miércoles, 13 de septiembre de 2017

LOS BARCOS VAPORES FONDEANDO EN LA MAR DEL PUERTO DE LA CRUZ



En su origen fue un poblado de pescadores que fue creciendo a medida que se incrementaba el comercio local. El comercio del azúcar dio paso al del vino, estableciéndose su auge de exportación en la segunda mitad del siglo XVI, dando paso a un proceso de desarrollo social y económico. Puerto de la Cruz se convirtió en el puerto más importante de la isla cuando una erupción volcánica destruyó el de Garachico en 1706. Durante los últimos años del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el comercio de Canarias tanto de exportación como de importación -a excepción del comercio que venía de las Indias Occidentales españolas y de Sudamérica-, puede decirse que estaba concentrado en el Puerto de La Orotava. Si bien es verdad que  Santa Cruz de Tenerife era la población principal en aquel tiempo, ya que conservaba el gobierno militar y financiero de Canarias, toda casa mercantil estaba relacionada con La Orotava. Éste proveía a las Islas de artículos de manufactura extranjera. Se puede decir que entre 1812 y 1815 el Puerto de La Orotava alcanzó una gran actividad comercial, embarcando importantes cantidades anuales hacia Gran Bretaña y otros lugares.
El Valle de La Orotava atrajo a numerosos científicos y artistas ilustrados europeos durante el siglo XIX, fecha en la que se establece que se produjo el denominado descubrimiento científico de Canarias. Notables visitantes como  Sanino Berthelot, Olivia Stone, Philip Barker, Webb Christen Smith, Leopold von Buch, o Elizaberth Murray entre otros, fueron los primeros que tomaron rumbo a Canarias con interés científico. A partir de aquí, las bondades naturales y climáticas del Valle de La Orotava fueron realmente conocidas en Europa. Además, se ensalzaron las cualidades de muchos de los productos agrícolas de la zona norte de Tenerife, como es el caso del vino, ya nombrado por Wiliam Shakespeare en el siglo XVI a través de sus personajes y descripciones literarias.
El actual muelle pesquero, es el origen y raíz de lo que ahora conocemos como Puerto de la Cruz, al principio el “Limpio de las Carabelas”, como se le conocía, era en realidad, el puerto de la Orotava y a medida que fue creciendo en importancia, sobre todo después de que el puerto de Garachico, fuese destruido por la erupción volcánica de 1706, se hacía necesaria su desvinculación de la Villa y así el 28 de Noviembre de 1648, el rey Felipe IV, autorizaba a la ciudad para nombrar un alcalde pedáneo.
El real decreto, se hizo público e 3 de Mayo de 1649, día de San Felipe, día de las cruces y día de la onomástica del rey. De aquí la vinculación puerto y cruz, aunque al parecer ya había referencias a este nombre “Puerto de la Cruz de la Orotava” por una cruz de madera que se alzaba junto a la batería de Santa Bárbara.
El muelle ó el puerto pesquero, junto a la Plaza del Charco son por así decirlo un poco el corazón de la ciudad, un importante punto de encuentro para residentes y visitantes. Un constante ir y venir de gentes, que sin embargo no parece alterar la paciente y dura labor de los pescadores que aún perviven en la zona, ni el refrescante baño casi diario de los vecinos. En las fiestas el muelle huele a multitudes y se convierte en el gran escenario multicolor de la diversión ciudadana.
El amigo del Puerto de la Cruz, Catedrático de la Universidad de La Laguna; ANTONIO GALINDO BRITO remitió entonces (16/09/2012) estas notas: “…Hay constancia documental de que antes de la erupción del volcán Garachico ya no era el principal puerto en cuanto a la actividad, entendiendo por tal, la cantidad de barcos que entraban y salían. El Puerto de la Cruz lo desplazo en las últimas décadas del siglo XVII. la constancia a que me refiero es la documentación relativa a la pesquisa que los comisarios del Santo Oficio llevaban a cabo sobre cada barco extranjero o procedente de un puerto extranjero que llegaba a nuestras islas.Esa pesquisa se hacía en una visita efectuada sobre el barco y para el caso del Puerto de la Cruz de la Orotava, como por entonces se llamada, la efectuaban los comisarios de La Orotava, que bajaban al Puerto y después de efectuar la visita, por la que cobraban, llenaban un documento en el que se hacía constar la procedencia, el nombre y nacionalidad del capitán, el número de tripulantes y su nacionalidad, el tipo de carga y muy particularmente si transportaban o no libros o cuadros prohibidos por el Santo Oficio. Esa documentación se conserva en el Museo Canario de Las Palmas, aunque no está totalmente completa…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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