martes, 26 de septiembre de 2017

LAS HEXAGONALES LOSETAS DE FRANCHI ALFARO



En el año 1960, la cancha de baloncesto ubicada en la Terraza del desaparecido cine Atlante de la Villa de La Orotava, ponía fin a su actividad en el deporte de la canasta, la cerraban definitivamente para tal uso.
Aun siendo un servidor un niño de nueve años, no recuerdo a quien se le ocurrió la idea de volver a colocar la pista del Baloncesto Orotavense en el centro de la Plaza de Franchi Alfaro, pero esta vez fue bastante exagerado, pues terminaron con un bello jardín centenario y natural que embellecía de autentica vida floral compuesta; strelitzia, amapolas, geranios, claveles, rosas, flor de mundo, azucenas, margarita y demás, añadidos a los numeroso arboladas; palmeras canarias, pinos canarios, higueras, plátanos de Líbano, laurees de india,  que adornaban dicho recinto.
Para ello, destruyeron de muy mal talante todos los jardines de la plaza, colocaron en ella por esos años la feria de Las Fiestas Mayores de La Orotava, y para ubicar la cancha en el centro tuvieron que arrancar de sus raíces un centenario Laurel de India situado en el lado sur de la misma plaza, ya que el homologo lo había tirado el viento que azotó el Valle de La Orotava en el mes de Febrero del año 1957.
Los primero que se colocó fue la cancha de Baloncesto de pista de cemento, con dobles poster de tuberías para colgar los tableros. Se volvió a reconstruir el CB. Águila de del Valle reforzado con los orotaveses Javier Arbelo y Chago Estévez que procedían del Canaria de La Laguna.
Jugó dos temporada en la pista de cemento en la primera categoría del baloncesto tinerfeño, en la que presenciábamos, siendo aún niños baloncesto de la elite regional tinerfeña integrado por los conjuntos; CB. Canaria de La Laguna, CB Juventud Laguna, CB, Hércules de Icod de Los Vinos, CB. Hernán Imperio, CB. Real Club Náutico de Tenerife, y CB. Disa de Santa Cruz y CB. Ucanca del Puerto de la Cruz.  Pero los alrededores de la plaza estaban desguarnecidos, solo se conservaban algunos árboles, lugar que aprovechábamos la entonces chiquillada para juagar al fútbol, recuerdos especial para los amigos infantiles; Ñete Polo, Aníbal y Alejandro Castro, Pico el Palmito y su hermano Efraín, Toño “El Mecánico” y su hermano José Luis, Diosdado, José Ángel y Chucho Dorta, los hermanos Fernando y Valentín Oliva, Ica Hernández Álvarez, Domingo Domínguez Luis, mi primo Quique Abréu, Carmelito y Miguel Ángel Santos, Francisco Trujillo, Jaime Yánez (fallecido)  y un sinfín de niñerías que me perdonen cualquier desatención, por si he dejado a varios en el tintero
En el año 1962, la plaza se cerró para restaurarla totalmente, fue cuando se colocaron las losetas hexagonales de tres colores; blancas, negras y encarnadas, y se volvió a colocar la pista de baloncesto en el centro de la misma, esta vez de piche, cuyos postres de colgar las canastas eran de una sola columna (volvió a la actividad en el mes de noviembre del año 1963), parque infantil en la zona sur (inaugurado en el mes de julio del año 1963), ambos siendo alcalde de la Villa de La Orotava don Juan Cúllen y Lugo.
La obra corrió a cargo de la  EMPRESA DE DON PEDRO GONZÁLEZ ARBELO, más conocido como Pedro "Barreto", nacido en la antigua calle Zacarías de La Orotava, el 23 de febrero de 1914, y murió en el barrio donde vivió y empezó su industria, Los Cuartos, el 27 de septiembre 2011.
Conocí a maestro Pedro “Barreto” en 1961 -tenía un servidor 10 años-, con ocasión de la primera pavimentación que se le hizo a la histórica plaza de Franchi Alfaro, con grandes losetas hexagonales blancas, negras y encarnadas. 
Deseo dejar claro que esta panorámica, forma parte de la metamorfosis de mi vida infantil desde los nueve años, mis pasos por la vida de adolecente (festivales de María Auxiliadora, de Los Coros y Danzas de la Sección Femenina en la fiestas Mayores, el postal viviente en navidad, la exposición de Plantas y Flores también en las Fiestas Mayores y sobre todo el autentico ambiente baloncestístico) y finalizar en mi etapa juvenil adulto.
Recuerdo el magnífico rincón como el patio o el jardín de mi casa, primero en la Calle El Calvario 34 y después en la 46, dos hogares que marcaron en mi vida el pernoctar la querida plaza de Franchi Alfaro que al mediado de la década de los sesenta, con su parada de guaguas rojas en los alrededores y la pista central de baloncesto, presagió un ambiente jamás vivido en ese recordado lugar. Y por último el trajinar de un hombre que dio todo por la plaza, mientras era de losetas hexagonales, la limpiaba, la mimaba hasta su jubilación, don Gumersindo Expósito.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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