Los Escurriales, es su nombre en la
historia de las Cañadas del Teide. A partir del final de los sesenta del siglo
XX, con la participación del hombre en la Luna, a través de los satélites norteamericanos,
se le empezó a llamar “PAISAJE LUNAR”, por su parecido con los paisajes que se
observaron en ese supuesto entonces territorio.
Los Escurriales único en el mundo,
belleza de incuestionable valor, una gozada visitarlos. Para ello mejor partir de Vilaflor, el pueblo situado a
mayor altitud de España para pasar por unas formaciones erosivas donde nos
encontramos con "Paisaje lunar" y subir hasta el límite del parque
nacional de las Cañadas del Teide.
A
la salida de Vilaflor encontramos una pista a mano derecha por la que seguimos
unos cinco kilómetros hasta encontrar un cartel que indica el comienzo del
sendero hacia el "paisaje lunar". Comenzamos la ruta por encima
del pueblo de Vilaflor. La ruta discurre al principio por un bosquete de pino
canario, siguiendo un sendero en continua y suave subida hasta llegar al
"paisaje lunar", unas formas de erosión muy llamativas. A intervalos
regulares encontraremos señales que nos indican que seguimos el camino
adecuado. El sendero baja hasta el "paisaje lunar" y lo cruza al otro
lado por un camino mucho más empinado que sube hasta alcanzar una ladera de
picón (escorias volcánicas) desprovista de vegetación. En esta zona el sendero
está marcado con piedras a sus lados. Siguiendo el camino aparece una
bifurcación a mano izquierda que conduce a un mirador desde el que observamos
una buena vista de Vilaflor y el sur de la isla. Seguimos sendero arriba y
dejamos la ladera de picón por una zona donde predomina la vegetación de
matorral bajo y almohadillado adaptada a la alta montaña. Por este sendero se
llega a la cadena de montañas semicircular que cierra el parque de las Cañadas
del Teide por el sureste.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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