El amigo
desde la infancia de la Villa de La Orotava; ISIDRO FUENTES MELIÁN, remitió
entonces (16/01/2015) estas notas que tituló; “DOÑA ENGRACIA Y LA TOLERANCIA”: “…Cuando el muro de contención,
que tanto trabajo había costado y tantas ilusiones despertado, había llegado a
su altura definitiva, una lluvia copiosa de un par de días golpeando en
un punto débil de su estructura (todas las inclemencias se ensañan en los
débiles) cedió a la sobrecarga y se derrumbó sobre la huerta contigua en la que
tenía su cimentación....El ruido característico sobrecogió a todo el mundo y
nosotros, disciplinados, permanecimos en nuestros sitios de estudio casi sin
levantar la mirada cosa que se penalizaba con notaciones negativas...
Se respiró con alivio profundo al comprobarse que no había
desgracias personales y esto se consideró un buen precio por el trabajo, el
material y las ilusiones perdidas.
Volvimos de nuevo al ruido de carretillas y remoción
de tierras que esta vez sí fueron coronados por la terminación de la obra ("finis
coronat opus" nos repetían como consigna). El campo de futbol era asimétrico:
un solar de Doña. Engracia (Siña Engracia) rompía la armonía como una pesadilla
en nuestros sueños, pero nos contagió la templanza de Don Claudio que hacía
ver el lado bueno de las cosas..
Se inauguró un 8 de diciembre con invitados de
alcurnia, autoridades, madrinas y afluencia de público que nos hizo sentir como
si de una final olímpica se tratara...
Subimos con Don Ricardo a la capilla (2ª planta con
todas sus ventanas luminosas hacia Franchi Alfaro) a rogar a la Virgen antes
del partido y los tacos de las botas tronaron por las nobles maderas de
escaleras y pasillos, amedrentando al potente equipo rival, el "Juventud Católica".
Mientras los espectadores esperaban impacientes. Puede
que la Virgen echara una mano por aquello de "jugar en casa" (3-1), pero
contábamos con Perdomo, el mejor defensa de todos los tiempos y delante Duclos
con la derecha más potente que se conocía. El árbitro, Ignacio, imparcial y Don
Ricardo exultante de alegría mal disimulada, (por aquello del recato y la
sobriedad) como siempre que las cosas salían bien sobre todo si eran
demostraciones públicas de nuestro progreso.
En la foto una muestra de tolerancia: ¿Cómo nos
permitieron llevar esas boinas en público y en día tan señalado? La idea de
usarlas fue nuestra, pero los tolerantes al permitirlo fueron ellos, aquellos
salesianos.
Primera fila: Bernardo Hernández,
Juan Villar, J. J. Reyes Duclos, Julián Álvarez, Goyo, Pedro Perdomo, Isidro
Fuentes, Jesús Rodríguez (entonces Chito), Manuel Fariña Hernández (asomando la
cabeza) e Ignacio.
Segunda fila: Alfonso Dorta, Antonio Baute, Doña Eladia Ascanio, Don Claudio, Doña. Josefina Salazar, León y Jesús Álvarez...”
Segunda fila: Alfonso Dorta, Antonio Baute, Doña Eladia Ascanio, Don Claudio, Doña. Josefina Salazar, León y Jesús Álvarez...”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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