Fotografía que
remitió entonces (Abril del 2017) su hijo; Antonio Hernández “Toño” (Zapatero).
Donde vemos a Saturnino Hernández Díaz (Nino) en vida en su taller de zapatería
del famoso y popular Barrio “Los Cuartos” de La Villa de La Orotava.
SATURNINO
HERNÁNDEZ DÍAZ (NINO), era un zapatero de los clásicos que existieron en el
tiempo en la Villa de La Orotava.
Nació en el
lugar conocido por El Barranco de San Antonio (carretera comarcal de Higa).
Empezó a
trabajar en la Harinera Tenerife, que regentaba en la Villa don Sixto Perera
Lima. Comercio de distribución de harina, ubicado en uno de los salones de la
Mansión conocida por “LOS SÁNCHEZ” (LA CASA GRANDE), en cuya industria
trabajaba de encargado el que fue primer guardameta profesional en el fútbol de
La Villa de La Orotava; Antonio Sánchez Rodríguez (Price CF, Real Celta de Vigo
y Sabadell CF).
Su trabajo era
el reparto de la harina por todas las panaderías de la época, cargándose sacos
de 100 kilos.
Hasta que se
independizó por su cuenta en un local bajo de un inmueble (medio a construir)
que entonces era una autentica ciudadela ocupa de varias familias, repartidas
entre habitaciones, precisamente en el Barrio de Los Cuartos.
Aprendió el
oficio de zapatero con varios maestros de la Villa, entre ellos mi abuelo
materno; Bruno Abréu Rodríguez, al que le compró una máquina de coser por 10.000
pesetas, que pagó en diez mensualidades de 1.000 pesetas cada una.
Maquina
fabricada en Hamburgo “Alemania” en el siglo XIX (después de la revolución
industrial), única conjuntamente con la que le vendió al también zapatero de la
Villa; PEDRO CHAVES TRUJILLO (SAN FRANCISCO), que existen en toda Europa. Y que
conservan sus hijos; Toño Hernández en su domicilio de Los Frontones, y Juan
Pedro y Tomás Chávez en su taller de San Francisco.
Nino fue a lo
largo de la vida un zapatero de los llamados polivalentes, desde hacer un
calzado hasta hacer remedios con los existentes.
Trabajaba todo
lo relacionado con la profesión del cuero, piel y neumáticos, entre zapatos,
botas y bolsos, era un autentico maestro que desafiaba a diario el trajinar del
histórico calzado.
Me cuentan que
era el encargado de confeccionar los zapatos al conocido e inolvidable
matrimonio; don Mariano Brier y doña Chana Bravo de Laguna, propietarios
entonces de la mansión conocida por “Villa Remedio”, que los orotavenses
denominan “Casa de doña Chana”, actualmente propiedad del ayuntamiento villero.
Su hijo Toño, conserva aún sus hormas de madera con sus iniciales.
Recuerdo de
llevarle a su taller unos viejos zapatos para que me hiciera unas botas para
jugar al fútbol, e incluso balones para que me los cociera, a cambio
curiosamente no me recaudaba nada. Por lo que siempre me he preguntado por tal
favor. Fuese, quizá por ser el nieto de uno de sus maestro, nunca lo supe, pero
le estoy y le sigo estando agradecido por su amistad, apreció y bondad.
La zapatería
de Nino era la antesala del Estadio Municipal “Los Cuartos”, muchas botas
futboleras pasaban por su industria, incluso balones de cuero.
Arregló botas
de urgencia siempre en minutos antes de comienzos de encuentros de fútbol,
hasta los equipos visitantes requerían sus servicios por si algunas reprochas
estuvieran bajos los pies de los futbolistas.
En el
baloncesto inventó pegarle o añadirle a las botas de tenis unas plantas
exteriores de neumático, claro así duraban mucho más dichos calzados del
deporte de la canasta.
Nino un
zapatero en la memoria de los orotavenses, cuartelero por vida, al que le estoy
totalmente agradecido, ya es un remembranza en la vida, seguro que esté donde
esté, sigue con su oficio, con su zapatería.
En la vida fue
siempre feliz con todos sus amigos, y en la eternidad seguro que lo sigue
siendo.
Un abrazo
Nino.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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