Es en ese mismo año, cuando oposita a la Cátedra de Lengua Alemana de Escuelas de Comercio, obteniendo el núme­ro uno en dicha oposición. Su primer destino lo traslada a la Escuela Profesio­nal de Comercio de Las Palmas de Gran Canaria y tras breve tiempo pasó a la de Santa: Cruz de Tenerife.
Durante varios años imparte también la docencia del alemán en el Instituto de Idiomas de la Universidad de La Laguna y en el Instituto de Ense­ñanza Media de Santa Cruz de Tenerife, así como un curso de Alemán Técni­co en la Facultad de Químicas de La Laguna.
Estudioso y trabajador incansable obtiene la plaza de inspector farmacéutico municipal en 1942 y cinco años más tarde cursa las asignaturas correspondientes al doctorado en Farmacia.
Preside el Colegio Provincial de Farmacéuticos a partir de 1952 y duran­te 17 años, desempeñando el cargo de vicepresidente del Consejo General de colegios farmacéuticos durante el trienio 1956-59. Representa a España en la Federación Internacional de Farmacia en reuniones celebradas en di­versas ciudades europeas.
Tras la renuncia en 1957 de D. Ramón Ascanio y Soto mayor como vicedirector de la Escuela Profesional de Comercio en Santa Cruz, ocupa su lugar el Sr. Wildpret. Un año más tarde, es elegido como compromisario de la Escuela para las elecciones del Cabildo. En años sucesivos obtendrá ho­nores y distinciones diversas: Consejero de Honor de Consejo General de Colegios Farmacéuticos (1959); Encomienda con placa de Sanidad Civil (1961) Y Académico Corresponsal de la Real Academia de Medicina de Ma­drid (1967). 
En 1964 releva a Don José María Segovia García en la Dirección de la Escuela Profesional de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Su toma de pose­sión se llevó a cabo un claustro Extraordinario presidido por el Doctor D. An­tonio González, rector de la Universidad de La Laguna.
En 1970 es designado representante de la Dirección General de Enseñanza Media y Profesional en el Consejo Asesor de la Delegación Provincial de Educación y Ciencia de Santa Cruz de Tenerife. Bajo su mandato directivo de la Escuela de Comercio, tiene lugar, en el curso académico 1971-72, la conversión de dicho centro en Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, ocupando el catedrático Wildpret Álvarez la Cátedra de Alemán. En va­rias ocasiones anteriores había desempeñado las cátedras de inglés y fran­cés. Es de justicia mencionar que, a lo largo de muchos de sus años en la Escuela, formó un eficaz tándem docente con su esposa, Doña María Dixkes Ostwald…”
Con los tomos del “Mein Deutsches Buch”, leíamos todos los días esta gran lengua mundial del norte de Europa, escribíamos siempre bajo la disciplinada mirada de Don Luís, su señora Doña María Dixkes Ostwald le ayudaba en las correcciones. Entrábamos al seminario con las manos temblorosa del desasosiego y salíamos alborozados de nuestra metamorfosis perecedera, que recibíamos de este hombre escurrido, adherente y eficaz. Al final de nuestra carrera sufrió un duro padecimiento cardíaco, dejó de venir a la escuela, pero su espécimen seguía entre nosotros, a través de una fascinante dama (su señora), que seguía con sus mismas costumbres, trasmitía de su casa a la escuela y de la escuela a su casa, las instrucciones de Don Luís, que descansaba de sus dolencias.
Finalizando la carrera, estudiábamos con el “Deutsche Handelskorrespondenz” de J. Rauter, le visitamos varias veces en su domicilio, Don Luís nos trasmitía su valentía, su honradez, porque ya íbamos a ser unos futuros profesionales del material mercantilista, y del adiestramiento empresarial. Su vida transcurría entre su farmacia de la plaza de Weyler y el triángulo de su mansión con la gloriosa escuelas de Comercio santacruceras, entre laboratorio y libros de los más científicos de la época, entre las ciudades alemanas de Hamburgo y Rheinfelden, entre la ciudad suiza de Zurich y Madrid.
Don Luis Wildpret fallecía en Tenerife en el año 1975, cuando la autocracia franquista daba sus últimos bozos, y se avecindaba la vuelta a la libertad, y a la democracia. En aquella ocasión les acompañaron los Profesores Mercantiles, hechos ya unos auténticos profesionales, sus alumnos, sus grandiosos alumnos, que ahora le recuerdan, le bullen en la cabeza traducciones de poetas alemanes, problemas que resolver, proyectos por realizar, después de treinta y siete años de su muerte. Imagino que caminando por el tiempo, se dice a sí mismo los versos de un poeta de su dispensa: “…Y vosotros, prados, fuentes y arboledas, / ¡no auguréis conclusión en nuestros amores! / Todavía, en el corazón de mi corazón, / siento vuestro poderío…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

1 comentario:

  1. Estimado Sr. Álvarez Abreu,

    Hoy 22 de Febrero de 2019, 80 aniversario del fallecimiento del ilustre poeta sevillano D. Antonio Machado Ruiz, por casualidad he leído esta pieza literaria que ha escrito Vd. sobre mi padre.
    Estoy reuniendo datos para legarle a mis hijas e hijo información escrita sobre su abuelo quien fue para mi algo más que un gran padre. La suya me ha llenado de satisfacción.

    Le saluda agradecido

    Wolfredo Wildpret de la Torre

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