domingo, 21 de enero de 2018

DOÑA ENGRACIA Y LA TOLERANCIA



El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ISIDRO FUENTES MELIÁN, remitió entonces (16/01/2015) estas notas que tituló; “DOÑA ENGRACIA Y LA TOLERANCIA”: “…Cuando el muro de contención, que tanto trabajo había costado y tantas ilusiones despertado, había llegado a  su altura definitiva, una lluvia copiosa de un par de días golpeando en un punto débil de su estructura (todas las inclemencias se ensañan en los débiles) cedió a la sobrecarga y se derrumbó sobre la huerta contigua en la que tenía su cimentación....El ruido característico sobrecogió a todo el mundo y nosotros, disciplinados, permanecimos en nuestros sitios de estudio casi sin levantar la mirada cosa que se penalizaba con notaciones negativas...
Se respiró con alivio profundo al comprobarse que no había desgracias personales y esto se consideró un buen precio por el trabajo, el material y las ilusiones perdidas.
Volvimos de nuevo al ruido de carretillas y remoción de tierras que esta vez sí fueron coronados por la terminación de la obra ("finis coronat opus" nos repetían  como consigna). El campo de futbol era asimétrico: un solar de Doña. Engracia (Siña Engracia) rompía la armonía como una pesadilla en nuestros sueños, pero nos contagió la templanza de Don Claudio que  hacía ver el lado bueno de las cosas..
Se inauguró un 8 de diciembre con invitados de alcurnia, autoridades, madrinas y afluencia de público que nos hizo sentir como si de una final olímpica se tratara...
Subimos con Don Ricardo a la capilla (2ª planta con todas sus ventanas luminosas hacia Franchi Alfaro) a rogar a la Virgen antes del partido y los tacos de las botas tronaron por las nobles maderas de escaleras y pasillos, amedrentando al potente equipo rival, el "Juventud Católica".
Mientras los espectadores esperaban impacientes. Puede que la Virgen echara una mano por aquello de "jugar en casa" (3-1), pero contábamos con Perdomo, el mejor defensa de todos los tiempos y delante Duclos con la derecha más potente que se conocía. El árbitro, Ignacio, imparcial y Don Ricardo  exultante de alegría mal disimulada, (por aquello del recato y la sobriedad) como siempre que las cosas salían bien sobre todo si eran demostraciones públicas de nuestro progreso.
En la foto una muestra de tolerancia: ¿Cómo nos permitieron llevar esas boinas en público y en día tan señalado? La idea de usarlas fue nuestra, pero los tolerantes al permitirlo fueron ellos, aquellos salesianos.
Primera fila: Bernardo Hernández, Juan Villar, J. J. Reyes Duclos, Julián Álvarez, Goyo, Pedro Perdomo, Isidro Fuentes, Jesús Rodríguez (entonces Chito), Manuel Fariña Hernández (asomando la cabeza) e Ignacio.
Segunda fila: Alfonso Dorta, Antonio Baute, Doña Eladia Ascanio, Don Claudio,  Doña. Josefina Salazar, León y Jesús Álvarez
...”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ  ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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