sábado, 23 de septiembre de 2017

REFLEXIÓN EN EL TIEMPO DE LA OROTAVENSE CALLE EL CALVARIO



Mi amigo de los juegos infantiles en la histórica calla el calvario de la villa de la Orotava; CARMELO SANTOS VILLAR, remitió entonces (2014) esta fotografía realizada en el tiempo, que no sé cómo escribir y expresar, puesto que ambos nacimos en la punta derecha de este espectáculo en los años 1950 y 1951, jamás pensé que cincuenta años atrás (1900), este lugar fuese tan realista y sublimen como lo vemos en esta extraordinaria panorámica ya para la historia.
Reflexión en el tiempo de la orotavense calle El Calvario, es el titular, que se me cruza en mis pensamientos, puesto que mi memoria no me la refleja. Vía empedrada, con canalización fluvial por ambos empalizados. Arboles histórico de los denominados Plátanos de Líbano dentro de la plaza de Franchi Alfaro, con entrada de forma de un terraplén por esta vía. Hotel Teide de don Luis Fumagallo, un mercader italiano que se asentó en la Villa al final del siglo XIX en la calle de La Iglesia (actual Inocencio García Feo), y que luego adquirió esta histórica hacienda (izquierda de la foto) en la calle El Calvario esquina con la de García Beltrán (aún se conserva la trasera por la calle García Beltrán), para montar un gran Hotel tipo de la época que le dominó “Teide”, y que posterior se llamó “El Suizo”.
El vestuario de la chiquillada y de las damas con sus clásicos sobreros y sobre todo ver el carricoche con varios caballos, referente al transporte de mercancías y viajeros a la capital tinerfeña y a los pueblos colindantes, cuando aún no había hecho presencia en la villa de los modernos automóviles.
Por la derecha todo un cuenta de hada; Mansión de los “Arencibia”, las tres que se conservan (herederos de Nicolás Toste, Saro Calamita y Fariña Hernández, esta ultima que la construyó do Casiano García Feo para su matrimonio), pero lo curioso que al final de la panorámica, a la izquierda en el Llano de San Sebastián, a pena están las construcciones tipo coloniales  que no hace muchos años fueron derribada y que eran una ciudadela, en la que vivían varias familias, así como las mansiones construidas por el arquitecto don Mariano Estanga; Herederos de Ignacio Pérez (Infinito) y Domingo González (actual propietario Chano Hernández Gutiérrez ). Y a partir de ahí vemos un muro y pequeñas construcciones que en el tiempo fueron derribadas.
Reflexión de un lugar, donde nací, me crié y crecí hasta hoy, reflexión de un lugar que siempre he llevado en mi estilográfica, y que nunca pensé encontrarme con este romanticismo, donde la piedra hace arte e ilustración.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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