El amigo del Puerto de la Cruz; AGUSTÍN ARMAS HERNÁNDEZ remitió entonces (17/12/2016)
estas notas que tituló “BREVE HISTORIA DE DOS PUERTOS DE MAR DE LA ISLA:
GARACHICO Y PUERTO DE LA CRUZ”: “… Se oye por doquier, alterando la verdad histórica, sobre todo a gente
sencilla y, también, a estudiosos personajes, asegurar que Garachico fue a raíz
de la conquista capital de la isla de Tenerife. Otros van más lejos y agregan
que su puerto fue el principal de este peñasco Atlántico.
Lo antes dicho,
relacionado con Garachico, lo he escuchado al igual decir a varios locutores de
la pequeña pantalla sin sonrojarse. Y, además, a tertulianos debatiendo sobre
la historia pretérita de estas volcánicas islas. Asegurando ellos, como los
anteriores, lo mismo en pleno sincronismo y sin inmutarse. Mucho hablar y poco
estudiar. ¡Dan por cierto algo que no es verdad! Estas afirmaciones denotan
poca seriedad y parece que no tienen suficientes conocimientos sobre la
historia de nuestras islas y sus pueblos. Pero, ahí no queda todo, veamos
extractado lo que he leído en un programa de las fiestas de uno de los tres
pueblos más importantes del Valle de La Orotava: "El paisaje del norte se
enriquece con el verde de las viñas de donde nacen nuestros vinos actuales pero
que también en la historia supieron llevar el nombre de las islas por todas las
cortes del mundo. Las malvasías a las que cantó Shakespeare en más de una
ocasión eran vinos del norte isleño que se exportaban por el puerto principal
de la isla que no era otro que el de Garachico...".
Según algunos
historiadores, y lo que yo he leído y he oído a cultos personajes, esa bonita
Villa y Puerto, ni antes de aquellos fatídicos días del volcán de 1706, que la
invadiera en parte, ni en los años que han transcurrido desde entonces, fue
Garachico capital de la isla de Tenerife. Ni más importante que el llamado al
principio Puerto de la Aurotava, más tarde Puerto de la Orotava y en la actualidad
Puerto de la Cruz. Lo que si ocurrió con esa catástrofe es que el Puerto de la
Cruz mucho ganó cuantitativa y cualitativamente: sus habitantes aumentaron y el
movimiento portuario también.
Es cierto que
Garachico tenía, antes de la erupción volcánica, la bahía más
bonita de las siete Islas Canarias así como un movimiento portuario muy
importante. Pero de eso a que se tergiverse la historia, de esa admirada y
querida villa y puerto, no me parece bien ni conviene a nadie. A cada pueblo, villa
o ciudad lo suyo. Informarse bien y actuar con el debido respeto a los pueblos
y su historia es lo correcto y aceptado.
Por la bocana del
puerto de Garachico salían hacia Europa y América los productos agrícolas de la
llamada isla baja. Ósea, los que se cosechaban desde la zona de Icod hasta
Buenavista de Norte y su entorno. No olvidemos que entre Garachico, su puerto y
el Puerto de la Cruz, existía conexión naviera para transportar los productos
de la tierra, y de cualquier otra índole, de un puerto a otro según
conveniencia.
Los frutos y el vino,
con frecuencia, los llevaban por el mar debido a que los caminos eran arenosos
o empedrados, y los medios de transportes lentos e insuficientes. Pequeñas
embarcaciones los desplazaban del puerto de Garachico al del Puerto de la Cruz,
donde los grandes barcos, primero a vela luego a vapor, anclados a las afueras
de la caleta esperaban la ansiada carga para conducirla a los mercados europeos
y americanos. Este movimiento de mercancías se hacía también a la inversa, es
decir, de Puerto de la Cruz a Garachico; sobre todo cuando eran artículos de
alimentación o materiales para la construcción. Los primeros productos canarios
exportados al viejo continente fueron la caña de azúcar y sus derivados y la
cochinilla (insecto hemíptero del que se extrae una materia colorante roja muy
apreciada en aquellos tiempos para darle color a los tejidos). Le siguieron el
vino de malvasías, plátanos, tomates, papas, cebollas etc. El primer demandante
de estos productos agrícolas canarios fue Inglaterra y, en menor cantidad, los
restantes países del viejo continente. Después comenzó, también, el
intercambio, comercial, con toda América, del Norte y del Sur.
En carretas tiradas
por bueyes y burros, primero, y en camiones, después, eran transportadas las
cosechas del norte tinerfeño especialmente, las del verde y ubérrimo Valle de
La Orotava; previo embalaje en los empaquetados, hacia el que si fuera pueblo
principal de la isla y tuviera el movimiento portuario más importante de las
Canarias: el Puerto de la Cruz.
Veamos a continuación
lo que nos dejó escrito, de cuando estaba en cierne la hoy ciudad turística, un
eminente y erudito historiador; me estoy refiriendo a Don Enrique Romeu
Palazuelos, titulado: Entre el Valle y el mar: "El Puerto de La Orotava
nació dependiente de la Villa. Desde 1506 existía en la costa un fondeadero,
después se construyeron el Puerto Viejo y Puerto Nuevo. La zona era fértil, con
buen clima..." Tales fueron los principios del Puerto de La Orotava,
población hermosa que desde luego fue creciendo con presencia de varios
extranjeros que atraídos por el comercio de vinos, acudían a disfrutar de un
cielo amigo y una temperatura agradable. La población mantenía su constante
progreso económico”.
En el mismo escrito
aparece una estadística de 1681 que señala que Santa Cruz de Tenerife movía un
ocho coma diez por ciento de productos comerciales, Garachico, todavía sin la
ruina de la erupción, lo hacía con un once con sesenta, mientras que el Puerto
acaparaba el ochenta con veinte por ciento restante. Añade el texto de Romeau,
para ilustrar lo dicho, que un día del año en 1730 habían fondeados ante la
población treinta navíos. A mediados del siglo XVIII el Puerto alcanzaba
nombradía internacional.
El libro
"Tenerife. Patrimonio Histórico Cultural" del, al igual, famosísimo
historiador orotavense Don Manuel Hernández González, refleja el movimiento
poblacional del Puerto de la Cruz en el siglo XVII. "El Puerto de la Cruz
creció en opulencia y riqueza a medida que avanzaba el siglo XVII. Contra la
creencia general su pujanza no se debió a la ruina de Garachico por la erupción
de 1706. Su población pasó de los 180 habitantes de 1604 a los de 720 de 1646 a
los 2085 de 1675 y a los 2826 de 1707. Ritmo similar fue el de su puerto en
1601 representaba el 2'1% del movimiento comercial insular, en 1629 era del
21,2. En 1681 paso a ser del 80,2 para asumir en 1690 el 84,6. Un auge en
consonancia con el malvasía y con su carácter de centro del contrabando de las
manufacturas extranjeras para su introducción en Indias, por lo que se
convertirá en el más rico de la isla con las más importantes casas de comercio.
Por eso en 1676 Núñez de la Peña lo describe como "de mucha
correspondencia con el Reino de Inglaterra cuando hay paces". En la vendimia
de 1674, había 150 barcos británicos anclados en su puerto".
Aunque el Puerto de La
Orotava no fuera en aquel entonces (siglo XVI Y XVII) ni nunca, como tampoco
Garachico, capital de la isla; sí que lo merecía por tener el mayor número de
habitantes y movimiento portuario. Además de una gran extensión de viñedos de
gran calidad, productores del vino de malvasía que tanta fama y riqueza le
dieran a esta isla. La plantación de viñas cubría la zona portuense que abarca
desde el Botánico hasta las Dehesas; lugar fronterizo y conflictivo que fuera
con la Orotava hasta alcanzar su independencia. Sobre la relevancia del vino
queda constancia, además de en otros muchos documentos, en su antiguo escudo
que con estupendos racimos de grandes uvas lo complementa y decora. Así mismo,
nos lo dejo escrito, en un pequeño pero bonito poema, el que fuera y es el
famoso fabulista portuense Don Tomas de Iriarte y Nieves Ravelo. Esta obra se
la dedicó a la ciudadanía y a sus amigos que se interesaron por su delicado
estado de salud. Un mes después de escribirla moriría en Madrid el 17 de
septiembre de 1791.Comprobemos todo lo dicho leyendo al citado autor en la
poesía que puso por título "Canto a mi pueblo":
Junto al mar siempre
agitado Y en el valle de Taoro Se alza un pueblo, que de oro La vid hízole
agraciado El, recuerdo, fue mi encanto Al ver mis ojos la luz... Y a él le
ofrezco mi canto Por ser Puerto de la Cruz Solar a quien quiero tanto.
Aclaración: El motivo
de este escrito no es el querer enfrentar, nada más lejos de mi intención, a
éstos dos queridos y admirados pueblos de nuestro terruño; discutiendo si uno
fue más o menos importante que el otro. Más bien lo he hecho para estimular y
recordar a las autoridades que gobiernan la isla que no se olviden de los que
fueron y tuvieron, después de la conquista, caserío importante y movimiento
portuario principal. ¿No va siendo hora de que se empiece a construir sus tan
ansiados y esperados puertos deportivos y pesqueros?
Indicación: este
artículo fue publicado hace ya algunos años, cuando todavía no había sido
construido el puerto deportivo y pesquero de Garachico. Ahora, como todos ya
saben, esta villa disfruta de su tan ansiado puerto. Pero, saben bien las
autoridades canarias que el Puerto de la Cruz y su gente no se van a conformar
con un muelle de “pitufo”; siendo mejor no hacer nada. ¡Queremos un puerto como
se merece la Ciudad Turística de Canarias!, que tiene hoy un puerto pequeño y
obsoleto, aunque fuera, en otros tiempos, siglos XVI, XVII y XVIII, el
principal de las Islas Canarias en carga y descarga de mercancías. En estos
mismos barcos que se acercaban a la costa portuense, a cargar los productos
agrícolas, venían también científicos europeos a estudiar la flora y fauna de
estos peñascos nuestros, además de a contemplar la majestuosidad del Teide.
Ellos fueron, de alguna manera, los primeros turistas que llegaban a
Tenerife, y más concretamente al Valle de la Orotava, atraídos por su belleza y
benigno clima. ..”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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