martes, 20 de marzo de 2018

AMPARO PADRÓN, UNA SEÑORA CHICHARRERA – OROTAVENSE EN EL RECUERDO


Este mensaje es un homenaje personal a sus hijos, amigos desde la infancia y la juventud, a todos ellos los quiero de todo corazón: Maximino, Orlando, Juan de Dios, Amparo Álvarez Padrón.

Aniversario de su defunción. El fallecimiento de una persona amada es un acontecimiento realmente muy triste. Quienes se van dejan un gran vacío en sus familiares y amigos. Los deudos sienten que el dolor es tan grande que jamás van a poder recuperarse pues la muerte es una de las situaciones más difíciles de enfrentar.
Sin embargo sabemos que ese proceso demora algún tiempo para que lo podamos superarlo. Cuando se vive un episodio tan triste como éste es necesario el consuelo y soporte que le brinden las personas más cercanas a los deudos.
Amparo Padrón, fue una diva dama que un día se vino de Santa Cruz de Tenerife a la Villa de La Orotava a vivir con unos parientes. Casó en primera nupcial con el orotavense Tomás Méndez Dorta, entonces administrador y propietario de los jardines del Marquesado de la Quinta Roja, conocidos entonces por los jardines Victoria. El matrimonio duró poco, quedándose viuda con una gran riqueza patrimonial.
Al poco tiempo conoció el que iba a ser compañero de su vida, Maximino Álvarez Árbelo, contrajo matrimonio en segunda nupcias con él, en su propio domicilio de la Calle de San Agustín orotavense, del matrimonio tuvo cuatro hijos, cuatro amigo desde mi infancia y mi primera juventud; Maxi, Nito, Juande y Ampa. Así le conocíamos, pero sus nombres fueron; Maximino, Orlando, Juan de Dios y Amparo Álvarez Padrón.
En el mundo artístico local, Amparo Padrón destacó con su impresionante voz de diva en las veladas que se celebraban en las salas cinematográficas de La Orotava y en la Sociedad de Liceo Taoro, en muchas ocasiones protagonizaba conjuntamente con el villero Nicandro González, magníficos dúos de voces del género chico español (la Zarzuela).
Su marido Maximino, formó juntamente con Norberto Morales dúos de mascaras mas carismáticas que ha tenido La Orotava y Tenerife entero, su vestuario y su presencia en carnavales prohibidos y en el principio de las fiestas de inviernos era evidente.
A Amparo y a su esposo Maximino, le tenía un gran aprecio, le quería como a unos padres, en muchas ocasiones me invitaron a comer en su casa de la calle de San Agustín, momentos de alegrías y sosiegos lo pasé con ellos, e incluso en los partidos de fútbol del Unión Deportivo Orotava. Siempre que llegaba a su histórica mansión, Maximino se encontraba poniendo las letras de las cintas de las coronas de flores (su industria) y Amparo siempre en la cocina, en su larga y amena cocina preparando exquisitos platos para su marido e hijos. Por las tardes siempre la veía en la ventana que daba al largo patio de entrada y a su vez a la plaza de La Alameda o de La Constitución, preguntándole las lecciones y corrigiéndole las tareas a su hija Amparito (Ampa).
Su últimos años al igual que su querido marido lo pasó en una residencia para mayores, mucho sufrieron, después de larga vida, de la alegría y la concordia, ahora se reencontraran otra vez, pero esta vez en el  paraíso de la tranquilidad, de la esperanza, del recuerdo y de la misericordia.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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