Es unos de los callejones más antiguos, ubicados en la parte norte del
casco histórico de la villa de la Orotava.
Situado en el lado sur del templo parroquial de Santo Domingo de Guzmán,
del ex convento dominico de San Benito, obra del siglo XVI, patrocinado por la
familia Mesa, empezó a construirse en el año 1620, por etapas, erigiéndolo
mediante el agrupamiento de capillas con cargo a los comitentes
particulares. Pone la linde espiritual entre una clase social de
terratenientes y hacendados y los capataces y jornaleros de sus fincas. La
escritura de obligación del convento se realizó el 30 de julio de 1592 por
Roque Xuárez, y el obispo don Fernando Suárez de Figueroa dio la licencia
el 23 de octubre de 1593, celebrándose la primera misa el 18 de noviembre de
ese año.
Los religiosos levantaron un gran templo, obra de don Antonio Orbarán, en
su fachada se conservan los símbolos dominicos alusivos a la fe cristiana: la
antorcha y el perro junto al globo terráqueo.
Establecieron cátedras de gramática, filosofía y teología, esta ultima
dotada por el licenciado de origen italiano Carmenati, memorable protector del
convento.
Venerable cofradía de nuestro padre Jesús Nazareno de la villa de la Orotava.
La primitiva Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno con sede canónica en la
Parroquia de Santo Domingo de La Villa de la Orotava; fue establecida por los
Padres Dominicos en 1687 época en la que fue construida su capilla en el templo
conventual.
Durante esta época la cofradía vive intensamente la devoción a Nuestro
Padre Jesús Nazareno, uniéndose a ello el apogeo nobiliario y la tolerancia de
las expresiones populares que caracterizaron a la Contrarreforma, gozando para
ello de las indulgencias concedidas por el Papa Clemente XIII.
La Desamortización de los bienes de la Iglesia del año 1821, supone un
momento difícil en la vida del Convento Dominico Orotavense, llegando con ella
a su disolución; la Cofradía se extingue pero no sus cultos que se siguen celebrando
en la Semana Santa Villera por patrocinio particular. Un fiel ejemplo de estos
cultos lo tenemos en la función que se le realizaba a la Virgen de los Dolores,
el viernes anterior a la Semana Santa, siendo costeada por Mateo Gutiérrez
Padrón, vecino de la ciudad de la Habana (Cuba).
La actual Cofradía fue redundada un 20 de Abril del año 1871 y erigida
canónicamente en la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria el 14 de Marzo del año
siguiente por el lltmo. Sr. Don José María de Urquionaona y Vidot, Obispo de
Canarias y Administrador Apostólico de Tenerife. Desde esta fecha hasta la
actualidad la Cofradía ha desempeñado una notable labor apostólica cimentada en
el culto y la espiritualidad, la formación de sus miembros y la caridad como
premisas fundamentales adquiriendo a través de los años gracias al esfuerzo de
sus cofrades un notable e interesante patrimonio.
Se trata de una calle – callejón que comienza en la Calle El Agua (actual
Tomás Zerolo), y nos traslada hacía el viejo territorio del dominico “Carmenati”,
en donde finaliza el mismo.
En la esquina con la calle El Agua existió una mansión, residencia de la
familia Betancourt y Castro (cofundadores del convento dominico) incendiada al
principio del siglo XIX, convertida posteriormente en unas huertas, con unos
garajes para automóviles, datados del principio del siglo XX.
Continúan las bodegas del incendiado inmueble, donde montó el constructor
villero don Manuel Martin Méndez su empresa de carpintería – construcción,
hasta el final de los cincuenta del siglo XX, que se trasladó al paseo de
Domínguez Alfonso.
El callejón lo completan varias viviendas de estilo canario, con techumbre
de cuatro aguas. Finalizando en la finca mencionada.
A partir de ahí aparece una canal tapiada que conducía las aguas desde la
ermita de Franchi hasta la Charca de los Ascanio, pasando por las traseras de
las casas y mansiones de la calle Verde (Nicandro González Borges).
Aguas que procedian de la acequia final de las que bajaban desde Aguamansa
y movían las maquinas artesanales de los Molinos orotavenses.
En la esquina del templo con su plaza, existía un chorro de hierro forjado
de los importados desde Inglaterra en los años veinte del siglo XX, para el
abastecimiento de agua potable.
Lo más llamativo de la calle es la entrada al tempo por la histórica puerta
que nos conduce a las sacristías del mismo.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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