domingo, 21 de enero de 2018

DON VÍCTOR RODRÍGUEZ JIMÉNEZ. EL SALESIANO QUE DESPLEGÓ LOS ALTOS DE LA VILLA



Nació el día  21 de julio de 1927 en Todoque de los Llanos de Aridane, la segunda población de la Isla de La Palma, la isla verde del archipiélago canario. Ha sido el único salesiano de esta Isla. Tuvo la suerte de tropezar en su niñez con un párroco conocido por don José Pons, que marcó su vida. Él lo consi­deró siempre un santo y más tarde escribirá su biografía en la que volcó todo el cariño del mundo y su saber de periodista. Los consejos de este sacerdote lo llevaron a dirigir sus pasos a la Familia de don Bosco.
Don José lo puso en contacto con el director del Colegio de Las Palmas de Gran Canaria. Primera y única obra de los Salesianos, en aquel entonces en el archipié­lago. El párroco se lo presenta al director como candidato al aspirantado. Efectivamente, en 1941 estrena con sus compañeros el aspirantado de Antequera, para continuar en Montilla en los años siguientes, donde se solicita su ingreso en el Noviciado de San José del Valle (1945-46). Su primera profesión tuvo lugar el 16 de agosto de 1946. A la sombra del santuario de Consolación de Utrera hace dos años de Filosofía (1946-48) siendo destinado a la nueva funda­ción de La Orotava, Colegio San Isidro, para su tirocinio (1948-­51) que continua más tarde en Utrera (1951-52). La Orotava, la llegó a considerar su casa, pues en los destinos de su vida religiosa, siempre iba o venía de La Orotava.
Los años de Teología los cursa en Madrid - Carabanchel, a partir de 1954 como miembro de la nueva Inspectoría de Córdoba. Su ordenación sacerdotal está fechada el 24 de junio de 1956, al terminar los estudios eclesiásticos. Para su estreno sacerdotal es enviado de nuevo a la casa de La Orotava (1956-58) y, a continuación, a Las Palmas (1958-­59), a Teror (1959-60). Durante estos años obtiene el título de maestro. De nuevo vuelve a Las Palmas, como Administrador. (1960-66). En el bienio 1966-68 termina sus estudios de Licenciatura en Románicas y Periodismo en la Universidad de La Laguna (Tenerife) residiendo en la casa de Santa Cruz. Son años de aprovechamiento y de integración en la vida universitaria. Es también la época de su currículo poético con primeros premios en Concursos nacionales y provinciales. Tras un curso como Jefe de Estudios en Las Palmas (1968­-69) es destinado por tercera vez a La Orotava, un Colegio de reconocido prestigio en Bachillerato. Sigue integrado en la Universidad, participando como profesor, pero dedica tiempo al trabajo de los barrios altos de La Orotava (Benijos, Aguamansa, Pinolere...) en los que se hace acompañar de universitarios. En 1979 se le encomienda también la parroquia de La Perdoma, un barrio rural de la Orotava, donde continua con la ayuda a la gente popular. En 1981 es destinado a Guadix, como ayudante de parroquia y profesor en una Escuela de Magisterio de la Iglesia en la localidad (1981-1984) y vuelve a Las Palmas, como encargado de la Iglesia de María Auxiliadora en el Barranquillo (1984­-1996), otro barrio popular en medio de la capital Gran Canaria. Además de profesor en el Colegio, toma a su cargo la Dirección de la EGB hasta la implantación de la ESO. En el Colegio de Formación Profesional de La Cuesta (1996­2000) sigue con el trabajo educativo hasta que le llega un poco tarde la jubilación. Es entonces destinado nuevamente a La Orotava (2000-2005) donde concluye sus días, dedicado a la ayuda pastoral, a otros trabajos que se le habían encomendado en la Casa y en la Comunidad Educativa y sobre todo a investi­gar y a escribir.
De sus versos Leopoldo Luís dice: "Es una poesía creadora de símbolos, pero partiendo de la sencillez, casi diría de la humildad". Y nuestro buen poeta Rafael Alfaro habló también de La Casa: "La poesía de Víctor es cordial: trata con un amor y una emoción palpable todas las cosas que rodean al hombre en su vida terrena. El poeta nos lleva a su casa y su palabra corre sin prisa, cobra intimidad, acaricia los objetos, se entretiene con las personas, se para a reflexionar, a soñar, a recordar. En su modo de ver y enseñarnos las cosas se nos revela su profunda humanidad”. Son hermosos los versos con los que Víctor Rodríguez Jiménez afianza su puesto de honor en la historia de la poesía isleña de nuestro tiempo, lo que en el caso de este poeta es un tiempo de autenticidad" (Luís Álvarez Cruz). Y a juicio de Pedro Hernández "ha sido el poeta más galardonado a la vista del número de premios- de cuantos residen en las Islas Canarias. No creemos equivocarnos en este dato" (1995). Pero fue una lástima que no dedicara más tiempo a la poesía. El mismo D. Víctor en unas notas suyas afirma: "El tiempo dedicado a escribir poesía ha sido mínimo, hasta los setenta y poco más, en que la preocupación se desplazó hacia las barrios rurales de la Orotava, cuando escribir era un lujo. Desde entonces, pequeñas cosas, por la mala prensa que entre noso­tros tienen quienes se ocupan de estas cosas". Son también suyos diez himnos del Oficio Divino de los salesianos y los himnos del Oficio del Santo Hermano Pedro Betancur (2002), primer santo canario. Se cita como poeta en varias antologías canarias. Fruto de su preparación y el gusto por la literatura fue el "Manual de redacción", con prólogo de Fernando Lázaro Carreter, presidente de la Real Academia y que el año 2001 iba Por la octava edición con más de treinta mil ejemplares. Muy extendido sobre todo en el mundo sudamericano. "Don José Pons, biografía y testimonio" (1990) con prólogo de Mons. Elías Yanes, Arzobispo de Zaragoza y paisano suyo. Es una muestra de admiración y cariño hacia el querido santo Párroco de su infancia. Don Víctor que lo conoció tan bien, estaba convencido de que don José era un santo y su biografía es al mismo tiempo un testimonio. Con este libro deseaba apoyar, muy agradecido, la solicitud del Ayuntamiento de los Llanos dirigida a las autoridades eclesiásticas a favor de la declaración de don José como Siervo de Dios, y la apertura del proceso de beatificación. "Los Altos de la Orotava", apuntes para un informe (1997) De Azul y Rosa" (2001) en colaboración, sobre la devoción a Mª.  Auxiliadora en Tenerife. Participó en "José de Anchieta poeta, humanista y apóstol de América" (1997) desarrollando magnífi­camente la parte de la poesía castellana de Anchieta.
Y con carácter especial hay que citar "El Gran engaño", (1999) que es una contribución al estudio de las sectas. Autoedición. Aquí aparece como un artesano en la edición de libros, diríamos coloquialmente que era "un manitas" combi­nando los más avanzados sistemas informático s con los patro­nes de la encuadernación manual aprendida en la escuela profesional. Mediante este método compuso este libro de casi 500 ejemplares y el de la "Poesía de Dámaso Alonso" un volumen de cuatrocientas páginas, que era su tesis doctoral pero que nunca tuvo tiempo disponible para presentada. Pero a la obra que le dedicó largo tiempo y en la que disfrutó muchísimo fue "El Santo Hermano Pedro de S. José Betancur" (2004) escrita en colaboración con el profesor José G. Luís. Ambos asistieron a la canonización del Santo en Guatemala (2002) por Juan Pablo n. Esto fue un gran premio que se llevó consigo y que enriqueció enormemente la biografía del Santo tinerfeño.
Don Víctor Rodríguez Jiménez fue un profesor salesia­no, maestro nacional, Licenciado en Filosofía y Letras, ex­ profesor de la Universidad de La Lagu­na y de la Escuela de Formación del Profesorado, periodista ejemplar, maestro de maestro, premio Nacional Universitario de Poesía, premio Antonio de Viana por su libro de poemas “Encuentros” y premio Marina por “La Casa”. Autor de varias publicaciones y co­autor de José de Anchieta, poeta, hu­manista y apóstol del Brasil, entre otros. Nos dejó para siempre, mi último encuentro con él, me llamó para dedicarme su último libro que trabajó conjuntamente con José González Luís, incluso me dijo ven a vuestro colegio de La Orotava, que te voy a dar aguacates, aquellos que siendo niño cogía en la huerta y te lo llevaba para tu casa. La verdad que me impresionó con su última producción, un gran libro con el que completa la biografía del santo chasnero (José de Betancur), cumpliendo una función esencial. Como indica el catedrático don Manuel de Paz Sánchez;“…ofrecer una visión panorámica, exhaustiva y documentada sobre una figura cuya reconstrucción histórica se ha­ce más difícil en cuanto que su misión en la vida fue, como buen servidor de los demás, la de pasar lo más desapercibido posible, pues no estaba el pastor sino para servir, desde su infinita humildad, a todos aque­llos que, más desvalidos que él, requerían su apoyo para no sucumbir en una sociedad estamental que, como la americana de su tiempo, medía la escala social no sólo por la nobleza o el dinero, sino también por el color de la piel y el origen racial…”. 
La impresionante labor de don Víctor está en los altos de la Orotava en el lugar conocido por Benijos, en una época difícil de hambre, de escasez y de penuria. Don Víctor decía que estas cosas no debían de sacarse a la calle, sino trabajar en silencio. Escribía unas notas con el fin de aportar la más entusiasta y desinteresada colaboración a la solución de los grandes problemas de los barrios de la zona rural de La Orotava. Pretendía que el estudio pormenorizado de algunos sectores - cuatro, le suministrará la clave de la verdadera situación de los demás sectores, incluso de los otros municipios del Norte de la Isla, situación, a su entender, de las más graves del país. Don Víctor siempre pensó que la solución de los problemas del pueblo presuponía un estudio integral. Escribió un simple informe que alertase a la Administración y facilitara la labor al primer Ayun­tamiento democrático. Así se hizo el 18 de octubre de 1978 cuando ocho Asociaciones de Vecinos, visi­taron al Gobernador Civil, a quien entregaron un ejemplar mecanografiado, un estudio elaborado y técnico, que no estaba a su alcance, sino de unos datos directos, más bien periodísticos, constan­cia escrita de una experiencia que para don Víctor se estaba haciendo largo.  Nunca le movió la ideología de grupo o partido, lamentaba que alguien viera en los pasados años esta dedicación a los barrios rurales. Con don Víctor trabajó una alumna suya universitaria María Nélida Sarmiento Suárez natural de Moya, Gran Canaria, joven universitaria, que murió en accidente a su vuelta de Los Altos de La Orotava, en noviembre de 1974. A la que le dedicó un poema; “…En vano busco tu alma por los aeropuertos, saliendo no sé a dónde, viniendo de otra parte. Ni en los mástiles altos sobre los malecones levantando el pañuelo de adiós hasta muy pronto. Ni en las playas extensas donde las multitudes anhelan la tibieza que el corazón les niega. Ni en los cafés o en los cinemas, gozando torpemente quizá los roces de la piel…”. Tengo que decir que don Víctor fue un salesiano natural de la isla de La Palma, que participó en la primera promoción allá en el año 1948, era jovencísimo, pero la verdad que sus alumnos villeros que le acompañaron en su marcha definitiva lo respetaron y aprendieron muchas cosas de él, pregúnteselo a Duclos (fallecido). Su último libro “Lo que han hecho de ti” dedicado a la Villa de La Orotava, lo traduce su discípulo salesiano y villero Felipe Acosta de esta manera:
Teide = Echeide = infierno
Tenerife: Tener = nieve; ife = montaña
Tenerife = Monte blanco
Ángel guardián del Valle
Plácida y comprensiva pirámide blanca
Teide gigante
Pirámide inmortal (Marrero Torres)
Estatua inerme
Alzado torreón (Marrero Torres)
Mudo vigía (Idem)
Pico soberbio y eminente
Monte excelso y gigante
Testigo silencioso
Teide heroico
Inmortal hijo de Atlante
Centinela del mar
Testigo eterno
Columna solitaria
Monarca altivo del atlante mar
Titánica montaña
Teide padre
Teide anciano
Teide majestuoso (Estévanez Murphy)
Gigante de los mares (Idem)
Gallardo rey de la feliz Nivaria
Pirámide inmensa
Volcánico peñón
Titán de Tenerife
Señor de las Atlántidas
Monstruo ingente
Pezón de lava (José Mª Segarra)
Soberbio centinela del africano mar
Sultán del océano
Califa taciturno
Titán que luce de los pies a la cabeza
Columna del cielo (Herodoto)
Teide sorprendente (Rodríguez Figueroa)
Índice de la Atlántida (Idem)
Balcón de panorámicos contornos (Idem)
Pico soberbio y eminente (M. Marrero Torres)
Teide sublime (Graciliano Afonso)
Teide eminente (Idem)
Monte de mil recuerdos (R. Murphy Meade)
Teide prepotente (J.Desiree Dugour)
Ángel guardián del Valle (F. Du Cane)
Plácida y comprensiva pirámide blanca (Idem)
Coloso de cabeza encanecida (J. Plácido Sansón)
Testigo de los tiempos que han pasado (Ídem)
Émulo del Vesubio (Negrín Núñez)
Inmensa roca triste y solitaria (Ídem)
Testigo silencioso (Ídem)
Padre del Archipiélago (Alfredo Reyes Darías)
Gigante majestuoso (Mr. Masui)
Columna solitaria (C.F. Sarmiento)
Monarca altivo del atlante mar (Ídem)
Titánica Montaña (J. Benito Lentini)
Teide majestuoso (N. Estévanez Murphy)
Teide gigantesco (Belmonte Muller)
Titán mudo y petrificado  (Rodríguez Figueroa)
Pico de Tenerife (Tomás Morales)
Atalaya eminente del archipiélago afortunado (Ídem)
Gigante recio, mudo e indiferente (Nijota)
Titán milenario (S. Padrón Acosta)
Viejo patriarca (Ídem)
Vigilante sempiterno de las siete Hespérides ( (Ídem)
Cisne fantástico (Ídem)
Glorioso pico de Tenerife (S. Padrón Acosta)
Cíclope inmenso (Emeterio Gutiérrez Árbelo)
Trono de Dios (D. Ridruejo)
Sinaí de cristal (Ídem)
Cíclope ardiente (Félix Navarro)
Viejo Guanche (Aº Oliver)
Teide, obelisco inmenso (H. Villete)
¡Siempre, siempre te amé, Teide querido! (Estévanez Murphy)
Yo te saludo, Teide majestuoso (Ídem)
El Pico es el alma canaria (S. Padrón Acosta)
Cúspide inmensa que en la mar fulgente esconde su regazo (Rguez. Figueroa)
¡Cómo brilla el gigante! Y es frío y ardiente. Atrae y aterra (Leopoldo Pedeira Taibo)
“Titán que luce de los pies a la cabeza, lanzándose directamente del mar hacia el cielo” (Mascart)
¿Qué tierra es ésta que está más alta que el cielo?..A primera vista parece que allí termina la mansión en que vivimos y que detrás del volcán acaba la creación y empieza Dios. (Leopoldo Pedeira Taibo)
“Cuando lleguen mis horas postrimeras,
    No me dejes morir desconsolado
En tierras extranjeras
Ausente de tu lado. (Estévanez Murphy).
A título póstumo, se presenta una de sus obras cumbres en la Villa, por el que fue discípulo suyo en el año 1948 Felipe Acosta, hoy disfrutando de salesiano ejemplar, pero el guión y el análisis de su última producción  "la escuela y sus fantasmas", lo explica Juana Teresa GonzálezPérez, indicando que don Víctor como cariñosamente le llamábamos  recoge de manera rigurosa, y debi­damente documentada, el camino recorrido por la escuela de Benijos, dentro del marco educativo del muni­cipio. El libro es la respuesta del autor a una situación única, padecida de manera san­grante por los vecinos de este barrio de los altos de la Orotava, y que justifica el título de la obra. Una escuela puede ser todo, menos fantasma; es decir, no existir.
Don Víctor Rodríguez Jiménez deja, con "la escuela y sus fantasmas", un documento valioso para la memoria escolar de Benijos y de los altos de la Orotava. Un pueblo que sufrió las duras secuelas del analfabetismo y que el autor de esta obra no dejó de denunciar, hasta que, por fin, y al cabo de muchos años, se pudo ver realizado el sueño de que los niños de Benijos y de los altos de la Orotava fueran verdaderamente escolarizados.
Don Víctor no dejó con estas maravillosas palabras de todo corazón, para nosotros los villeros; "…Muchos niños del monte viven dentro del más estrecho círculo de la pobreza, no podrán liberarse de ella porque no han tenido escuela, no van la escuela porque la pobreza de sus hogares les obliga al trabajo, integrados desde muy pequeños en las plantillas de trabajadores que mutuamente se prestan servicios en la agricultura, cuando se hará, en el "sachado", en la siembra de la semilla para hierba, en el estercolado sulfatado, en la recolección... allí están los niños…".

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

4 comentarios:

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  2. Era un profesor extremadamente culto de los que marcan y para ser un sacerdote católico muy abierto, pero una cosa es decirlo y otra cosa vivirlo.

    Yo pertenecía al Movimiento Luz Vida y hacíamos la revista literaria por 1992 y 1993. Siempre lo recodaré en su despacho escribiendo muchas veces desde las 16.00 o las 17.00 (y don Jaime otro profesor sacerdote) decía que hasta las 21.00.

    Uno de los pocos profesores que daba clases contando muchas buenas anécdotas y alguna cita en latín que nadie entendía.

    Es una pena que su pródiga riqueza humana quede reducida a un buen currículum pero algo frío que no da una imagen viva del gran profesor.

    En fin, sería bueno quedar para ensalzar su figura en el recuerdo.

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    1. Dio clases en el Colegio Salesiano de Las Palmas de Gran Canaria entre 1991 y 1993, dirigió una revista del Movimiento (católico) Luz Vida y apoyó a los que participaban en actividades culturales (pequeñas representaciones teatrales), deportivas y excursiones.

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  3. Anécdota: una vez en un artículo de la revista, me dijo: "no sé si será el mejor artículo, pero es de los pocos en que el que lo escribe sabe perfectamente lo que está diciendo". Una vez me enfadé porque no me iban a publicar algunos artículos que ya estaban escritos y fui al tablón donde estaban expuestos y los arranqué todos de la rabia. No recuerdo si era una edición de 1992 o del 93, pero me dio muchísimo remordimiento a posteriori porque ese número de la revista o no se publicó o se publicó más tarde no me acuerdo bien. Don Víctor era un buen profesor, irónico, suave e indulgente.

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