El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por
la Universidad de La Laguna, remitió entonces (16/10/2016) estas notas que tituló; “ROBERT STEPHENSON Y
TENERIFE”.
Publicadas
en LA OPINIÓN DE TENERIFE el día 15
de octubre de 2016: “….A lo largo de su trayectoria y por
diversas circunstancias, Tenerife ha sido el escenario de la presencia de toda
una serie de personalidades ilustres en diversos ámbitos. Una larga nómina en
la que podríamos situar el nombre de Robert Stephenson, cuya labor fue esencial
durante el periodo de la Revolución Industrial. Un momento fundamental de
nuestra historia que se inició en Inglaterra durante el siglo XVIII. La
aparición de máquinas junto a otros instrumentos de diversa utilidad fueron
claves para esa transformación, además de la aplicación de la máquina de vapor
en los transportes, hecho que acabaría derivando en la construcción de
ferrocarriles como elemento más emblemático. A esos factores se unieron toda
una serie de cambios en la agricultura y el crecimiento demográfico como uno de
los fenómenos más representativos asociados a las mejoras en las condiciones de
vida.
¿Por qué llegó Robert Stephenson a Tenerife
en el siglo XIX? ¿Cuál era la finalidad de su viaje? Fue hijo
del célebre ingeniero británico George Stephenson (1781-1848), constructor de
la locomotora a vapor y artífice de un hecho que consolidaría su fama a través
de la primera línea de ferrocarril entre Liverpool y Manchester. George
Stephenson contrajo matrimonio con Frances Henderson y tuvo dos hijos: Robert y
Frances que falleció prematuramente. El joven Robert siguió los pasos de su
padre, recibiendo una esmerada educación. Inició sus primeros trabajos colaborando
en diversos proyectos para la creación de locomotoras. Un desarrollo que poco a
poco fue derivando en la consolidación de nuevas y mejores maquinarias. Tras
obtener el puesto de ingeniero jefe, lograría desarrollar una labor crucial en
tal aporte. Construyó el ferrocarril de Alejandría a El Cairo entre 1851-1853
desarrollando, asimismo, un importante papel en la materialización de diversos
puentes.
Además de dirigir la empresa familiar, se
dedicó al trazado ferroviario en diversos países europeos así como a la consolidación
del trazado de puentes y otras infraestructuras de gran utilidad. Fue un gran
viajero y dentro de esa inquietud por los viajes probablemente llegó hasta
nuestro archipiélago.
El cronista José Agustín Álvarez Rixo
(1796-1883), en su gran obra Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava,
1701-1872, nos muestra que Robert
Stephenson estuvo en El Puerto de la Cruz durante los últimos días del mes de
noviembre de 1855, pocos años de su muerte ocurrida en 1859 a la temprana edad
de 55 años. En su visita al lugar, pasaría a observar los trabajos que se
estaban desarrollando en relación a la canalización de las aguas, mostrando su
interés y opinión por los proyectos en ejecución. Los empresarios locales,
según anota Álvarez Rixo, consideraron oportuna las recomendaciones y acataron
el dictamen de una persona de tanta categoría en la materia.
En definitiva, la presencia de Stephenson
en nuestro archipiélago se une a la larga lista de personalidades que tuvieron
en nuestra isla un espacio objeto de su atención y cuyos testimonios
representan aportes esenciales dentro de nuestra larga trayectoria histórica…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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