jueves, 18 de enero de 2018

DON JOSÉ RODRÍGUEZ GONZÁLEZ Y SUS PALABRAS SOBRE LAS BODAS DE PLATA DE LOS SALESIANOS EN LA OROTAVA AÑO 1973 (II)



Fotografía tomada en el patio central del colegio de San Isidro de La Villa de la Orotava, final del campeonato de María Auxiliadora de Baloncesto correspondiente al año 1956.
Campeón el Águila del Valle que había vencido al CB. Calvario. Observamos a don José Rodríguez González en el centro entre don Manuel Fariña Hernández (presidente entonces de la comisión de fiestas de María Auxiliadora) y Diego Juan Álvarez de la Peña.
El jugador y capitán del Águila del Valle Tomás Luis Expósito (conocido por el “Cojo”, recibe el trofeo de campeón), a la derecha vemos a los componentes del Águila del Valle: Policarpo Luis, Cándido León, Isidoro Sánchez García, Manolo Martín, Leis y Manolito Yánez.
Fotografía de los archivos particulares del amigo de la infancia en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava;  Manuel Fariña Hernández.

Los años en que se generaliza (sobre todo entre las clases medias) el estudio del bachillerato y, como reflejo de ello, digamos que el Colegio San Isidro entra en la historia cultural de La Orotava por méritos propios. Todos los hombres cultos de La Villa, a niveles de enseñanza media o superior, dejan notar la impronta, el sello de la educación religiosa-salesiana, incluso quienes no la recibieron, o quienes la rechazan por haberla recibido. Los salesianos en La Orotava, concretamente en el verano de 1.952, cuando su primer director y fundador Rvdo. Don Claudio Sánchez Martín, es nombrado por la superioridad, Inspector Provincial de la Comunidad. Le sustituye en consecuencia en la dirección del colegio, el Rvdo. Don Pacífico Medina Sevillano (q.e.p.d.). Marchan destinados los clérigos Don Alfredo Canal y Don Nicolás de la Casa y se incorporan a la comunidad local, el Sacerdote Don Ángel Martín González y  los clérigos Don Manuel Prol Marra, Don Manuel Prol Araujo y Don Evaristo Rodríguez Ferreiro. El mandato de Don Pacífico Medina Sevillano dura aproximadamente seis cursos escolares desde el curso 1.952-53 al 1.957-58, durante su mandato surgen las primera promociones del bachillerato Elemental y Superior, se crea en el Colegio por primera vez un curso de Preuniversitario, -y que solo se repitió en el curso 1.962-63 con Don José Mondéjar (q.e.p.d.) de director-, y se puede catalogar como una etapa dura disciplinada, y bien organizada bajo los auspicios de la enseñanza religiosa, reseñada en España en la década de los cincuenta. Durante este intervalo, se incorporan a la comunidad de la Villa, los sacerdotes; Don Alejandro Guarde Hernández, Don Guillermo Navarro González, Don Manuel Cereceda Pascual, Don Pedro Alba Montesino, Don José Rodríguez González, Don Rafael Soldevilla Hidalgo, Don Francisco Ureña Arroyo, Don Antonio Montero Marroquí(iniciador y alma del Oratorio Festivo), Don José Díaz Cotán-Pinto, Don Antonio Granado Herrera, Don Víctor Rodríguez Jiménez, Don Antonio Espinosa Martagón, los clérigos; Don Alicio Elvira Primero, Don Antonio Escobedo Rodríguez, Don Juan Urbistondo de los Ríos y Don Leonardo Girón Sánchez, Don Miguel Díaz, y los coadjutores; Don Emilio Gómez Cantero, Don Ventura Paiz Cruz, y Don Manuel Nogeiras. En el curso 1.958-59, Don Pacifico Medina Sevillano cede el puesto de director del colegio al anterior catequista Don José Rodríguez González. Cesan además Don Juan Manuel Cerceda, Don Víctor Rodríguez, Don Leonardo Girón, Don Antonio Espinosa, Don Jesús Delgado, y Don Juan Manuel Nogueiras, se incorporan a este destino, Don Esteban Corral Gajate, Don Gregorio Santana Arencibia, Don Francisco Llarena  Gonzalo, sacerdotes, y los clérigos, Don Miguel Raigón Córdoba, Don Manuel Roja Pérez (fundador de la rondalla de Pulsos y Púas) y Don Marcelino Carreto Carretero, y como coadjutor, Don Fernando García Fortea. Empezando aquí la etapa de Rvdo Don José Rodríguez González como director del colegio, etapa de continuidad de las directrices emprendida por su antecesor Don pacifico Medina Sevillano.
En el desaparecido rotativo "La Tarde" del mes de Junio  de 1.973, me puse al  habla con este destacado e inolvidable sacerdote, que ejerció de Director en el citado centro, en sustitución de Don Pacífico Medina Sevillano (q.e.p.d.), en la actualidad ya desaparecido. Don José Rodríguez González por entonces estaba destinado en el colegio Salesiano de Las Palmas de Gran Canaria, y se disponía a visitar de nuevo el colegio de La Orotava, invitado por los AA.AA. para formar parte de la conmemoración de Las Bodas de Plata. Indicándonos: Que ejerció de Director desde el curso 1.958-59 hasta el 1.960-61; después de llevar trabajando, en esa querida casa, tres cursos como encargado de estudios y uno como Catequista o Padre Espiritual. El de reconocer oficialmente el Colegio; pero antes había que sanear la economía, por los desembolsos llevados a cabo en la instalación del Internado, para después poder hacer frente a los gastos que imponían laboratorios biblioteca etc. Gracias a Dios podía efectuarse, cosa que cumplió mi sucesor, el querido y llorado Don José Mondéjar, q.e.p.d., los superiores quisieron que realizara idéntica misión en el Colegio del Sagrado Corazón de Las Palmas. Don José me hablaba de sus alumnos, y de la problemática para realizar los exámenes públicos en los Institutos existente en la isla. Los alumnos del colegio fueron tantos y tan buenos que la lista se haría demasiado larga. Tenga en cuenta, que por suerte o por desgracia, cuando llegué como encargado de Estudios, teníamos que afrontar, la responsabilidad de las Revalidas, la precisión de los exámenes en el Instituto, como Colegio Libre, y había que exigir, por tanto, un poquitín más, si cabe, algunos no tuvieron más remedio que hacerse amiguísimos míos por las horas que compartíamos juntos por suspensos más de la cuenta, llegar tarde y cosas por el estilo. Creo que todos pagaron lo que debían religiosamente, pero ahora, D.M., se me presenta una buena oportunidad, con repasar las listas y saldar motivo de esas fiestas, de cualquier media horrilla que quedara por ahí perdida. El teatro, el oratorio, el canto, la cabalgata y fiestas de María Auxiliadora. En fin en una palabra, la Educación, ya que ésta hace unos lazos de afecto y recuerdos que no se olvidan, ni rompen fácilmente. Después de su marcha del colegio en el Verano de 1.962, no lo visitó hasta la conmemoración de las Bodas de Plata, nunca pensó que el colegio siguiera la línea ascendente que se emprendió al comienzo de la década de los sesenta, y además le gustó la vida de los orotavense y del pueblo en general: Solamente tuve ocasión de pasar unas brevísimas horas en el Colegio, no me dio tiempo materialmente de saludar a nadie. Indudablemente. Una vez reconocido el Colegio, el afecto de tantos orotavenses a los Salesianos y dedicación de éstos fructificaría en la hermosa realidad de un gran Centro Educativo. La vida orotavense, desde el primer momento en que llegué a La Orotava, fueron tantas las muestras de afectos, de sincera amistad, de exquisito trato de que inmerecidamente fui objeto, que llevaré a la Orotava y a tantos que honran con su amistad, algunos desgraciadamente ya desaparecidos, muy dentro de mí y para siempre. En cuanto a las Bodas de Plata, estoy encantado de que se nos presente a los Salesianos esta oportunidad de manifestar, a nuestra querida Orotava, nuestro reconocimiento y gratitud más sentida. La Orotava siempre ha hecho sus cosas bien hechas, ¿por qué van a fallar ahora nuestros queridos AA.AA., que habrán puesto en esta efemérides todo su corazón y mejor entusiasmo?. Por ultimo, deseo adelantar, desde ahora, un cariñoso saludo para todos los amigos y AA.AA. que espero, si Dios quiere, rubricar con un abrazo en esos días que serán para mí, no le quepa duda, de muchísima alegría y gratísimo recuerdo. Estas fueron las palabras que me expresó textualmente Don José Rodríguez González en Junio de 1973, en su nueva visita a La Orotava, palabras amables y cargadas de gratitud.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL.

No hay comentarios:

Publicar un comentario