sábado, 28 de octubre de 2017

HOMENAJE AL MUSICÓLOGO OROTAVENSE DON ANTONIO SOSA HERNÁNDEZ



Le doy luz un documento que me entregó amablemente mi amigo desde la infancia en la calle El Calvario de La Orotava, Manolo Fariña Hernández, se trata de un valioso documento del merecido homenaje que se le tributó al pianista – organista villero don Antonio Sosa Hernández el 16 de diciembre del año 1956.
Al maestro Sosa en la Villa se le sigue recordando con muchísimo cariño. Este importante documento es un memorando de nuestro cronista oficial que lo fue don Benjamín Afonso Padrón maestro nacional, muchos años en las escuelas unitarias del barrio orotavense – portuense La Vera, memorando que reproduzco íntegramente en esta sección de esencias villera, acompañándole una foto en su recuerdo: No es propósito sujetarnos a los cánones de una biografía, en este caso la de nuestro dilecto y admirado amigo el pianista don Antonio Sosa Hernán­dez. De aquí que cuanto digamos no sea documentado con fechas y otros datos, siempre interesantes, pero que no los creemos trascendentales para el fin que nos ha llevado a confeccionar esta especie de opúsculo. Y así justificado el intento, digamos que nuestro Semanario en su deseo de rendir tributo de afecto y admiración al caballeroso Maestro de Música, ofrenda estas líneas co­mo recuerdo de estos momentos en que todos los oro­tavenses y con ellos los demás habitantes de la isla, y los amigos que viven más allá de estos límites, se vincu­lan en una manifestación, que tiene por principal finalidad deshojar, ante el homenajeado, la siempreviva del agradecimiento y la admiración por la fructífera labor de su sacerdocio artístico.
Don Antonio Sosa Hernández, hijo de esta Villa de la Orotava, mostró desde corta edad inclinada vocación por el arte de la música. De aquí, que aquel orotavense, don Eustaquio Celada, entusiasta colaborador para toda empresa noble que de alguna manera elevara el presti­gio de su pueblo dignificando a sus hombres, fuera efi­caz valedor ante el Maestro Calamita, que fue director de la Banda de Música desde el 1 de Octubre de 1898, para que diera lecciones al que homenajeamos, cuando solo contaba seis años de edad. Pasado el tiempo con notable aprovechamiento y creciente admiración del Maestro por las virtudes artísticas de su discípulo, el porvenir se lo avizoraba con esplendidez. Había ya fun­dadas razones para augurar, que Sosa podía escalar has­ta la cima del difícil arte de la música. Y así las esperan­zas, Sosa pasa luego a recibir lecciones del célebre mú­sico Longás, que le va descubriendo más amplios hori­zontes.
Un acto, viene casi a consagrarlo como consumado pianista. Nos referimos a uno celebrado para allegar fondos con destino al Hospital de la Santísima Trinidad. Sosa interpreta la obra «Invitación al Vals» de Carl Ma­ría Friedrich Weber y obtiene un éxito resonante. Tenía entonces 15 años de edad.
Luego de este triunfo inicial que lo lleva en alas de la popularidad, sigue el triunfal camino de sus actuacio­nes. Así, en el antiguo desaparecido teatro «Salón No­vedades» de Santa Cruz de Tenerife, durante seis años consecutivos es pianista de una orquesta famosa en los anales artísticos isleños, que interpreta música para las compañías de zarzuela; las mejores de España, que por allí desfilan. Intervinieron con él, entre otros, Silvestre, primer violín; Giner, fagot, músico de primer orden; Unanue, trompeta vasco, profesor de la Banda de Ala­barderos de Madrid; Salazar, violín, Profesor de la Banda Municipal de Madrid; Rodríguez, oboe, que en la actua­lidad pertenece a la orquesta del teatro Colón de Buenos Aires; Bass, uno de los mejores clarinetes de España, que fue Director de la Banda de Música de La Laguna; Álvaro Fernández, Taular, etc.
Asimismo se nos recuerda que a los 16 años de edad, fue pianista de la «Orquesta de la Compañía de Zarzuelas de Campoamor», juntamente con músicos de -gran valía.
Cuando la eximia Matilde Martín recibía lecciones de su Maestro Ernesto de la Torre, Sosa acompañabala al piano. En ocasión en que la Compañía de Zarzuelas de Palacios, viose sin recursos económicos para reempren­der viaje a la Península, Matilde Martín interviene en una función benéfica a tal objeto, siendo el Maestro So­sa quien la acompañó al piano. Y en este devenir del destino, días más tarde interviene, el nombrado Sosa, en una función a beneficio de Matilde Martín, para que ésta pudiera marchar a la Península con el fin de ampliar estudios.
De entre las varias anécdotas que ornan su paso por las sendas triunfales del arte, recordemos aquella que motivó su traslado a Las Palmas de Gran Canaria, enviado por el Sr. Baudet, de quien habían solicitado un pianista para actuar con una célebre compañía de zar­zuelas. Llegado a dicha capital presentase, a la hora con­venida, en el Teatro. La edad de Sosa -muy joven aún­-  púsole  al Director ciertos barruntos de duda acerca de su valía como músico para aquella orquesta formada de los mejores profesores: ¿Manera de eliminarle?: cometiéndole a dura prueba. El Director pone en atriles tres obras de concierto, que no eran precisamente las que se solían tocar en zarzuelas. Comienza el ensayo y ante el asombro del severo juez, triunfa de manera no­table y prueba así la fama de que venía precedido. Ello le conquistó la admiración general y le valió por tanto, aparte de las actuaciones que se habían previsto, otras más durante seis meses.
Recordemos también que actuó con la célebre artis­ta Blanca Azucena en Santa Cruz de La Palma y que en la isla de la Madera desfiló por los principales teatros obteniendo resonantes triunfos.
En la actualidad es Director de la «Capilla de Santa Cecilia», que dirige desde hace más de cuarenta años y organista de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción.
La acusada personalidad de nuestro dilecto y admi­rable amigo es para nosotros, símbolo de virtudes caba­llerosas que se conjugan en la sencillez o en la humildad.
Jamás se ha envanecido por los brillos de la aureola de su bien ganado prestigio como músico. Pasa por la vida sin afanes de pompas mundanas, sin que la vanidad ha­ya podido ni siquiera situarse a los umbrales de su es­píritu cultivado con esmero.
Los años no han desfilado por él en balde. Ha sabido quemar todas sus horas, todos sus instantes, en aras de una vocación artística, sin estruendos de pirotecnia. Sosa es Maestro de Música de varias generaciones de orotavenses y Maestro a la vez de un estilo, de una ma­nera de ser que se traduce en su proyección virtuosa. Vive en nosotros con la emocional evocación de sus re­cuerdos y en diaria entrega a su sacerdocio artístico sin Que la voz de la Fama haya podido llevarle a lejanas tierras en donde el triunfo pondría a su paso el esplen­dor de sus galardones. Este cariño a su Patria Chica, a su Villa de La Orotava, que le retiene con irrompibles vín­culos filiales, es un motivo más de entrañable amor de este pueblo que fue su cuna.
Podríamos extendernos en más detalles, pero nuestra intención, ya apuntada en principio, no es ni siquiera un esbozo biográfico, sino simplemente la ofrenda de unas simbólicas siemprevivas, florecidas a los puntos de la pluma con la misma espontaneidad que podrían surgir en el mismo instante en que se celebran los actos que motivan la dedicación de estas palabras. Solo deseamos, no sabemos si lo habremos conseguido, que se presien­ta entre ellas el latido emocional del afecto y de la admiración que profesamos a nuestro dilectisimo Maestro Sosa, ejemplo de humildad; Maestro de Música y Ma­estro de un estilo que lo hace hombre de genuina estirpe de hidalgos; corazón que atesora sentimientos nobles y alma que es arca de virtudes; corazón y alma que bro­tan el bálsamo bienhechor de la verdadera amistad.
TEXTO DE LA TARJETA DE INVITACIÓN: «Homenaje al Maestro y Excelente pianista don An­tonio Sosa Hernández».-Orotava, 16-XII-1956.
«Patrocinado por el Excmo. Ayuntamiento de esta Villa y organizado por la «Agrupación Musical Orotava», con la cooperación de las entidades artísticas musicales: Agrupación Musical «Eslava» y Capilla «Santa Cecilia». Y con la colaboración de las Sociedades: «Liceo de Tao­ro», «Casino Orotava», «Juventud Masculina de Acción Católica», «Semanario Canarias», alumnos y ex-alumnos.
El ofrecimiento lo hará el Presidente de la Agrupación, Don Eulogio Borges Coello.
La. Presentación de honor: El Señor Alcalde, D. José Estévez Méndez.
Y cerrará el Acto el culto escritor y ex-componente de la Capilla «Santa Cecilia» -que dirige el Sr. Sosa­ D. Luís Diego Cuscoy.
La «Agrupación Musical de Orotava» dará, en honor al homenajeado, un concierto extraordinario que tendrá lugar en la plaza de la Constitución, a las doce horas de este mismo día, con sujeción al siguiente Programa:
Primera Parte.- «Certamen Musical». Marcha de Concierto, R. Dorado; «El Trust de los Tenorios» Selec­ción, J.. Serrano; «En un Mercado Persa», Intermedio, A. W. Ketelbey.
Segunda Parte.- «La Boda de Luís Alonso» Inter­medio, Gimenez; «Los Cantos Canarios» Sinfonía, T. Pówer; «La Gracia de Dios» Pasodoble, R. Roig.
MENU.- Entremeses variados. Consomé. Pescado Académico. Carne Homenaje. Postre: Copa «La Acade­mia». Licores: Vino, Café, Coñác, Tabacos.
NOTA: Este acto tendrá lugar en el amplio salón de fiestas del Bar Restaurante «La Academia» de esta Villa de la Orotava, a las 13'30 horas»….//…...

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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