miércoles, 20 de septiembre de 2017

SESENTA AÑOS DE HISTORIAS



El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (2014) estas notas que tituló; “SESENTA AÑOS DE HISTORIAS”: “…La experiencia sensorial visual de espectador -es su propia definición- hace que la escritura de Evaristo Fuentes desvele su personalidad, aquella que le ha permitido ser un pertinaz y nada indiferente observador de cuanto acaecía a su alrededor. No le hizo falta, además, estar en primera fila: callado, sin alharacas, crítico -hasta consigo mismo- e intérprete de la realidad a la que se acercó o siguió desde más cómodas distancias, desde los ángulos de sus textos se adivina un dionisíaco afán por plasmar ideas y sensaciones que va entrelazando con soltura hasta convertirlo en un ejercicio de divertimento.
El autor de esta ‘cronología comentada de noticias’ le puede a casi todo, a algunas materias con más gusto que a otras. Pero tanto con la política como con la cultura, con los deportes como con los sucesos, se desenvuelve con cierta osadía, hurgando en los rincones más insospechados hasta dar con la tecla que enciende el fundamento original de sus apreciaciones.
Los capítulos de estas páginas son, pues, la narración de quien procura huir de las elucubraciones. En una confrontación deportiva, en una exposición pictórica, en una conferencia, en una presentación de proyecto técnico, ante una pantalla cinematográfica o ante un escenario donde exaltaban la música o las artes escénicas, allí donde Evaristo Fuentes ha querido estar y no conformarse con la condición de mero asistente, sus comentarios posteriores -algunos de ellos, rompedores- eran esperados para comprobar que el escritor checo Milan Kundera tenía toda la razón cuando decía que “la vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”.
Fuentes agrupa y sistematiza escritos que cruzan seis décadas de anotaciones personales en sus diarios y de publicaciones en periódicos. Independientemente de que haya llegado el momento de hacerlo, sus impresiones reflejan el paso existencial: ha visto crecer y destrozar los pueblos de su comarca, ha compartido -sin conformarse- las inquietudes y las circunstancias ‘sociohistóricas’ de cada momento o de cada época y ha reflejado, procurando en todo momento la coherencia que le distingue, su modus vivendi.
La lectura de estas páginas refrescará avatares y permitirá traslucir pensamientos que el autor no quiso que durmieran el sueño de los justos. Evaristo Fuentes ha sido un Espectador dinámico y sensitivo, alguien que ha contemplado y seguido los hechos o los acontecimientos sin indiferencia. Las que siguen son sus impresiones,  escritas -la inmensa mayoría- sin querer dejar correr la pluma, porque la contemplación activa debe inspirar siempre una reflexión.
Seguro que cuando ha seleccionado y repasado los textos, el autor ha vivido su memoria. Será él quien confiese si se ha asombrado con ello o no, como sugería el novelista estadounidense Jack Kerouac. Los lectores, desde luego, descubrirán aristas, efectos, convicciones y análisis de quien, sin necesidad de estar en ubicación privilegiada, aún tuvo opción de no anclarse en una visualización efímera. Es, en cualquier caso, una memoria fértil…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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