martes, 19 de septiembre de 2017

EL MÉDICO RURAL, DE FELIPE TRIGO, (1865-1916). UN POLÉMICO.



Fotografía referente a Florencio Lorenzo Pérez Bautista.

Mi amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; FRANCISCO JAVIER PÉREZ BAUTISTA, “Quico”, remitió entonces (2016) unos artículos de su hermano el orotavense FLORENCIO LORENZO PÉREZ BAUTISTA, Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, Profesor Adjunto de Medicina en la Universidad de Salamanca, Toco – ginecólogo y Miembro de Número de la Sociedad Española de Médicos Escritores: “…Efectivamente, publicó un buen número de novelas que, en su tiempo, fueron tan leídos como discutidos, de un género semipornográfico. De un naturalismo realista, también se ocupó del caciquismo bruto de los pueblos y al fin al socialismo, denuncia la ignorancia y la situación mísera del campesino de Extremadura.
Nacido en Villanueva de Serena (Badajoz) ejerció como profesional en el Ejército, en Filipinas, con comportamiento heroico. Abandonó la milicia para dedicarse enteramente a la literatura, a la novela. Murió a los 51 años suicidándose.
El prologuista de ésta novela, el vasco José Bergamín  (1895-1983),  afirma que está escrita con carácter biográfico narrando sus primeros pasos en el ejercicio de la Medicina. Opina que, en este libro, “aun supera al mejor Baroja”. Aprovecha tal circunstancia para citar que el “naturalismo romántico había abierto a la novela española ( Galdós siempre aparte) con Alarcón, Pereda, Varela, Coloma, Pardo Bazán, Palacio Valdés”, además de Blasco Ibáñez, Baroja, ect.… llega a calificar el conjunto de la obras de Felipe Trigo, “ por la plasticidad visual de su lenguaje como el auditivo de Valle Inclán”, el genio novelador de este autor “ supera con mucho el de todos los demás novelistas españoles de su época, Exceptuando a Galdós).
Llegado a este punto, quisiera alegar que, a principios de los años 70 del pasado siglo, me ocupé de las obras completas de los novelista citados, más las de Don Benito Pérez Galdós, que se publicaron en “cuadernos de la historia de la Medicina” en la Facultad de Medicina de Salamanca. Se vendieron muchos ejemplares de dos tomos , a través de la Librería Cervantes, la más importante de Castilla y León, recientemente cerrada.
Me llama poderosamente la atención que Benjamín afirma que esta novela sea una autobiografía de Felipe Trigo. Me resisto a creerlo, pues Esteban que así se llama el personaje principal de la obra, un joven médico, casado con una niña de 16 años, ingenua, y muy enamorada de su marido y madre de un niño pequeño, tenía para su mujer un comportamiento delictivo, de sinvergüenza, de canalla de tomo y lomo; infiel, con amantes, una tras otra. Ignorante su esposa que confiaba enteramente en él, pese a que le engañaba miserablemente, atribuyéndolo a las horas ausentes de la vivienda, de día y de noche, a causa de su profesión.
Más adelante, cuando me ocupo del capítulo Sociología e Histórico-Médico, el principal libro, por lo que cuenta y por los que no dice, volveremos sobre el tema así como otros muchos mas escabrosos, duros e increíbles.
Por ello abreviaremos comentarios sobre las enfermedades y terapéuticas citándolos tan sólo. No obstante iniciaremos con lo que escribió Laín Entralgo, en sus libro “Historia de la Medicina y Contemporánea, en 1962. Al médico actual, habituado a concebir bacteriológicamente todo el gran capítulo de las enfermedades infecciosas, no le es fácil imaginar la fabulosa impresión que en los médicos del último cuarto siglo XIX produjo esta serie de hallazgos etiológicos …a partir de los trabajos de Pasteur y de Koch, en la década de 1880 y posteriores años.
Patología Médica: Anemia.Tisis.Paludismo. “ Fiebres malignas”, ( la fiebre como una enfermedad).Reumatismo. Cardiopatías seniles. Hidropesías. Ictus, Hemiplegías. Difteria. Tétanos. Ciáticas y pleuresías. Hepatologías. Diabetes. Urología. Hidrocefalia. Sífilis.
Oftalmología: glaucoma, reiterado.
O.R.L. gusanos en los oídos, por la nula higiene.
Dermatología: El carbunco entre los que manejan el ganado y ovino. Tiña, Sarna, piojos, pulgas, chinches. Gran miseria.
Patología quirúrgica: Traumatología: Fracturas graves; apendicitis, peritonitis y obstrucciones; luxaciones. El ántrax, muy frecuente por la diabetes.
Obstetricia y Ginecología: Sífilis, “Zaratanes” (cáncer de mama). Dismenorreas. Partos distócicos, mal atendidos. Muertes fetales y maternas.
Terapéutica: muy empleado para el dolor  el láudano de Sydenhan así como la morfina, yodo y todas sus variedades. Tafetanes sobre heridas.
Difteria infantil: cánulas laríngeas y sueros antidiftéricos. Gran mortalidad. Tétanos y suero antitetánico.
Para mí, la parte sociológica, tal como he adelantado, es la interesante. Se inventa dos pueblos de la provincia de Sevilla, Palomas y Castilla. El primero, pequeño y pobre, con gente que pasaba hambre. El médico Esteban llega a decir:” ¡pobre España, pobres aldeas españolas ¡” confiesa no saber nada práctico en Medicina. Mucha teoría al licenciarse. Antes un caso de una mujer enferma ¡confiesa su ignorancia: ¡no sé nada¡ se muere y no sé de que se muere¡”
Ya en Castellar, con una mayor población y con un casino, el galeno Esteban se pone a estudiar 7 horas diarias. Avanza, logra  cierto prestigio, es acosado por varias mujeres de clase alta que andan “a la caza y captura” de médicos brillantes. Abunda la gente borracha, blasfema. Las peleas a puñetazos, corrientes. Reiteran de los caciques, los que tienen queridas e hijos bastardos, siendo casados.
Lo que es peor, lo más asombroso de hallar en una novela del siglo XIX, en un pueblo- como seria en las capitales, los casos de dicotomía, esto es, el reparto ilícito de honorarios entre el médico que atiende a un paciente y el que lo ha mandado a éste.
Y Lo que es peor aún, tratar de extirpar una mama a una rica mujer por un cáncer que solamente estaba en la mente del miserable médico, con finalidad, obvia, de cobrar ilícitamente- un gran robo- mucho dinero.
Menos mal que Esteban había adquirido conocimientos (fue llamado como ayudante de prestigio) y al explorar la mama y la axila, comprobó el falso diagnostico y la tremenda villanía, como para ir a l cárcel y retirarle el permiso de practicar la Medicina .Pero, con el fin de no hundir al mal medico, que le pidió suplicándole, que no le descubriera, cloroformizaba a la sana mujer y le hicieron una pequeña incisión…” ¡ah, y sin testigos¡”. Así que entre la práctica, al parecer inusual, de la dicotomía y la de querer extirpar un pecho con todo lo que acarrea a toda mujer, física y psíquicamente, es muy triste pensar que existieron tales colegas, indignos de serlos. (Que recuerdos para sus descendientes).
Bibliografía:
El Médico Rural, Ediciones Turner. Madrid. 1974.
Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea. P. Laín Entralgo. Editorial Científico-Médica 1963 (2º edición)…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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