La
denominación de calle Verde en la Villa de La Orotava viene, porque sus casas
estaban pintadas con las puertas verde, o quizá existía musgo - hierba en el
sombreado de la misma. Desde el día 11 de mayo de 1916, lleva la denominación
del ilustre patricio villero don Nicandro González Borges, en memoria de su
fundación docente, que preocupado por la enseñanza de la agricultura donó a
nuestro pueblo el centro edificado al final de la calle, frente a la plaza de
Franchi Alfaro. Denominación que la corporación municipal villera acordó
por unanimidad en el pleno celebrado en la fecha citada. La mansión con el
numero 1, conocida por casa Román, del siglo XVIII, tres plantas, fue
construida por don Miguel Matías Román de Lugo, coronel de los reales ejércitos
de Puebla de los Ángeles (México). En el siglo XIX fue adquirida por Doña Pilar
Monteverde y del Castillo, hija de doña Leonor del Castillo de Monteverde,
fundadora de los tapices florales de la villa. Estuvo instalado el colegio de
la Milagrosa de las hijas de la Caridad, por los años veinte, bajo la dirección
de la inolvidable Sor Soledad Cobián, una monja con relato parecido a la
película “Canción de cuna” del cineasta español Vicente Aranda. En el mismo
caserón vivió un médico ginecólogo hijo de la villa que murió en Cuba, conocido
por don Pablo Valencia y García, doctor por la universidad de la Habana y
catedrático de la universidad literaria de la misma ciudad. De 1892 a
1908, sus salones fueron ocupados por el Casino Orotava. Por último se la
compraron a doña Pilar Ascanio y Monteverde, don José Álvarez Acosta, montando
una exposición de muebles y la segunda parte la adquirió el constructor don
Domingo García.
La mansión con
el numero 6, de estilo canario - mudéjar, la vivió y la reedificó en el
año 1930, el erudito alcalde de la villa don Agustín Hernández y
Hernández, tratase de una de la primera edificación de la calle (año
1558). Sus primeros propietarios fueron doña Antonia García de Albarracín y don
Tomás Grimón. Fue fabricada por don Esteban Pérez Vento, posteriormente
la adquirió don Sebastián Martín. Frente a esta mansión, en una propiedad que
había sido de la familia Román, vivió el doctor don Miguel Villalba Díaz, nació
su hijo don Miguel Villalba Hervás, destacado abogado, director del diario
republicano “la Justicia” y el periódico “la Federación”, redactor del
“Progreso de Canarias”. Publicó en el año 1870, “una página de la
historia política de las islas canarias”, sobre la revolución de septiembre del
año 1868. Murió en el año 1899, en Madrid. En su cementerio de la Almudena
descansan sus restos. En la mansión continua a la que habitó el señor Villalva,
actualmente pertenece a la familia “Negrín - Ponte”. En un tiempo estuvo
instalado allí la industria “la Unión”. Al final del siglo XIX, vivió un medico
cubano conocido por don Alejandro Codina, que tenía una sirvienta de color
llamada “Alicia”. Posteriormente la mansión pasó a ser propiedad de don
Francisco de Ponte y doña Ángeles Méndez, padres del recordado sacerdote pastor
de la Perdoma don José Ponte y Méndez. Por la calle Verde pasa el
barranco de “Araujo”. Cuenta la leyenda que el barranco se llevó a “Alicia”, la
sirvienta de color. Frente al mirador del citado barranco, estuvo instalado
desde los años veinte a los cuarenta el colegio femenino “Dulce nombre de
María”, dirigido por doña María Jordán. A la izquierda del barranco aparece una
mansión neoclásica del arquitecto Mariano Estanga, denominada casa misión de
San Vicente Paúl, fundada el 12 de enero de 1909, por don Juan Stirling,
irlandés afincado en la villa, el cual trajo a los padres paúles desde
Irlanda. Lo más ejemplar de la calle la dulcería famosa de doña Guadalupe
Regalado y don José Reyes, que con las famosas galleteras endulzó el paladar
villero. Las románticas y acogedoras mansiones de la familia “Ascanio”,
la neoclásica con algunos puntos de estilo árabe andaluz, construida en el año
1902, por el mencionado arquitecto Estanga. Subsiguientemente edificaciones de
estilo clásico canario que pertenecieron a don Domingo Calzadilla, beneficiado
de Nuestra Señora de La Concepción. Vicario, juez eclesiástico de la villa. La
habitó don Enrique Ascanio Estévez ex - alcalde y su hijo don Enrique Ascanio
Méndez. Por ultimo la mansión de estilo canario de dos plantas, patio central
espléndido, con el número 39, vivió el destacado orfebre don Felipe
Acosta y Bencomo, restaurador de las Andas del Corpus de la parroquia de
Nuestra Señora de la Concepción, diseñadas por Betancourt y Castro, procedente
del ex - convento de San Benito, realizadas en su taller. Y don Cándido Acosta
Rodríguez, que fue director y fundador de la banda de música los exploradores
de la villa. Banda, según el historiador Rodríguez Mesa, llegó a ser excelente
vivero de músicos.
En
la histórica Calle Verde de La Villa de La Orotava destacan en mi
infancia y juventud, la dulcería de doña Guadalupe Regalado
que confeccionaba unas galletas deliciosas exclusiva de esa recordada
confitera de la cantera del oriundo alemán don Egon
Weben. También era impresionante las técnicas industriales
de su hijo Carmelo Reyes Regalado, destacando por su propia inteligencia.
Su hermano Ismael Reyes Regalado el primero que monta en la villa un equipo de
altavoces y radios para animación de todos los actos lúdicos de La Villa de La
Orotava, destacando en el montaje del sonido en los primero
festivales del Atlántico del Puerto de la Cruz.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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